Laurie
No tenia noción alguna del cansancio que tenia, sino hasta que me senté en el asiento del copiloto. Fue sentarme y recorrer solo unos pocos metros, para terminar dormida.
De esa manera se dieron los siguientes tres días, todo el viaje lo pase durmiendo.Ahora que Beau conocía mi secreto y parecía aceptarlo, o al menos no estar tan espantado con ello, y el que mis padres conocieran el lugar donde trabajo y a mi compañero, era como si quitaran un enorme peso de mi espalda. Esta podía ser la razón por la que ahora descansaba tan bien.
Sé que debía trabajar duro para que acepten a Beau y se quiten el prejuicio que sienten por él, al saberlo uno de los dueños de infierno. Pero vamos, Beau se apareció presentándose con humildad, solo para ser casi apedreado, vio a Ben convertirse en lobo y no lo escuche juzgándonos a todos por ser una especie de monstruos o peor. Con el tiempo iban a tener que aceptarlo, porque no había manera de que me alejará de él.—Pececito, estamos aquí.
—Mmm… —me estiré, tratando de quitar el entumecimiento de mi cuerpo. Pude estar dormida, pero todo este viaje me dejo un poco contracturada. —¿Dónde estamos?
—En infierno, tus tíos y Cedric están en los autos delante del nuestro. Anda floja, abre tus ojos. —sonreí, cuando sentí su pulgar acariciar, con mucha suavidad, mi mejilla.
—Estoy bien así, aunque quizás estaría mejor si me besas. Mmm… sí, definitivamente eso terminaría por despertarme. —aunque solo fuera un simple beso, no podría hacerlo como quería, al menos hasta luego de darme una fiesta con el cepillo y la pasta dental.
—¿Me estas chantajeando? —reí con mucha energía, eso era exactamente lo que trataba de hacer.
—¿Me besaras o no?
Entreabrí solo un ojo, para mirarlo. Él lucía divertido y bastante desaliñado, con los botones de su camisa desprendida y su barba a penas un poco más crecida. Deberíamos arreglar eso, aunque así estaba muy bien, el Beau arreglado es mi preferido.
Supe que había encestado, cuando sonrió y se inclinó, apenas juntando nuestras bocas.Ese leve roce, me provocaba tantos escalofríos, erizando la piel de mis brazos. Me sentía como si tocara un enchufe y la electricidad recorriera todo mi cuerpo. Era sencillamente adictivo, no tenía otra definición.
—¡Oigan, mis tíos están nerviosos! ¿A dónde desde aquí? —me separé de Beau, bastante irritada.
—¿Por qué insistí en que Cedric viniera?
—Eso te dije pececito, pero tú solo insistías en que eran como primos, que crecieron unidos y que necesitabas su ayuda.
Era muy divertido ver esa actitud en Beau, si no lo conociera un poco y supiera que es imposible, creería que esta celoso de Cedric.
Con ese pensamiento descartado, baje del auto y les di la dirección de Carmen a mis tíos, también les pedí que al llegar me dieran unos minutos a solas con Faith, para tratar de evitar un drama mayor.Tardamos solo diez minutos en llegar, pero me sentía nerviosa aquí, preocupada de su reacción. Aún así no tarde en llegar a la puerta y golpear, encontrándome con Carmen. Cuando me llevo con Faith, me sorprendió encontrarla luciendo de esa manera, se veía como un perrito abandonado, al cual querías acercarte, pero te asustaba que pudiera temerte.
—Faith ¿Cómo estas? —a pesar de que quería sacudirla y exigirle una explicación, su estado me llevaba más a actuar con extremo cuidado.
—Él me dejo. Estábamos bien, nos estábamos besando y entonces pregunté, muy tontamente, si estaba nervioso por su transformación. Vi en sus ojos el cambio ¿Sabes? —asentí, solo para hacerle saber que seguía su descargo. —Entonces solo me dijo que deberíamos tomarnos un tiempo y enloquecí, cuestioné la razón, sus sentimientos e incluso me cuestioné a mi misma. De nada sirvió, él había tomado su decisión y yo la mía.
—¿Eso te llevo a decidir huir? Faith, todos están preocupados por ti, no puedes irte de esta manera.
—No. Me llevó a decidir que no quiero seguir el destino de un lobo y por eso hui. La manada ya no es mi hogar. Llevaba cuatro años con Gael y no importaron los sentimientos, los recuerdos y todo lo que vivimos, solo le importó que quizás el destino le pusiera a otra en el camino.
—Sabías que eso sucedería, desde siempre supiste que todos tenemos un compañero destinado.
—¿Entonces solo debo aceptarlo porque me está destinado? ¿No puedo elegir? ¿Qué pasaría si me toca alguien malo para mi, como a los padres de Nika? ¿Solo porque la Diosa así lo quiso debería conformarme? No pienso de esa manera Laurie, yo amaba a Gael, pero a él no le importó lastimarme solo para estar libre para su futura compañera.
—Faith, nadie dice que deberías conformarte —me acerqué y tomé sus manos en las mías, ella estaba mucho más herida de lo que creí. —Pero no has pensado que también podría tocarte alguien bueno y que te ame como nadie. Que cuando estés con él sientas que no necesitas a nadie más porque solo él te completa, que te haga feliz.
—Eso sentía con Gael y ve como terminaron las cosas. No quiero un compañero Laurie, no quiero querer a alguien y luego dejarlo porque alguien más decidió que debo estar con otra persona. Y tampoco quiero vivir mi vida como en un convento, no tengo la personalidad de Sophie, no podría soportarlo. Creí que Gael me quería, pero me demostró lo contrario.
—No digas eso Faith, él te ama, pero no quiere lastimarte.
—¿Enserio? Porque eso es exactamente lo que hizo. No soy tonta Laurie y tú tampoco, aunque se transformara mañana, no hay chance de que la encuentre enseguida, mira a nuestros padres, a Cedric y a ti… —no le había hablado de Beau y no sentía que este era el momento correcto para hacerlo, pero al no poder encontrar su mirada, ella lo supo. — ¿Lo encontraste?
—No le dije nada a nadie hasta que se apareció en la manada, no quería hacerme falsas esperanzas. Era consciente de que podría rechazarme, él no sabía de los lobos. Pero en cuanto lo supo, él me acepto.
—Al menos tú tuviste tu final feliz Laurie, por eso te pido que me dejes buscar el mío.
—No podrás escapar del destino Faith, cuando menos lo esperes este te alcanzará.
—Es lo que le he estado diciendo, pero ella esta decidida a alejarse de la vida que ha llevado hasta ahora. —miré a Carmen y asentí, no podríamos convencerla.
—Tus padres vinieron conmigo, puedes querer escapar de tu vida como loba, pero no de ellos, no les hagas esto. —nos miramos unos momentos, hasta que se rindió y asintió.
Me acerqué a la puerta y solo hice un gesto, avisándoles que podrían entrar, pero antes de que lo hicieran, les advertí que no se encontraba muy bien emocionalmente.
Cuando ellos entraron, salí, debía permitirles hablar tranquilos. Tras de mi caminó Carmen, mirando hacia atrás cada pocos pasos.—Esta muy lastimada, no se si cumplirá su decisión de dejar atrás toda su naturaleza. Su compañero esta ahí, pero ella deberá dejarlo entrar para ayudarla a sanar este dolor.
—Lo sé, pero Faith es terca, siempre lo fue. —No sería sencillo hacerla cambiar de opinión. — ¿Y Aysel?
—Ni lo preguntes, ella es otra que se niega a la idea de un compañero. Solo espero que al encontrarlo, cambie de parecer.
Asentí y miré al frente. —Ven, te presentaré al futuro alfa.
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Pocas pulgas
WerewolfLibertad... Laurie Adams había ansiado llegar a la ciudad desde pequeña. Las cortas escapadas que hacia junto a sus padres para visitar a sus abuelos, no eran suficientes para satisfacerla. Pero ahora con dieciocho años recién cumplidos y lista para...