Samara
Era bastante agradable saber que Aryeh no estaba molesto conmigo, cualquiera en su lugar me hubiera pateado fuera de su fiesta, pero él en cambio, decidió dejar todo y venir conmigo a caminar un rato.
No lograba superar aún el terrible momento bochornoso, pero al menos, ahora me sentía un poco más relajada.—¡Oh no! Acabo de recordar que me olvide de entregarte tu regalo. Toda esta situación me hizo olvidarlo totalmente. —pateé una piedra. ¿Cómo pude olvidarlo? Pase un día buscando el regalo para ambos.
—Ya lo veré luego, no te preocupes. Ahora cuéntame que es. —sabía que me pedía esto para que me distraiga y no piense en mi mal momento.
—Una campera. Estaba decidida a conseguirles a ti y a Gael lo mismo, pero a él le compre un perfume y cuando iba a comprarte uno a ti, recordé lo mucho que me gusta el que usas habitualmente. Así que decidí conseguirte algo más. —me encogí de hombros, tratando de parecer casual, mientras consideraba que lo que acababa de decirle sonaba un poco acosador. ¿Por qué le decía a Aryeh que me gustaba como olía?
—¿Entonces te gusta?
—¿Qué cosa?
—Mi perfume.
—Sí. —Confesé en un suspiro, antes de voltear hacía el otro lado y desear no haberle dicho jamás esto.
—Muy bien, entonces no volveré a cambiarlo. —envidiaba tanto la tranquilidad que tenía, yo me sentía un desastre andante.
Nuevamente caímos en un silencio un poco incomodo y no me gustaba sentirme así, porque sabía que era por mi culpa, quizás aunque no quisiera admitirlo, estaba un poco molesto conmigo.
¿Es que como no lo estaría? Golpee su espalda con demasiada fuerza, antes de amenazar con quebrar sus costillas a apretones.—Sé que me pediste que no volviera a disculparme, pero en serio lo siento. Cada vez que recuerdo lo sucedido, pienso en el susto que debí provocarte, estaba totalmente fuera de mi. —cuando él tomó mi mano, se lo permití, me hacía sentir apoyada. —No, déjame terminar. Cuando vi que te ahogabas, me asuste muchísimo, eres como mi primo y no quiero que nada te pase.
—No somos primos Samy. —¿Por qué me decía esto ahora? Fuimos criados tan cercanos, que de cierta forma lo éramos. —Pero mejor no pienses en ello ahora, hablemos de como pasaste estos días en la ciudad.
—Fue genial. A pesar de que Faith haya decidido irse, vi que esta superando el resentimiento hacia Gael y eso me hace creer que pronto volveremos a ser tan unidos como antes. También conocí a Aysel, es agradable, un poco cerrada y seria, pero con el tiempo seguro se abrirá. —aunque no estaba tan segura de ello, Aysel era un poco distante, por lo que había notado.
—Estoy seguro de que lo hará. —Dio un apretón a mi mano, antes de entrelazar nuestros dedos. —Llegamos ¿Segura estas bien?
—Sí, lo estoy. —Pero no lo estaba soltando, seguía sosteniendo su mano en la mía. Miré hacía ellas, antes de mirar la puerta de entrada de mi casa. —¿Quieres entrar un rato? Prepararé chocolate.
Él había sido tan lindo conmigo que no quería que se fuera.
—Claro, eso compensaría el ataque. —dijo comenzando a reír. Al verlo no pude evitar que mis labios se torcieran en una sonrisa. Es que se lo veía tan relajado. — Por fin te ríes, ya comenzaba a creer que mi presencia te molestaba.
Antes de saber que hacía, había envuelto mis brazos alrededor de su cintura. —Gracias por no enojarte conmigo.
—No haría tal cosa, vamos adentro, me ofreciste un chocolate caliente. —asentí y esta vez le sonreí de verdad.
Una vez dentro de la casa, envié a Aryeh a sentarse, mientras me dispuse a preparar el chocolate. Aproveche los minutos, para enviar un mensaje a mis padres, avisándoles que ya estaba en casa y decirles que esperaba que estuvieran divirtiéndose.
También le escribí a Gael, para disculparme y asegurarle que hablaríamos en otro momento. No era ajeno a nadie, que él quería información de Faith y que yo sin dudas se la daría.Pero ahora debía llevarle el chocolate al otro gemelo Doll.
—En verdad creo que el plan de la fiesta era mejor. —sonreí, entregándole la taza.
—No para mi, estoy mejor aquí. —lo vi tomar un sorbo e iguale su acción.
—Sé que en realidad lo hiciste porque sentías pena por mi, no voy a negarte que quería que el mundo se abriera y me tragara, pero no era tan extremo como para que abandones a tu familia y a todos tus amigos, solo para venir a tomar un poco de chocolate y ver alguna película conmigo. —levanté mi mirada y me centre solo en él. — Ya estoy acostumbrada a este tipo de accidentes.
—Esta noche tome una decisión, no pienso alejarme de ti. —soltó como si no fuera nada, sorprendiéndome. —No solo eso, quiero que me permitas ayudarte a superar el miedo a mostrarte. He notado que odias ser el centro de atención y es imposible que las personas no te observen, eres hermosa, divertida y totalmente adorable…
—Soy un desastre…
—Sí, uno hermoso, pero déjame terminar. —me pidió y asentí, no sabía a donde quería llegar. — No debe importarte lo que los demás piensen de ti o dejaras de hacer las cosas que te gustan. Hoy por ejemplo, un pequeño accidente, provocó que te alejaras de toda la familia y amigos, algo con lo que estoy en desacuerdo, fuiste a divertirte y volviste triste.
—No entiendo a donde estas tratando de llegar.
—Quiero pasar tiempo contigo, que hagamos cosas que normalmente no harías por miedo a lo que puedan pensar de ti. ¿Confías en mi Samy? — claro que confiaba en él, nos conocíamos muy bien.
—Sí.
—Entonces ¿Aceptas que pasemos un poco de tiempo juntos?
—Pero tú estas por viajar. —ellos se irían a la ciudad en menos de dos meses.
—No pienses en el viaje, quiero saber lo que tú quieres.
—Sí, quiero pasar tiempo contigo. —sabía que él no me obligaría a hacer nada que fuera malo.
—Gracias, ahora toma ese chocolate o se enfriará. —le sonreí y bebí, no se porque pero esta idea me hacía sentir como cosquillas.
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Pocas pulgas
WerewolfLibertad... Laurie Adams había ansiado llegar a la ciudad desde pequeña. Las cortas escapadas que hacia junto a sus padres para visitar a sus abuelos, no eran suficientes para satisfacerla. Pero ahora con dieciocho años recién cumplidos y lista para...