Capítulo 23

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Beau



No iba a sentirme tranquilo ¿Cómo podría? No tenía idea de a donde iría Laurie y a pesar de su negativa a acompañarla, una parte de ella quería que lo hiciera. Yo quería hacerlo. Así que llamé a un par de contactos de mi padre y en menos de una hora tuve el teléfono de Laurie intervenido.
No era un movimiento decente, pero estaba preocupado y quería comprobar por mi mismo que ella estuviera bien.

Podría ser una actitud un poco de acosador, pero no me importaba, mientras ella me comprendiera, el resto podría irse a la mierda.
Tampoco era como si la siguiera con la intensión de hacerle algún daño, simplemente quería estar allí por si me necesitaba.

Llevaba tres días de viaje y un cansancio del infierno, pero lo que más me molestaba, eran las constantes llamadas de mi padre, las cuales aunque ignoraba, no dejaban de llegar.
Lo había dejado pasar varias, pero ya era momento de enfrentarme al hombre.

-Hola. -respondí, con la mirada fija en el camino. Sabía que querría saber el motivo de mi ausencia en el trabajo.

-Hasta que respondes, llevo tres días llamando ¿En donde mierda te has metido?

-Tuve algo importante que hacer, por unos días no podre presentarme. -no sabía el tiempo, eso dependía de Laurie.

¿Quién diría que esa chica malhumorada y rebelde me sacaría unos días de mi responsabilidad? Encima sin habérmelo pedido.

-No, eso no puede ser, te necesito aquí. No me importa donde estas, pero ven ya mismo, Esteban renunció y estoy solo a cargo de todo.

Maldito inútil, era solo cuestión de tiempo para que huyera como la rata que es. Pero por lo que había visto en los últimos informes, ahora sabía a donde demonios estaba desviándose el dinero faltante.
Jodido sinvergüenza, ya solucionaría esto al regresar, lo cual debería esperar, porque ya estaba por llegar y no había manera de que volviera. No hasta comprobar que todo estuviera bien.

-Eso es una mierda, pero estoy demasiado lejos y tardaría días en llegar, así que de igual modo deberás esperar.

-¿Estas jugando conmigo? No me importa si estas en Dubái, vienes cuanto antes, te lo juro Beau me estoy cabreando.

-Estoy ocupado, no estoy jugando. No solo tú tienes una vida ¿Sabes? Así que hazte a la idea de que no estoy volviendo y que no lo haré por un tiempo, una semana o tal vez dos.

-Es demasiado tiempo.

-Me debes vacaciones, simplemente descuéntalas de ahí.

-¡Beau!

-Hablamos luego, no querrás que tenga un accidente y tarde más tiempo en volver ¿Verdad?

-Solo has lo que tengas que hacer rápido. -Ni una despedida para con su hijo, solo ordenes.

Para cuando llegue a un pequeño pueblo, escondido, lo único que pude hacer, fue agradecer. Creí que debería a conducir de por vida ¿De donde demonios había salido Laurie? ¿Serían aquí todos igual de incorregibles?
Ahora solo debía llegar a donde la señal del teléfono se detenía, no se encontraba lejos, lo que era bueno.

Cuando la encontré estaba frente a un hombre algo parecido a ella, supuse que era su padre, con el cual ahora mismo llevaban una conversación, la cual vista desde aquí, parecía bastante acalorada.
Estaba listo para bajar, cuando mi teléfono comenzó a sonar nuevamente y el nombre de mi padre, volvió a aparecer.

-¿Ahora qué pasa? Ya te he dicho que volveré en cuanto termine lo que estoy haciendo, no antes. -no hacía ni media hora desde que habíamos hablado.

-¿A quién estas persiguiendo? Acabo de hablar con González y me dijo que hace tres días intervino un maldito teléfono por pedido tuyo. Así que habla Beau ¿A quién?

Maldición, solo era cuestión de tiempo para que lo investigara, pero tenía que dar con ella. Sus fuentes eran unos auténticos vendidos, debería haberlo imaginado.

-¿Desde cuando te importa a quien acoso y a quien no?

-Desde ahora, ya que es la primera vez que empiezas a hacerlo y puedes terminar detenido.

-Estoy con Laurie, es todo lo que diré. Así que no iré detenido ni nada por el estilo.

-¿Estas loco?¿Acaso quieres que tenga problemas con mis más antiguos amigos? Ya ven aquí y no te atrevas a contradecirme.

-No me iré, te dije que estoy aquí por Laurie, solo me iré si ella me echa. -y eso era algo que no creía que vaya a hacer.

Aunque viendo la discusión que seguía teniendo con el hombre frente a ella no podía afirmarlo a ciencia cierta. Quizás, me pidiera que me vaya, como una forma de desquitarse la molestia.

-No se trata de dejarla sola, si te hubiera querido allí, ella misma te hubiera pedido ir. ¿Lo hizo?

-No intentes intervenir en esto. Lo que tengo con Laurie, sea lo que sea, queda fuera de tus alcances. -colgué sin prestarle más atención.

Él podía oponerse si así lo quería, pero no iba a poder lograr que me alejara de ella. Cuando ella y el hombre comenzaron a caminar, arranqué, siguiéndolos hasta la casa a unas calles.
¿Qué estaba haciendo? Mi padre tenía razón, estaba loco, ¿Desde cuando tenia que perseguir a una mujer?

Desde que Laurie llegó a infierno, lo único que he hecho es perseguirla, a pesar de sus ataques no solo verbales, sino también físicos. ¿En qué clase de masoquista me convertí?
Sin embargo, aquí estoy, superando increíblemente mi nivel de locura, viajando tres días tras ella, solo siguiendo la señal de su teléfono. Si ella no estuviera igual o mejor dicho, mucho más loca que yo, ahora mismo estaría tramitando una orden de alejamiento. Pero tenía el presentimiento de que a pesar de molestarse, le gustaría esto.
Ahora solo debería esperar a que ella saliera y poder hablar...



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