Jonás
Era la cuarta o la quinta llamada que Faith me rechazaba en lo que iba del día. Desde el día en que me corrió de su casa parece ser lo único que sabe hacer, ignorarme y poner una muralla, cada vez más grande, entre ambos.
Por lo poco que pude hablar con Benjamín, ella estaba triste , aunque tratara de mostrarse fuerte. No entendía esa necesidad de mostrarse de una manera y sufrir por ello. Era tan sencillo dejarme ingresar a su vida.Pero no había manera de que me mantuviera alejado, no cuando la posesividad y la necesidad de tenerla cerca eran enormes.
Incluso ahora cuando tenía que concentrarme en el caso del cartel Sosa, no podía sacarla de mi cabeza. Necesitaba saber de ella y si no iba a responderme, lo averiguaría por otra parte.Tomé el teléfono y marqué el número que por desgracia se había vuelto uno constante en mis días.
—¿Sucedió algo? Cuando les dije que quería saber todo, lo decía en serio.
—Nos llamaste hace dos horas Gutiérrez. ¿Por qué diablos esta chica es tan importante? Estas malditas dos semanas lo único que ha hecho es ir al café, trabajar y regresar a su casa. —Se quejó Cruz desde el otro lado de la línea.
—Es verdad Jonás, somos policías, no jodidos niñeros. ¿Por qué no podemos irnos y trabajar en algo en verdad importante? —Lo apoyo su compañero, Del Rio.
—Porque soy su superior y se los ordeno. Sé que algo sucederá, llevo años en este trabajo y conozco cada manera de actuar en asesinos. Esta chica de la que se quejan, es no solo una posible sospechosa, sino que también puede ser nuestra única testigo en un caso de homicidio. Y en caso de que mi teoría sea la correcta, el asesino ira a por ella. —pero lo más importante de todo, ella era mía y de una forma u otra la tendría segura. —¿Creen que pueden con el trabajo o debo poner a alguien más calificado en su lugar?
—Acaba de llegar a la casa, paso casi una hora, luego de salir del trabajo, sentada en un bar con varios libros.
—Muy bien Cruz, ahora los quiero en verdad atentos y quiero que comprendan que ningún trabajo es pequeño, no les dimos esta vigilancia porque los creemos novatos. Créanme, si lo creyera así no estarían ahí ahora. —si los puse ahí, es porque conocía su forma de trabajar. Ellos lograban mantenerse ocultos, lo que necesitaba con alguien como Faith. —Ahora la llegan a cagar y la pierden de vista o algo le sucede y de mi cuenta hacer de su vida un infierno. Puedo hacerlos lamentar el día en que eligieron esta profesión.
—No hará falta señor. —respondió Cruz y sabía que entendió muy bien lo que quise decirle.
Nadie entendería mis verdaderas razones, pero no me importaba. Ya la había visto lastimada y no iba a permitir que volviera a suceder.
Faith no entendía lo que sentía por ella, no estaba simplemente interesado, la quería para mi y no pararía hasta que lo noté.—¿Ahora acosas a unos novatos para tener noticias de Faith? Diablos si no estas jodido hermano. —ni siquiera iba a verlo, no cuando ha pasado los últimos días dando mierda por como fui corrido de casa de mi compañera.
—Ellos solo hacen su trabajo.
—Vigilar a tu chica no es su trabajo y lo sabes.
—Lo es si se los digo. ¿Tienes alguna queja?
—¿Serviría de algo decir que Faith te mandará al diablo cuando lo sepa? —acercó una silla y se sentó frente a mi, tomando con cautela uno de los pasteles que mi hermana preparo para mi.
—Ya me tiene en el infierno, así que no haría diferencia. Ahora deja de tomar mis cosas. —espeté alejando de él la pequeña caja.
—Masoquista y egoísta ¿Qué sigue?
ESTÁS LEYENDO
Pocas pulgas
WerewolfLibertad... Laurie Adams había ansiado llegar a la ciudad desde pequeña. Las cortas escapadas que hacia junto a sus padres para visitar a sus abuelos, no eran suficientes para satisfacerla. Pero ahora con dieciocho años recién cumplidos y lista para...