Samara
La casa olía a chocolates, lo que era una muy buena señal. Había preparado el triple de la receta, considerando que con mamá asaltaríamos la mitad de los brownies.
Hoy iría a ver una película con Aryeh y no quería ir con las manos vacías. Quizás sonaba un poco tonto, pero siempre me dijeron que llevar algo preparado por nosotros era mucho mejor.—Mmm… que bien huele. ¿Qué preparas cariño? —preguntó mi madre, acercándose a untar un dedo en la preparación que aún quedaba en el bol.
—Hoy iré con Aryeh a ver una película y pensé en llevar algo, como sabemos el ama el chocolate, entonces pensé en unos brownies. —Con nueces y chispas, estaba segura de que le gustaría.
—¿Estas cocinando para él?
—Sí papá, no lo digas de esa manera que suena feo. Aryeh me contó que hablaron y que con dificultad obtuvo tu permiso para salir conmigo. —no estábamos juntos, pero en un futuro tal vez lo estaríamos y no me gustaría que se porte así.
Mis sentimientos por Aryeh aún eran familiares, pero no podía ignorar la punzada de celos que sentí ayer en el restaurante. No me gusto cuando la camarera, sin ningún tipo de pudor dejo su número telefónico en la mesa.
A pesar de tratar de negarlo, no podía mentir, ni a los demás, ni a mi misma, no era solo preocupación por mi primo, eran celos.—¿Y tú en verdad quieres salir con él?
—¡Logan! Me prometiste que no intervendrías en esto.
—Me gusta salir con Aryeh—respondí antes de que papá volviera a hablar. —es divertido y no parece importarle que haga cosas raras. Sí, me pone nerviosa cuando me dice que le gusto, pero es porque no me acostumbro, siempre lo vi como primo, pero él si es muy lindo.
—Sí, lo es, además él vino y hablo con tu padre, algo que no debió ser sencillo y debe valorarse. —Asentí a mi madre, yo en su lugar no hubiera podido hablar con Michael y Abby.
—Aún tengo mis reservas, no quiero que suceda lo que sucedió con Gael y Faith.
—Papá no esta nada bien que juzgues de esa manera a Aryeh. ¿No me enseñaron junto a mamá a no juzgar a las personas por los actos de otros? Además, él no es Gael y yo no soy Faith, sé que él encontrará a su compañera y yo al mío, pero ahora él me hace sentir bien ¿Esta mal eso?
—No lo esta cariño, tu padre solo esta celoso y por eso dice estas cosas. — la mirada de mi madre no se despegaba de papá y sabía que tendría problemas más tarde.
—Solo no quiero que salga lastimada.
—Y no lo haré, ahora papá ayúdame en el merengue.
Al menos eso lo distraería, tenía otras tres horas antes de que Aryeh llegué.
(***)
—¿Estas seguro que no incomodaré? —estaba parada frente a la puerta de la casa de los Doll, junto a Aryeh.
—Claro que no Samy, ya saben que vendríamos.
—Esta bien. ¿Seguro no les has mencionado nada de nosotros estando como viéndonos? —mi pregunta lo hizo reír, mientras yo me sentía a punto detener un ataque.
Pero no tenía porque estar nerviosa, conozco a estas personas, son mi familia. ¿Entonces por qué siento como si fuera a conocerlos?
Estaba perdiendo la razón, pero esta vez por culpa de Aryeh, sino me hubiera dicho que le gustaba nada hubiera cambiado.—No Samy, conoces a papá, de saberlo, lo sabría la manada entera. —tome tres respiraciones profundas y decidí que estaba lista, yo podía hacer esto.
—De acuerdo entremos. —tomó mi mano y comenzamos a entrar, pero solo dar dos pasos dentro, quise volver atrás.
En la sala se encontraban Michael discutiendo con Gael, mientras Abby negaba una y otra vez.
Odiaba las discusiones, soy más una persona pacifista. Es que el mundo sería diferente si habláramos en lugar de gritarnos unos a otros.—¿Ahora resulta que soy el inmaduro? Perdí a mi chica por hacer lo correcto, soy tildado de un jodido irresponsable, pero debo soportarlo. Ahora mi hermano hace lo que quiere sin importarle como me sienta y debo entenderlo. ¿No te parece que es una gran mierda? Estoy harto de pensar en los demás, pónganse un poco en mi lugar, vean como todo lo que tenían se les escapa de sus malditas manos y luego critíquenme si pueden. —apreté la mano de Aryeh, ahora estaba convencida de que venir no era buena idea.
—Solo te pido que lo entiendas, él no te abandona, solo no quiere viajar. Sinceramente no veo cuál es el problema, solo se retrasara un poco, pero terminará viajando. ¿Ves por qué digo que eres un inmaduro? Solo haces un berrinche. —Michael se encogió de hombros, como si ya lo hubiera dicho antes.
—Para ti es fácil, querías retenernos aquí y es exactamente lo que conseguiste.
—Sí, me declaro culpable. ¿Pero que esperabas? Son mis cachorros, perdón por quererlos cerca de mi.
Aryeh se aclaró la garganta y la mirada de los tres cayó sobre nosotros. Ahora sí tendría un ataque.
—Hola—murmuré demasiado bajo.
—Bichito de luz ¿Qué haces por aquí? Ven, siéntate. —Aryeh me guio hacia ellos, dejando los brownies sobre la mesa. —¿Qué es esto? Oh, chocolate.
Mientras comenzaba a comerlos, Abby se acerco a abrazarme. Algo que agradecí, un poco de normalidad.
—Samara cariño, que bueno es verte. Lo siento por lo que paso, aún están sensibles. —asentí, tratando de menguar el nerviosismo de ambas.
—Lo imagino, espero no molestarlos, es solo que Aryeh me invito.
—Nada de eso, eres bienvenida. ¿Los horneó Logan? —preguntó Michael aún con la boca llena.
—No, los preparé yo.
—Están deliciosos—dijo guiñándome un ojo.
—Lo siento Samy, he estado un poco nervioso. ¿Estas bien?
—Sí, un poco nerviosa también, pero ya me conoces. Luego quiero hablar contigo Gael, no nos hemos visto desde la fiesta.
—Claro, hoy estaré en la casa.
—¿Quieres ver una película con Ari y conmigo?
—No, hoy no, pero diviértete pequeña. Luego búscame para hablar. —Asentí fervientemente, pensando como quitarle su enojo.
—Ven Samy, vayamos a mi cuarto, allí estaremos tranquilos. —No lo creía, pero de igual manera lo seguí.
Había venido varias veces, pero la mayoría a visitar a Gael. Aún no me acostumbraba al cambio de gemelo.
Su mano seguía en la mía, nunca me soltaba. Aunque antes creí que lo hacía por seguridad, ahora que conocía sus sentimientos, sabía que era para sentirme más cerca y extrañamente no me disgustaba.—¿Te confieso una cosa? Me encanta cuando accidentalmente me llamas Ari, no son muchas ocasiones, pero es cuando más relajada te sientes. —lo miré, sin saber que decir. —¿Qué miraremos? ¿Terror, romance, suspenso o comedia?
—Mmm… suspenso.
—Siéntate, ya te he dicho muchas veces que no te morderé. —y yo seguía sin creerle.
—Puede ser, pero también esta la posibilidad de que yo te muerda a ti. ¿Sabes que a veces me recuerdas a una barra de chocolate? Pero me digo que no es correcto morderte. —me senté en su cama, esperando que terminara de buscar la película, pero cuando lo miré, tenía su mirada clavada en mi. — ¿Algo anda mal?
—Samy un día no podre resistirme y menos cuando tú si hueles a chocolate.
—Claro, preparé los brownies. —olería a chocolate los próximos dos días.
Lo vi negar y sonreír, pero por suerte ya estaba más tranquila.
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Pocas pulgas
WerewolfLibertad... Laurie Adams había ansiado llegar a la ciudad desde pequeña. Las cortas escapadas que hacia junto a sus padres para visitar a sus abuelos, no eran suficientes para satisfacerla. Pero ahora con dieciocho años recién cumplidos y lista para...