Beau
No lo entendía, había temas mucho más importantes que tratar como la contratación de las menores y sin embargo mi padre, terminaba sentado en una mesa, conversando con la chica que venía por una entrevista.
¿Acaso no le importaba que pudieran clausurar el bar? No tenía idea de que podía ser tan importante como para dejar todo lo demás.—Claro, yo pensaba venir mañana y descansar un poco, instalarme en el nuevo departamento, pero mi tío fue muy firme cuando me dijo, que a penas llegará, viniera. —¿Quién demonios era el tío de esta chica y porque parecía tan cercano a mi padre?
—¿Cómo se encuentra ese maldito loco?
—Igual que siempre, es un eterno niño, pero lo adoro. En unos años vendrán Aryeh y Gael a estudiar aquí, así que no dudo que él los siga, son sus pequeños cachorros.
—¿Así que sigue siendo extremadamente celoso? ¿Y Abby? ¿Sigue tan hermosa? —algo en la voz de mi padre cambio al nombrar a la tal Abby, nunca lo había escuchado de esa forma.
—Mucho más, si vieras como esta ahora no lo creerías, los embarazos le han sentado muy bien. Estoy segura de que si Michael pudiera envolverla en algodón lo haría, pero Abby jamás lo permitiría, ella se caracteriza por ser rebelde. De hecho ella no sabe que estoy aquí, bueno ni ella ni nadie a excepción de mi tío. —así que es una pequeña mentirosa, que trata de rebelarse a su familia.
—¿Así que esto es tu intento de rebeldía? ¿Un intento por hacer enojar a papá y a mamá? —pregunté, tratando de hacerle entender que de ser así, no conseguiría el trabajo.
Tal como lo esperé, algo brilló en su rostro y clavo su mirada en mí, estaba seguro de que si no estuviera mi padre, ahora estaría insultándome de todas las maneras posibles.
Si solo supiera que a mi padre le daba lo mismo, si lo hiciera o no, para él serían simples bromas.—Mis padres hace tiempo se dieron por vencidos a tratar de controlarme, pero la principal responsable de ello fue mi madre. Ella siempre me inculco , que nadie, ni siquiera ellos podrían decirme como vivir mi vida y eso hago, la vivo como quiero. Pero eso y decirles voy a trabajar en un bar para solteros es diferentes y ni decir si llego a mencionar que fue mi tío quien me lo sugirió y me ayudó, a mi me encerrarían y a él lo despellejarían.
—Entonces pececito ¿Por qué quieres trabajar aquí?
—Acabo de llegar a la ciudad para estudiar y es obvio que debo conseguir dinero y ¿De que otra forma lo conseguiría? Es obvio que trabajando, entonces mí tío me habla de este lugar, aunque no por primera vez, forma parte de sus hazañas más heroicas, según él, entonces decido venir y probar suerte.
—¿De que hazañas te hablo tu tío? —pregunto mi padre, verdaderamente curioso.
—Dijo que aquí encontró al amor de su vida y que esa misma noche pelearon, luego en otra ocasión usted y él se besaron —cuando mi padre comenzó a carcajear, temí que lo que esta chica había dicho fuera cierto. ¿Con que clase de locos se relacionaba?
—Como olvidarlo, habían secuestrado a Abigaíl y Michael creyó que estaba tras del secuestro, ya que estaba muy enamorado de ella. —¿Enamorado de una mujer? No creía que Aníbal King, alguna vez estuviera enamorado. — Decidimos unirnos y así dimos con una información de su paradero, eso al parecer, provoco que se entusiasmara y me besara, maldito loco.
—Nos contó esa historia, nos dijo que fue su anterior jefe. Abby siempre recuerda eso con tristeza, ya que fue lo que la hizo perder a su abuela. No es de admitirlo, pero aún, luego de tantos años, no supera la perdida.
—Si hubiera sabido que sucedía en ese entonces, habría hecho algo para impedirlo. A veces me pregunto como no me di cuenta de todo lo que sucedía con Jhon.
—¿Cómo podemos saber que sucede en la cabeza de los demás? Con dificultad, a veces entendemos nuestros propios pensamientos.
—Ok, ya me canse del pasado ¿Alguna vez trabajaste de mesera? —le pregunté a pececito, intuyendo que la respuesta seria negativa.
—No, por eso mi tío insistió en que viniera aquí, él creé que su amigo me cuidará como a su propia hija. —eso no era garantía de nada, Aníbal como padre era lo peor.
—Hizo bien, no dejaré que nada te suceda o él y Abby nunca me lo perdonarán. Dijiste que ya encontraste apartamento ¿Verdad?
—Sí, de hecho estoy a veinte minutos de aquí, aunque tarde mucho en ubicarme, aquí todas las calles se llaman igual. —sonreí al escucharla, también me había costado adaptarme a esto.
—Puede volverse un laberinto si tomas una diagonal equivocada
—Exacto, pero ya me iré haciendo a la idea de como llegar a cada lugar. Pero ahora, hablando del trabajo, ¿Debo hacer una prueba, o buscar en otro lugar?
—Nada de eso, ya tienes el trabajo, pero primero quiero que descanses, así que mañana comenzaras. —miré a mi padre, sorprendido de lo rápido que esta chica logro meterlo en su maldito bolsillo, dos o tres palabras y se había hecho con el trabajo. —Tienes que estar aquí a las siete y tu horario termina a las tres. ¿Crees que podrás con ese horario?
—Claro que si, solo es cuestión de adaptarme y lo haré, verá que no se arrepentirá.
—Laurie, cualquier cosa que necesites vienes a mi, mientras estés en la ciudad seré como un padre para ti. —sería una primera vez para él.
—Muchas gracias Aníbal, es bueno saber que mi tío me envió a un buen lugar.
—No te emociones pececito, yo soy su hijo y muchas veces se le olvida, así que tampoco esperes mucho
—Basta Beau, no es momento para estos reclamos.
El ambiente entre los dos se había caldeado muchísimo y la verdad no sabía como podríamos salir de esto.
—Por cierto, mi tío me dijo que no podía irme sin intentar alguna vez bailar en el tubo. Me dijo que fue una muy buena experiencia para él. —y solo con eso olvide a mi padre y por alguna extraña razón, la imaginé bailando.
No era algo bueno por hacer, porque ahora sería mi nueva compañera de trabajo y no una cualquiera, sino la protegida de mi padre.
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Pocas pulgas
WerewolfLibertad... Laurie Adams había ansiado llegar a la ciudad desde pequeña. Las cortas escapadas que hacia junto a sus padres para visitar a sus abuelos, no eran suficientes para satisfacerla. Pero ahora con dieciocho años recién cumplidos y lista para...