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Aryeh


Aún no entendía que había hecho para merecer a alguien como ella en mi vida, pero estaba feliz. A pesar de que buscaba sorprenderme, con su repentina aparición, no era el sentimiento que más afloraba en mi, sino la alegría, la felicidad.
En verdad creí que convencer a Logan sería difícil, sobre todo luego de la última fiesta a la que asistimos, pero le agradecería la vida entera lo que acababa de hacer. No solo la trajo hacia mi, confiándome su seguridad, cosa que protegería a como diera lugar, sino que también tenía una semana para nosotros.

Entendía lo difícil que habra sido tomar esta decisión, pero me encargaría de demostrarle que ella era lo más importante y valioso que tenía.

Nos estábamos besando, ajenos a todos. Cuando escuche como dos personas aclaraban sus gargantas hacía nosotros.

—¿Qué mierda haces imbécil? Hasta hace un rato estabas llorando por Samara y ahora estas besándote con alguien como si nada. No me jodas y no jodas lo que tienen, Samara que cae bien. —Iba a golpear a mi hermano. No podía ir por la vida diciendo mierdas como esas.

—Cállate Gael y vete. —gruñí, mientras Samara temblaba de risa contra mi pecho.

—No lo haré, voy a patear tu maldito trasero infiel. Anda levántate idiota. —¿Qué diablos le pasaba?

—¿Acaso estas borracho? — le pregunté, tentado a ponerme de pie.

—Lo esta, trate de hacer que dejara de beber, pero me cansé de intentarlo. Es un maldito terco. —Uriel miró con desaprobación a mi hermano y no era para menos, no llevábamos tanto tiempo aquí. —Eres un lobo y te emborrachas como un hombre normal.

—¿Gael cuanto tomaste? ¿Cuántos dedos ves? —Samara se alejo de mi, levantando dos dedos hacía mi hermano.

—¿Samy? Mierda, no quería interrumpirlos, es solo que no lo sabía. ¿Qué haces aquí?

—Concéntrate. ¿Cuántos dedos ves?

—Cuatro. —La seguridad con la que lo dijo fue lo peor, él maldito ya estaba jodido.

—Estas borracho y respondiendo a tu anterior pregunta, vine a buscar a mi chico. —cambió la mirada, haciendo una mueca hacía mi. —No resistirá mucho de pie, tenemos que sacarlo de aquí.

—Solo bebí un poco, no fue para tanto.

—Deja de mentir imbécil, no te apartaste del bar ni de los malditos tequilas desde que llegamos.

—Muy bien, hay que llevarlo a casa. —no quería irme, pero no podía dejar que se desmayará aquí. —¿Estas lista?

—Claro que si, además estoy un poco hambrienta. ¿Pasamos por unas hamburguesas por el camino?

—Lo haremos. ¿Me ayudas a meterlo al auto Uriel?

Entre los dos arrastramos a un reticente Gael, el cual con el frio aire nocturno, pareció empeorar, vomitando sobre nuestro amigo, quien no tardo en soltarlo.

—¡No me jodas! Eres un asco Gael. —Se miró y gruñó. —Vamos metámoslo de una vez, de lo contrario se quedará aquí.

Al parecer, el aire en verdad le afecto, porque cuando lo metimos al asiento trasero, se quedo dormido.

—Es mi amigo y lo aprecio, pero el desgraciado acaba de vomitarme encima. No me jodan Aryeh, quería seguir divirtiéndome y ahora debo irme a cambiar y darme un maldito baño.

—Lo siento ¿Qué puedo hacer? No fui yo quien se paso de tragos.

—Uri, lo sentimos, pero quédate tranquilo que mañana él se sentirá mucho peor que tú. Gracias por ayudarnos a traerlo al auto. — Samara iba a acercarse a Uriel pero lo pensó mejor al verlo. —Te abrazaría, pero eso huele muy asqueroso.

Ambos nos reímos cuando la vimos arrugar la nariz. Era demasiado tierna y comprensiva.

—No te preocupes, tampoco me acercaría si estuvieras como yo. —sacudió un poco su cabello, logrando que ella sonría. —Dale una oportunidad a este idiota, estaba actuando de forma patética.

—Estoy muy a favor de ello.

—Nos vemos mañana, tengan cuidado. —dijo antes de caminar hacia su propio auto.

—También tenemos que irnos, hace frio y estas algo desabrigada. —Abrí la puerta del copiloto y cuando entro, me acerque asegurando su cinturón de seguridad.

Caminé hacia el otro lado, subiendo y abrochando mi propio cinturón. La llevaría a salvo, no dejaría que nada le suceda.

—Mi padre me dijo algo muy curioso. ¿Quieres saber de que se trata? —Arranque el auto, por lo que no podía observar su expresión.

—Me gustaría saberlo. ¿Me matará o me lastimará si pongo un dedo sobre ti?

—Te matará si me haces llorar, pero no se trata de ello.

—¿Entonces? — no se me ocurría que otra cosa pudo decirle Logan.

—Él me dijo que eres mi compañero. ¿Cuándo planeabas decírmelo? No imaginas la alegría que sentí al enterarme. Fue como si por fin pudiera admitir mis sentimientos sin temor a perderte. —me detuve en la luz roja y voltee hacia ella. —Me aterraba la idea de que la encontraras y ya no pudiera estar contigo. Eras como mi primo, pero con los días te convertiste en mi vida, solo pensaba en ti, te extrañaba, quería estar todo el tiempo contigo, creí que sería imposible, pero me enamore completamente de ti.

—Sabía que me veías como tu primo y por eso no te lo dije, quería que pudieras cambiar ese sentimiento por uno de pareja. No quería tener que decírtelo y que te vieras obligada a quererme por la conexión. Eso no sería justo para ninguno.

—También me pidió que te diga que te cuides y que me cuides, esta por ser padre y no quiere ser abuelo aún. —pisé el freno de golpe. ¿Por qué Logan diría eso? —Eso fue mi culpa, le dije que no me iría de aquí sin hacer el amor contigo y aunque al principio lo dije para molestarlo, quiero que estemos juntos.

—No tenemos que apresurarnos Samy, puedo esperarte.

—Pero yo no quiero esperar. No se si es normal, pero siento mucho deseo por ti, me apena decirlo, pero cuando me besas o me tocas hay partes de mi cuerpo que reaccionan de una manera especial.

—También lo siento, pero quiero que si pasa, se de y no que lo hagamos porque se supone que debamos. ¿Me entiendes? —asintió.

—Ahora solo quiero estar contigo, te extrañe demasiado compañero. Dime algo. ¿A que huelo?

—A chocolate, es simplemente delicioso.

—Tú amas el chocolate.

—Te amo más a ti y ahora que sabes que eres mi compañera espero que entiendas que nunca, nunca, volveré a alejarme de esta manera de ti. No me importa si a Logan no le gusta, tú eres mía y yo tuyo, no podrá cambiarlo.

—Él ya entendió que no podrá alejarnos, además le caes bien y valora muchas cosas que hiciste, solo le molesto enterarse que estuve en riesgo.

—Lo entiendo, lo que no entiendo es cómo te dejo a mi cuidado por estos días.

—Pelee por ti, les hice ver sus errores y vi los míos. Siento que espere mucho tiempo para demostrar carácter,  pero lo hice en el momento justo en que debían ver que crecí y que haría todo por la persona que amo.

No imaginaba esa conversación, habrá sido demasiado dura para ella y para sus padres, pero guiándome por el resultado, podría decir que salió algo bueno de ello.
El que Logan la dejara conmigo, era más que una muestra de confianza, era la aceptación por fin. 

—Haré hasta lo imposible porque no te arrepientas de haberlo hecho. —prometí, sabiendo que no me separaría un segundo de ella esta semana.

Pocas pulgas    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora