Capitulo 2

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Beau

Había pasado un día literalmente de mierda, los papeles sobre el escritorio no dejaban de acumularse y en cualquier momento los haria una jodida bola y las metería en la boca de mi padre.
¿Cómo demonios podía ser tan irresponsable? Había contratos de los últimos tres meses que aún no tenían su jodida firma.

Sin duda el nombre le quedaba bien a este lugar, ya que en este momento era un maldito infierno.

Dejando el contrato de una chica que se veía a leguas que era menor de edad, presioné el interruptor, necesitaba hablar con Esteban ahora mismo.
Mi padre podía ser un irresponsable, pero yo me había preparado, había terminado mi carrera en administración de empresas y ahora estaba listo para hacerle frente a esto.

Todos creían que no seria nada más que una escoria, y no podía culparlos, mi madre siempre fue una prostituta de infierno y mi padre… con suerte lo veía una vez al mes, pero el maldito pagó mis estudios, así que al menos debía agradecérselo.

—¿Qué sucede Beau? —la robótica voz de uno de los encargados se escuchó con fuerza.

—¿Ahora estamos contratando menores de edad? — pregunté, volviendo a tomar el papel que había dejado con los demás.

—¡Demonios no! Eso nos daría demasiados problemas.

—Entonces explícame ¿Por qué demonios tengo un contrato a nombre de Sandra Calaway, quien a penas tiene diecisiete años? ¿Es que acaso no leen ni lo que escriben? Estos son jodidos problemas Esteban, dejen de pensar con su maldito pene y empiecen a pensar con la cabeza. —imaginaba que Esteban estaría furioso, para él solo era un mocoso de veintidós años, pero ahora estaba salvando su grasiento trasero.

—¿Esta firmado? —rodé mis ojos, arrojando el papel al montón. Claro que no lo estaba, o no lo hubiera llamado.

—No, por una vez la irresponsabilidad de mi padre fue útil.

—Deshazte de esa mierda, yo me encargare de hablar con la niña. —esperaba que lo hiciera.

—Algo que debieron hacer hace mucho. —espeté, terminando la llamada.

Cuando decidí sumarme a este lugar, no pensé que estaría tan mal administrado, pero ahora veía lo mucho que me equivoque.
Suspirando volví a concentrarme en mi trabajo, debía terminar esto cuanto antes, de lo contrario pronto nos clausurarían y nos enfrentaríamos a una demanda.

A la media hora sentía como mi cabeza iba a explotar, había encontrado a otras dos menores y aunque ninguna tenia contrato, ya había una de ellas bailando los miércoles.
Mire la hora, eran las cinco y cuarenta y cuatro, faltaban solo cuatro horas para que el lugar abra y mi padre aún no había aparecido. ¿En donde se habría metido ahora?

Volví a apretar el interruptor, esta vez comunicándome con Carmen, la que encargada del bar.

—Carmen, tráeme un café, ahora. —ya no resistía, este lugar era una mierda. Tenían más problemas escondidos bajo la alfombra de los que creí.

En lo que esperaba el café, marque el número de mi padre, quien se digno a contestarme al cuarto timbrazo.

—¿Qué pasa ahora Beau?

—¿Dónde te metiste? Hay muchísimos problemas por tratar, este lugar esta a punto de irse a la mierda.

—Deja de exagerar, he sido propietario por mas de veinte años y no hemos tenido ni una maldita queja . —y ahí estaba, siempre minimizando los problemas y actuando completamente despreocupado.

—¿Sabes que hay contrato para tres menores de edad?

—Pura mierda, en eso no nos metemos.

—Tengo los contratos en mis manos. —escuche la maldición de mi padre .

—Llama a Esteban, debo hablar con él y que empiece a ver a quien mierda contrata.

—Ya lo llame y esta enterado de la situación. ¡Adelante! —gruñí al escuchar el golpeteo en la puerta, estaba segura de que era Carmen, pero en su lugar fue Christa quien lo trajo.

Desde que empecé a frecuentar este lugar, la tenia pegada a mi como una garrapata, no acepta negativas, ella simplemente creía que podía tener lo que quisiera. Me tenia aburrido, estaba acostumbrado a los retos y ella era alguien bastante fácil.

—Llegare en menos de media hora, más vale que ese idiota este allí. —espeto antes de colgar.

Christa seguía con su mirada puesta en mi, ya había estado con ella y sabia de lo que era capaz, pero le quitaba toda la emoción.

—Carmen estaba ocupada, espero no te moleste un poco de compañía. Pasa que a esta hora todo es tan aburrido allí fuera, creí venir a verte y tal vez divertirnos un poco. —había dejado el café sobre el escritorio y ahora ocupaba sus manos en desabrochar los botones de mi camisa.

—Estoy ocupado, así que no me obligues a ser grosero y empujarte fuera.

—¿Por qué harías eso? Solo seria unos momentos, puedes considerarlo un descanso. —Podría hacerlo, pero no estaba logrando que termine de caer. No estaba sintiéndome muy motivado, por así decirlo.

—Si quieres cobrar tu sueldo y conservar este trabajo, lo mejor es que me dejes trabajar. Estoy ocupado y lo que para ti es un descanso, para mi es una perdida total de tiempo.

—Pero Beau…

—Ve a ayudar a Carmen, Christa. Necesito concentrarme y contigo frotándote contra mi lo único que estoy haciendo es comenzar a cabrearme.

—Yo puedo quitarte el cabreo, si solo dejaras de resistirte. Vamos Beau, este lugar por unas horas será como un jodido cementerio. ¿Por qué te estas privando, mejor dicho nos estas privando, de un muy buen momento?

—¿No entiendes lo que es un no? Vamos, sal ya mismo, no quiero tener que comportarme como un  maldito idiota.

—Estas haciendo muy buen trabajo al respecto. —puse mis ojos en blanco, le había advertido que no quería nada.

—Otra razón para que vuelvas a tu trabajo y me dejes hacer el mío ¿No crees?

—Ya te entendí imbécil.

Comencé a abrochar los botones de mi camisa, cuando la puerta de mi oficina se abrió, mostrando a una bonita morocha parada fuera. Ella nos miro a ambos antes de fruncir el ceño, y negar.

—Creo que me equivoque. Siento mucho la interrupción, aunque ya parecen haber acabado. —sonreí, cuando la puerta se cerro de un golpe.

—¿Y ella quien es? —preguntó Christa, bastante molesta.

—Ahora mismo lo descubriré. —ella no pertenecía aquí, se veía como un pez fuera del agua.

Pero era un pez con unos bonitos ojos.






¡Hola! Bonita noche a todos❤

Son las dos y media de la madrugada y yo estoy estudiando para un examen, pero uno siempre debe distraerse un ratito, así que quise actualizar y presentarles a Beau.
Ahora díganme, ¿Alguno espero que el compañero de Laurie fuera nada más y nada menos que el hijo de Aníbal? A que no…😅😅

Pocas pulgas    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora