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Samara


La mejor idea que había tomado para hacer este viaje, fue que mamá nos acompañara. Mis nervios me llevaban a pedirle a mi padre a cada hora, que acelerara. Sabía lo imprudente y molesta que estaba siendo, pero en verdad quería llegar de una vez.
No podía confiar en que Michael guardaría el secreto, él era como una bomba de tiempo a punto de explotar, pero antes de hacerlo, apostaría mi mano izquierda a que abriría la boca.

Fue por ello que el miedo se apodero de mi al leer el nuevo mensaje que Aryeh me había enviado.

*Aryeh: Hable con mi padre y me dijo que fueron a la casa. Contéstame Samy o llámame tú. Necesitamos hablar.

¿Qué tanto había dicho Michael? ¿Le había dicho que venía hacia él? Dios esperaba que no, se suponía que era una sorpresa y se suponía que él era un perfecto guardador de secretos.

-¿Papá puedes apurarte? Creo que Michael le dijo algo a Aryeh. -dije aún con la mirada puesta en mi teléfono, me debatía entre responderle o esperar y verlo cara a cara.

-Ya te dije que si voy más rápido tendremos un accidente. ¿Qué te hace pensar que le dijo algo?

-Acaba de mandarme un mensaje diciéndome que Michael le dijo que fuimos y me pide hablar. ¿Y si quiere pedirme que no vaya? ¿Qué pasa si no me quiere en la ciudad? ¿Debo llamarlo o simplemente volver? ¡Ay que voy a hacer! -cubrí mi rostro con mis manos, a punto de romper a llorar. ¿Por qué Michael no podía quedarse callado?

-Yo digo que volvamos, si él quiere verte es mejor que te busque. ¿Por qué tienes que hacerlo tú?

-¡Logan! Deja de decirle eso. ¿No ves que esta mal? Cariño, lo mejor es que le respondas, sé que no quieres decirle que vas, pero al menos que sepa que ya no estas enojada. -miré a mi madre y asentí, tenía razón, Aryeh debía estar preocupado.

-Miéntele, inventa algo que no lo haga pensar que vas en camino. Dile que decidimos llevarte a visitar a Faith. -dijo mi padre, como si lo hiciera todo el tiempo.

Me costaba tanto mentir, me hacía sentir culpable. Algunas veces lo había intentado y comenzaba a tartamudear o me delataba el terminar mordiendo mi labio y mirando a cualquier otro lado.

-No quiero mentirle, me hace sentir culpable. Con el tiempo puede llegar a creer que siempre le mentiré y no es así.

-Entonces dile la verdad. Dile que amenazaste con venirte sola a buscarlo, por lo que preferimos traerte y que te has pasado los últimos tres días apurándome. -Tamborileó sus dedos en el volante, mientras yo consideraba sus palabras. -Lo único que nos falta es que nosotros vayamos y él se vuelva a la manada, no es un viaje corto, para ir y venir.

-No puedo, si hago eso sería decirle que voy a buscarlo. En serio quiero sorprenderlo. Quiero que sienta que me importa tanto como yo le importo a él.

-Él lo sabe, por eso esta llamándote. Solo envíale un mensaje y dile que iras a visitar a Faith como dijo tu padre. No pensara mal y eso no le importará cuando te vea.

-Esta bien, lo haré. -respiré profundo y comencé a teclear un mensaje, que esperaba sonara convincente.

*Samara: Hola Ari. Sí, fui a hablar contigo, pero no te encontré. Me gustaría hablar ahora, pero voy en viaje con mis padres, visitaremos a Faith.

En cuanto lo envié sentí que le faltaba algo, quería decírselo y no me importaba que pudiera darse cuenta que iba hacia él.

*Samara: Te extraño.

Al terminar de enviarlo pase mi mano por mi rostro, me sentía tan nerviosa, que parecía estar a nada de deshidratarme.
Su respuesta no tardo, era como si Aryeh lo estuviera esperando.

*Aryeh: También te extraño y no te imaginas cuanto. Estoy arrepintiéndome de permitir que Gael y mi madre me convencieran de venir, si hubiera esperado unos minutos, podría haberte visto.

-Dijo que me extraña, entonces si quiere verme. ¿Cuánto nos falta? -volví a preguntar, al mismo tiempo que respondía el mensaje.

-En unas tres horas estaremos allí, ya cálmate. Y solo para que conste, era imposible que no quisiera verte, eso lo volvería un tonto y no merecería este viaje que estamos haciendo.

-Papá recuerda lo que me prometiste.

-Ya sé, con tu madre aprovecharemos para llevar a tus abuelos a una pequeñas vacaciones.

-Iremos a pasar unos días al campo, estoy segura de que le vendrá bien ese cambio de aire a tu abuelo. Además, tu padre puede aprovechar para correr libre un rato.

-Soy un lobo pajarito, no perro.-se quejó, haciendome reír.

-Pero el aire te servirá de todas maneras y dejaras descansar un poco a Samara de tu intensidad paterna.

-No es intensidad...

-Es preocupación, ya lo sabemos. Ahora cálmate, o te dará un ataque. -sonreí mientras apretaba la tecla enviar.

*Samara: Tendrías que haber esperado horas, no unos minutos. Pero como dice mi madre, los tiempos de Dios son perfectos, por lo que nos veremos cuando sea correcto. Ahora te dejo, la señal no es muy buena por aquí.

-¿Por qué no descansan un poco? Ya no queda mucho camino, pero sé que están cansadas.

-La verdad es que si lo estoy, el embarazo solo me da hambre y sueño.

-En mi caso, no veo la hora de estirar las piernas, ya las tengo acalambradas. -No aguantaba más.

-Duerman un poco, cuando lleguemos las despertaré.

-Esta bien. -respondimos ambas a la vez, de nada nos servía seguir resistiéndonos.

*Aryeh: Hasta más tarde Samy, no olvides que te amo.

No era la primera vez que me lo decía y aunque también lo sentía, quería decirle esas palabras mirándolo a los ojos y no a través de una pantalla.
Lo bueno es que si todo salía bien, eso no tardaría en suceder y mañana en la noche podría decírselo, en la fiesta.

Pocas pulgas    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora