Aysel
Diosa, decirles eso fue como si sacaran varios kilos de mi espalda. Me sentía más relajada y odiaba el haber sido tan cobarde y no haberlo hecho antes. Muy tarde comprendí que no era algo malo que debía callar, sino una de las mejores cosas que pudieron sucederme.
¿Cuántos lobos vivían sus vidas miserables, sin encontrar jamás a su mate? ¿Y qué hacía yo? Ocultarlo. Enserio no entendía que demonios andaba mal conmigo, pero lo descubriría, con el tiempo, claro, ahora tenía que averiguar como lograr que Cedric me de otra oportunidad y esta vez no joder todo.Tanto mi hermana como Sam, parecían seguir absorbiendo la noticia, es que no era para menos. En minutos les dije que encontré a mi compañero, que me negaba a él, que terminé cediendo y aceptando la relación, que ahora estábamos peleados y encima que era un alfa.
¿Qué sería lo próximo? ¿Un embarazo? Quise reírme de ello, aún eso era imposible, ni siquiera habíamos tenido relaciones.No es que no lo hubiera intentado, pero Cedric me valoraba más de lo que creí, y solo ahora comprendía que él quería hacer las cosas bien, que cuando por fin nos entregáramos, ambos estuviéramos convencidos.
Cuanto lo extrañaba…—¡Soy una tonta! —me quejé, sacándolos de su trance y acercándome a la nevera, tomando una botella de jugo de naranjas.
—Usa un vaso —advirtió mi hermana, mirándome aún con curiosidad. — No me sorprende que tú no nos dijeras nada, pero he hablado con Cedric en varias ocasiones y nunca lo mencionó.
—Si hubiera sido por él, el día de su fiesta de bienvenida lo hubiera anunciado, pero le pedí que no lo hiciera. Entiéndeme hermana, no sabía que hacer, estaba asustada y ahora que ya no me quiere cerca empiezo a darme cuenta de las cosas.
—No creo que no te quiera cerca. —levanté mi mirada, dejando el vaso que había tomado sobre la mesada y centrándome en Sam. — Con tu hermana también hemos peleado algunas veces, ninguna relación es sencilla y quien te diga lo contrario, te estará mintiendo. Es normal que en las parejas hayan desacuerdos, pero en los intentos por solucionarlos, es donde se ve la importancia y el amor. Por eso mismo, creo que él debe sentirse como tú, o peor, ya que al parecer fue quien más puso en la relación.
No quería pensar en Cedric estando mal, él ya tenía demasiado con la salud de su madre, aunque esta ya estaba mejor.
Tenía que hacer algo, podría llamarlo, insistir una y otra vez, hasta que decida atenderme. Tal vez llenar de mensajes su buzón, disculpándome y diciéndole lo mucho que me importaba… Pero mientras lo pensaba lo descartaba, no podía hacer esto, era ridículo y no sería suficiente—Solo quiero que me perdoné, no quiero seguir peleada con él. —cubrí mi rostro con mis manos y gemí, esto iba a enloquecerme.
Mi teléfono sonó, pero al ver el nombre en la pantalla lo ignoré. No quería hablar con Laurie ahora, ya habría tiempo para los reclamos.
No me sorprendió que el siguiente teléfono en sonar sea el de mi hermana, pero no podía negar que un poco me preocupo, talvez le había sucedido algo y yo estaba tan encerrada en mi miseria que lo ignoraba.Ese fue un pensamiento drástico, tan perturbador, que me llevo a arrancar el teléfono de la mano de mi hermana y responder.
—Demonios Laurie, dime que no le pasó nada. —En mi cabeza empezaban a visualizarse horribles imágenes de Cedric involucrado en diferentes tipos de accidentes.
—¿Aysel? ¿Por qué demonios no contestas tu maldito teléfono? ¿Sabes la cantidad de veces que te he marcado? —claro que lo sabía, la había ignorado en cada una, pero ahora tenía un pensamiento atormentándome.
—No desvíes el tema ahora, dime que esta bien.
—Lo está, bueno eso dependiendo de como lo veas. Tengo a mi primo perdido en alcohol y lastimado por ti. ¿Cómo pudiste ocultar algo así?
—¿Enserio esta bien?
—Que sí, ahora tú no te desvíes. ¿Qué diablos pensabas Aysel? —sabía que esto sucedería y por eso no respondía.
—Nunca quise que esto terminará así, yo solo…
—Estabas jodidamente asustada, lo sé, pero eso no hace que me sienta mejor. ¿Qué piensas hacer? Dime que no vas a esperar a que esta vez él te busque, debes moverte chica, bueno eso si te importa. ¿Te importa Cedric?
—Por supuesto que lo hace. —no tenía dudas de ello.
—¿Entonces?
—No se que hacer—ya estaba cansada de decir lo mismo. ¿Por qué alguien no me daba una jodida solución, en vez de más preguntas?
—No puedo decirte que hacer, debe salir de ti. Con Beau no dejaremos solo a Cedric, pero desde que llegó, no ha dejado de beber. Intente darle cerveza, ya sabes que no tengo mucho en casa, pero saltó el balcón y asaltó el mini bar de Beau. —Suspiró y pude imaginarla negando. — Debería estar molesta contigo por romperle el corazón, pero no puedo. Desde que te conoció supo que serías difícil y no le importo, eres su compañera y bajaría la luna por ti, pero ahora esta viendo lo malo y solo tú puedes sacarlo de esta miseria.
—Estas poniendo mucha presión en mi.
—Lo sé, pero es mi primo, no puedo ser imparcial, ambos me caen bien…—no hacía falta que continué, era obvio que por más bien que le cayera, a él lo adoraba.
—Te entiendo. Ya le dije a mi hermana que él es mi compañero—mi hermana asintió, mientras me observaba atentamente, aún mordisqueando las uñas de su mano derecha.
—Lo imaginé cuando contestaste su teléfono y preguntaste por él.
—Estoy preocupada. —no podía dejar de sentirme culpable, era una compañera de mierda y si no empezaba a cambiar, sería una luna aún peor.
—Él esta bien, tranquilízate y arregla las cosas con Carmen, tendrás tiempo para arreglar todo con Cedric.
Esperaba que tuviera razón, quería solucionar todo, lo quería de regreso y esta vez haría hasta lo imposible por hacerlo funcionar.
Les demostraría a todos que también podía luchar por el chico que quería, que podría ser una mejor compañera. No importaba si creían que era tarde, la loba en mi quería a su compañero de regreso y lo conseguiría.¡Voy por ti Cedric! Gruñí en mi interior, lista para cazar.
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Pocas pulgas
WerewolfLibertad... Laurie Adams había ansiado llegar a la ciudad desde pequeña. Las cortas escapadas que hacia junto a sus padres para visitar a sus abuelos, no eran suficientes para satisfacerla. Pero ahora con dieciocho años recién cumplidos y lista para...