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Samara




Estaba tan asustada, por el incidente en la fiesta, por estar en la comisaria y por saber en la cantidad de problemas en los que estaríamos. Pero lo que más me preocupaba era Aryeh, no dejaba de observarlo y esa actitud decaída, solo me llevaba a pensar que estaba sintiéndose culpable.
Era absurdo que se sintiera de esa manera, yo no lo culpaba. ¿Cómo iba a sospechar que algo así sucedería? No era un adivino y podría ocurrirnos, incluso tomando un café.

—Entonces repítame lo que sucedio. Entiendo que esta asustada, pero debemos corroborar que sus declaraciones concuerden con la de los demás. —asentí fervientemente hacía el oficial frente a mi, no recordaba su nombre, creo que era Galván o Gómez, no podía recordarlo.

—Sí, claro, por supuesto. Llegamos a la fiesta y estaba todo tan tranquilo, nada que nos llevara a sospechar esta locura que ocurriría. Entonces pasamos un rato hablando con amigos, otros eran conocidos de mi novio. —miré hacia atrás, por la ventana de la oficina podía ver a Aryeh sentado, con la cabeza entre sus rodillas. —Nos estábamos divirtiendo y aunque no me gustan mucho las fiestas grandes, me divertía. Incluso acepte bailar cuando Gael me invito.

Miré al oficial, quien me fruncía el ceño. Tal vez estaba hablando de más, pero él me pidió detalles y eso le daría.

—Había muchas personas bebiendo, lo que es normal, aunque sin dudas mañana tendrán un fuerte dolor de cabeza. Bueno y además deberán superar el miedo de los disparos, Dios sabe que yo deberé hacerlo. Aún tiemblo de solo pensarlo. —él soltó un suspiro ¿Pero qué quería? — Entonces sigo…

—Por favor y esta vez trata de mantenerte en lo importante. —volví a asentir, considerando que para mi todo esto era importante.

—Estaba bailando con Gael, cuando mi novio nos alcanzo y le hizo una seña de donde estaban peleándose un grupo de chicos. Entonces vio el miedo en mi y me pidió irnos, cosa con la que estaba muy de acuerdo. Comenzamos a caminar hasta la salida, cuando los disparos sonaron. Entonces me dije “Contrólate Samara, estas en medio de un tiroteo” pero no podía controlarme. No recuerdo quien, pero sé que me empujaron contra Aryeh, ya que al parecer uno de los disparos casi me alcanza. Empezaron a sonar muchos más, los gritos aumentaban, yo estaba en verdad asustada, mi novio sintiéndose culpable por llevarme y encima las sirenas sonaba. Luego ustedes entraron y nos trajeron a la mayoría aquí. Pero bueno, creo que eso cubre todo o la mayoría.

—¿Entonces no viste a quienes disparaban? —alce una ceja, con ganas de preguntarle si estaba bromeando conmigo.

—Mmm… no lo siento, estaba un poco más interesada en escapar de allí, usted me entenderá.

—La cosa aquí es la siguiente, ya que eres menor de edad necesitamos que uno de tus padres venga por ti. —imaginé que esto sucedería, pero tenía la esperanza de que quizás Michael pudiera sacarme de aquí.

—Mis padres están de viaje y me dejaron en casa de unos amigos de la familia. ¿Cree que podrían venir por mi? —tal vez y solo tal vez, podría salir de esto sin ningún problema. Algo que solo podía descartar luego de ver la expresión del oficial.

—No lo creo, tus padres o algún familiar.

¿Qué haría ahora? Si llamaba a mis padres, tardaría en llegar y no quería quedarme aquí. El lugar era frio, todos estaban de mal humor y podía apostar que la comida sería espantosa.
No solo eso, mis padres, porque esta vez serían ambos, me prohibirían acercarme a Aryeh y a cualquiera que haya asistido a la fiesta. Podría comprenderlos, pero no quería eso, no quería alejarme de él por este motivo.

—No tengo familiares directos aquí, solo mis padres y como le digo ellos están fuera de la ciudad. No puedo quedarme los próximos tres días aquí, no fui yo quien disparo, lo único que hice fue salir una noche y casi ser asesinada.

—No estas aquí en carácter de sospechosa, pero no podemos permitirte irte como si nada.

—¿Por qué no? Esto es lo que llaman privación de la libertad, si no soy sospechosa no debo estar detenida.

—Entiende que al ser menor nos pondrías en muchos problemas. Así que mientras decides si llamaras o no a tus padres, debes esperar ahí fuera, porque tengo muchas personas más a las que tomarles declaración. —suspiré y me levante.

En cuanto salí, Aryeh intentó acercarse, pero lo llevaron a declarar, impidiéndome saber como se encontraba.
Pocos minutos después, pude ver a Michael y me alegré de saber que al menos Aryeh podría ir a casa.

—¿Qué sucedió? ¿Dónde están los chicos? —preguntó y por primera vez lo vi cabreado.

—Alguien en la fiesta comenzó a disparar y no pudimos salir por todo el caos. Aryeh esta dando su declaración, al igual que Gael. Uriel no se donde esta. Pero ellos podrán irse en cuanto terminen de declarar. —le ofrecí lo que suponía era una sonrisa confiada, aunque no sirviera de nada.

—¿Tú cómo estas?

—¿La verdad? Estoy en serios problemas. No podre salir hasta que uno de mis padres venga por mi, trate de explicárselo al oficial, pero siguió repitiéndome lo mismo. Estoy asustada, tengo hambre, tengo frio y todos parecen estar de tan mal humor que me lo están contagiando. ¿Cómo puede Benjamín estar tanto tiempo aquí? —él no era un amargado, al contrario, siempre me hizo reír.

—Bichito, Benny siempre esta amargado, es por eso que esta tan cómodo en este lugar. Pero tranquila, te sacaré de aquí, no nos olvidemos de algo. —lo miré con el ceño fruncido.

—¿De qué?

—La policía es la autoridad, pero conocemos a alguien aún más poderoso. —sabía a quien se refería y no lo creía tan buena idea.

—Sí, pero él se lo diría a mi padre y sabemos como terminará todo.

—Ahora lo importante es sacarte de aquí, luego lidiaremos con los problemas. Sé que Logan se molestará, Bambi será fácil de contentar, pero él me costará un poco más, pero no es un ogro, es Logan.

Tenía razón, mi padre era incapaz de odiarlos por siempre, pero si se molestaría.
Ahora podía ser orgullosa y negarme a que llamen a Jack, quedándome aquí hasta que vengan mis padres, o esperar a que ellos vengan a sacarme. De cualquier modo terminarán enterándose.

—Esta bien, llámalo. —al menos sufriría desde casa.

Pocas pulgas    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora