Samara
—He estado buscando un trabajo y creo que estoy por ser contratada, pero aún no hay nada seguro. Pero ya dejemos de hablar de mi, te la has pasado preguntándome cómo me siento aquí y no me has contado nada de allí. Una cosa es que quiera rehuir de mi loba y otra de mi familia. —hacía solo veinte minutos que había comenzado a hablar con Faith, no podía culparme por querer saber como estaba. —Mis padres estarán llegando en tres días y sé que me contaran algunas cosas pero no todas. Así que cuéntame puritana.
Aún no me acostumbraba a ese apodo, yo no era una puritana, no estaba ni de cerca con todos los pecaminosos pensamientos rondando por mi cabeza.
—Hay un par de noticias—mordí mi labio, recordando los besos de Aryeh y sonreí. —La primera es que mamá esta embarazada y eso me tiene súper emocionada, ya sabes que siempre quise un hermano o hermana al cual malcriar.
—Esa es una gran noticia y me sorprende que hayan tardado tanto en tener otro hijo, tus padres se la pasan pegados.
—Bueno sí, pero como dice mi madre, los tiempos de Dios son perfectos y llegó cuando debía.
—Siempre tan positiva. ¿Qué más sucede puri?
—Bueno también resulta que ahora estoy de novia con Aryeh…
—¿Aryeh? ¿Cómo Aryeh Doll? —preguntó y sabía que no le gustaría.
—Sí. Y antes de que lo critiques, recuerda que no es como su hermano. He tenido que recordárselo a papá muchas veces.
—No me extraña, si fuera Logan también tendría mis dudas con él.
—Vino a hablar con papá, le pidió autorización para salir conmigo y no deja de portarse dulce, tierno y comprensivo conmigo. Es como ideal, me hace sentir muy feliz. No voy a mentirte, al principio no lo creí posible, ya que solo lo veía como un primo, pero cuanto más tiempo pasamos juntos más lugar gana en mi corazón. Sé que no te gusta lo cursi, pero en serio me gusta Aryeh. —Empezaba a quererlo demasiado y eso me asustaba, no faltaba mucho para que debiera viajar a la ciudad.
—Esta bien, pero prométeme que tendrás cuidado, no quiero que termines lastimada, puedo ver que estas involucrandote demasiado.
¿Lo hacía? Sin duda alguna. No estaba cayendo por este chico, estaba lanzándome con los ojos cerrados y las manos atadas a mi espalda.
¿Pero podían culparme? No lo creo, él era un chocolate y yo estaba hambrienta y quería comerlo. Lo malo es que aunque sabía que podía hacerme daño, no me importaba, muchas cosas lo harían y no por ello las evitaría.—No te preocupes por ello, cuando él ya no quiera estar conmigo lo comprenderé, pero ahora quiero disfrutar el huracán de sensaciones que me produce el solo pensar en él. —cerré los ojos con fuerza, cuando me di cuenta que no era lo que iba a decir, pero que si sentía eso.
—Voy a hablar con él, no trates de convencerme de lo contrario, tiene que saber que no me importa tener que viajar a patearle el trasero si se atreve a lastimarte. —me reí, queriendo creer que no sería capaz, pero viniendo de Faith, todo podía suceder.
—¿Te arriesgaras a que Gael consiga tu número?
—Tarde o temprano lo hará, además extraño hablar con mis amigos. Los llamaré, principalmente a tu nuevo novio.
Continué hablando con ella durante un tiempo más, dos horas para ser precisa, antes de que me cortará. Extrañaba tanto a Faith, a pesar de que éramos como la noche y el día, ambas hacíamos funcionar nuestra amistad.
También extrañaba el grupo tan solido que éramos, parecía que nada podía alejarnos y lamentablemente eso ocurrió. Ahora solo podía orar en las noches para que todo se solucionara, ellos debían ver más alla del dolor.Aún pensando en todo, caminé hacia el jardín, les había prometido a mis padres que trabajaría en las nuevas flores y no lo había hecho por estar hablando por teléfono.
Comencé a preparar todo para plantar las alegrías del hogar, cuando alguien salió de entre los arbustos, casi matándome del miedo.—¡Por amor de Dios! Mi corazón casi sale por mi boca. —tenía mi mano contra mi pecho, sintiendo como dentro este golpeaba con mucha fuerza.
—Solo quería sorprenderte, no creí que te asustaras tanto. —contestó Aryeh, entre risas.
Podría reír, pero estaba demasiado asustada aún. Di dos o tres respiraciones, tratando de calmar los temblores en mi cuerpo.
En cuanto esto pasara, iba a castigar a Aryeh por ser un tonto.—Me sorprendiste, Dios sabe que casi recibe mi alma en su reino. —Ahora un poco más tranquila, lo observe y lleve mi aún temblorosa mano, a su rostro. —No vuelvas a hacerlo Ari, en verdad, la próxima vez te golpearé.
—Esta bien, ahora quiero saber si puedo besar a mi chica.
—No puedes, estas castigado por asustarme. —pero a pesar de intentar sonar dura, fallé sonriéndole.
Eso solo lo motivo a acercarme y besarme tiernamente.
—¿Me perdonas por asustarte?
—Solo si me vuelves a besar. —se lo ponía demasiado fácil, pero no lograba ser dura con él.
Estuvimos un rato más besándonos, tiempo que debí utilizar en el jardín.
—Vas a tener que ayudarme a plantar estas flores o me castigaran y no podre salir contigo más tarde. —lo miré batiendo mis pestañas, aunque hubiera funcionado mejor si tuviera pestañas como las suyas. Las mías daban lástima en comparación con las que él tenía, eran largas, gruesas y oscuras. Él tenía un bosque en sus ojos.
—Esta bien, haré el trabajo duro. Si me viera mi madre me reclamaría—dijo comenzando a reír. — creo que nunca he trabajado en nuestro propio jardín.
—Lo haremos estos días que me quede contigo.
—No, tengo otros planes para esos días. He preparado una lista de lugares a los que quiero llevarte y sé que te encantaran.
—¿En serio hiciste una lista?
—La hice, no podía permitirme olvidar ningún lugar.
—Estoy ansiosa porque lleguen esos días. —de verdad no soportaba la espera, mis expectativas estaban demasiado altas.
—También lo estoy Samy, por una semana te tendré solo para mi, puede que incluso no quiera devolverte. —compartía el sentimiento, puede que tampoco lo quisiera.
—Entonces deberé aprovecharte, porque papá acabará contigo.
Aunque bromeaba, no dejaba de pensar que en algún momento él y papá podrían tener una discusión, ambos eran bastante sobreprotectores…
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Pocas pulgas
WerewolfLibertad... Laurie Adams había ansiado llegar a la ciudad desde pequeña. Las cortas escapadas que hacia junto a sus padres para visitar a sus abuelos, no eran suficientes para satisfacerla. Pero ahora con dieciocho años recién cumplidos y lista para...