Aryeh
Estos días habíamos creado una rutina, no era sencillo, pero cada noche terminábamos durmiendo juntos. La primer noche, me colé en su habitación, pero la segunda fue ella. Luego simplemente fingíamos dormirnos en la sala, luego de ver alguna película.
Iba a ser duro que la semana terminara, dormir junto a ella era lo mejor. Sentir su olor y su calor junto al mío, era algo que no quería cambiar nunca.Pero lo bueno siempre tiene un final y solo nos quedaban tres días, antes de que llegaran sus padres y dudo mucho que Logan sea tan comprensivo como los míos.
Estoy muy seguro de que en caso de dormirme en su sofá junto a Samara, me despertaría y patearía mi trasero fuera del lugar.Era por esa razón que hoy volvería a desafiar a Samara. No sabía si aceptaría, esto estaba un poco fuera de su zona de confort, pero lo intentaría.
—¿En qué piensas? Si me dices que en mi, no te creeré porque tienes todo tu ceño fruncido y a menos que estés enojado, no lo entiendo. —sonreí cuando Samara extendió una uva hacia mi.
—Pensaba en ti, siempre pienso en ti. Pero esta vez, pensaba en un nuevo desafío. ¿Crees que estas lista? —me acerque a su mano y tome la uva entre mis dientes, rozando sus dedos.
No sabía si fue mi acción o mi propuesta, pero cuando observe su rostro, tenía sus ojos bien abiertos y una expresión un poco preocupada.
—Depende—respondió muy despacio, aprisionando su labio entre sus dientes.
—No voy a proponerte nada fuera de lugar, pero estoy seguro de que será muy divertido.
—¿Qué es? Tienes que decírmelo para poder aceptar o negarme. —volvió a comer las uvas, como si hace momentos no hubiera estado asustada.
—Esta noche hay una fiesta y quiero que vayamos. No voy a dejarte sola, estaré a tu lado todo el tiempo—sonreí de lado, sabiendo que aunque no era una puritana, como Faith la llamaba, no era tan arriesgada. — No te voy a negar que estará lleno de personas bebiendo, besándose y tocándose en cada lugar, pero ni tú ni yo haremos eso en publico.
—¿Y en privado? —me reí cuando ella cerró los ojos, era evidente que no quiso decir eso.
—Eso lo veremos con el tiempo Samy.
—Déjame entender esto que me propones. Tú quieres llevarme a una fiesta, donde me avisas que habrá mucha gente descontrolada, bebiendo y actuando de manera algo descarada. ¿Acaso quieres probar mi fortaleza? Porque yo ya te he dicho que tengo ganas de estar contigo, por lo que es muy obvio que mi fortaleza da lástima y se esta cayendo a pedazos. Así que si es eso no hace falta Ari.
—Si quisiera probar tu fortaleza no haría falta llevarte a una fiesta, puede que no te los mostrara aún, pero tengo algunos movimientos. —me acerque, fingiendo que tomaría otra uva de sus dedos, pero me incline un poco más, besando su cuello. —Y tú tienes un olor que me insta a comerte.
Trago saliva y me miro, por lo que la atraje hacia mi y bese su cien.
—Todo estará bien niña bonita, sólo deberás aferrarte a mi. Si quieres puedo prometerte que no me alejaré un solo segundo de tu lado.
—Esta bien, confió en ti. Iremos a tu dichosa fiesta.
Muy bien, ahora solo esperaba que todo siguiera saliendo bien como hasta ahora.
(***)
—¿Estas seguro de que fue buena idea traer a Samara? La veo completamente a punto de gritar. —antes de que Gael la llevara a la pista de baile, le hubiera dicho a Uriel que se equivocaba, pero ahora estaba claro que eso era lo que sucedería.
—Mejor voy con ella, le prometí que no me alejaría y deje que mi hermano la lleve a la jungla.
—No puedes protegerla de todo, mucho menos de personas que no queremos lastimarla, sino todo lo contrario.
—No esta acostumbrada a esto, debí empezar con algo más tranquilo. No imagine que esta fiesta tomaría este nivel de descontrol.
Volví a mirar todo a mi alrededor, estaba acostumbrado a las fiestas, pero esta tenía un mayor nivel de locura y excitación. Era lo más lejos de la zona de confort de Samara y me imaginé que de seguir así, solo nos quedaríamos unos veinte minutos más.
Seguía en mis pensamientos cuando Uriel me codeo.—Mejor ve por Samara, creo que esto se pondrá un poco salvaje. —seguí su mirada y maldije, varios chicos estaban comenzando una pelea.
A la mierda los veinte minutos, iba a sacarla de aquí ahora mismo.
Caminé hasta donde mi hermano y mi chica bailaban, ajenos a lo que ocurría. Ella estaba divertida o lo disimulaba muy bien, porque aunque de a momentos fruncía el ceño, también sonreía.
Cuando llegué hasta ellos, miré a mi hermano y señale el lugar de la pelea, luego voltee y le sonreí a la chica que ahora miraba al mismo lugar.—Samy, nos vamos. Te prometí que nada te pasaría y nada te pasará. —tomé su mano y comencé a avanzar junto a ella.
Estábamos casi llegando a la salida cuando escuché el fuerte estruendo.
Casi de manera natural atraje a Samara contra mi, con intención de protegerla del maldito imbécil que estaba comenzando a disparar, mientras ella gritaba asustada.Las personas comenzaron a correr, tratando de escapar. El ataque no era contra ninguno, pero nunca se sabía a donde terminaría una bala perdida.
Pronto los disparos comenzaron a aumentar, haciéndome arrepentirme de proponerle venir. Tenía que sacarla cuanto antes, pero me era imposible, las personas aglomerándose nos impedían el paso.Cuando el nuevo disparo sonó, el tipo parado junto a Samara la empujó con fuerza contra mi.
—Ese maldito cabrón casi le da a tu chica, lo siento por empujarla, pero no supe que más hacer. —Gritó, mirando alrededor.
Casi le disparan. Era lo único en lo que podía pensar.
Mi intención era sacarla de su caparazón, demostrarle cosas nuevas, pero nunca paso por mi cabeza el encontrarnos con este tipo de mierda.La sentía temblar contra mi y aferrarse con fuerza, como si fuera su salvavidas. ¿Acaso no veía que era el responsable de ponerla en peligro?
—Estoy bien, estoy bien. Solo un poco o tal vez demasiado asustada—gritó Samara por sobre el griterío.
—Tenemos que salir de aquí—dije y ella asintió.
Tenía que admirar su compostura, la verdad es que creí que terminaría colapsando.
Pero quizás era pronto para decirlo, ya que cuando el lugar se lleno de patrullas y nos vimos envueltos en el problema, ella terminó por enloquecer… y sabía que no sería la única.
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Pocas pulgas
WerewolfLibertad... Laurie Adams había ansiado llegar a la ciudad desde pequeña. Las cortas escapadas que hacia junto a sus padres para visitar a sus abuelos, no eran suficientes para satisfacerla. Pero ahora con dieciocho años recién cumplidos y lista para...