22

4.9K 684 61
                                    

Samara



Estaba tan molesta con todos, por primera vez no quería ser comprensiva, no cuando ninguno de ellos lo era conmigo.
Mi padre estaba completamente cegado, seguía sin aceptar que crecí, que tenía derecho a enamorarme y que había encontrado a alguien que me quería con todo y mis malos ratos. Mi madre, apoyaba las decisiones de mi padre, creyendo erróneamente que eran por mi bien. Luego estaban Abby y Michael, que ellos quizás les informaron lo sucedido a mi padre, para proteger a Aryeh, pero era algo que yo debía hacer.

Todos parecían saber mejor que yo lo que debería hacer, era chica, pero no un bebé. Debería hacer que lo comprendan.
Por último estaba Aryeh, él no lucho por lo nuestro, simplemente aceptó la tonta decisión de mi padre. ¿Acaso no sentía lo mismo que yo? Por Dios, estaba lista para enfrentar a todos y me dejo sola.

No podía dejar de llorar, pasé todo el camino recreando la conversación y pasando mi mano por mi rostro, quitando las lágrimas que no dejaban de caer.
Eran tan injustos, ellos querían seguir viéndome como una niña, por eso no me dejaban crecer.  

En estos momentos me gustaría tener la locura de Faith y poder alejarme de todos, pero en mi caso escapar no era muy recomendable. Mi sentido de la ubicación era bastante defectuoso y terminaría perdida, llamando a mi padre para que fuera por mi.

Cuando llegué a casa, caminé directo a mi cuarto encerrándome con llave. No quería hablar con nadie, de nada serviría.
Al escuchar mi teléfono, lo saque y leí el mensaje.

*Aryeh: Lo siento, Logan tiene razón y no quiero lastimarte. Te amo Samy.

¿Cómo podía decirme que me ama y que mi padre tiene razón en el mismo mensaje? Es decir, me ama, pero cree que es mejor estar lejos de mi.
Pensé en responderle, pero si lo hacía no sería muy agradable.

Estaba comenzando a enamorarme de Aryeh y él me decepcionaba de esta manera.

—Samara cariño, tenemos que hablar—escuché la voz de mi padre tras la puerta, pero no abriría. Tendría que esperar a que se me pase el enojo para hacerlo. —Sé que estas molesta, pero debo explicarte. Tienes que entender que todo lo que hago, lo hago por tu bien.

Estaba cansada de escuchar eso, es por tu bien, lo hago pensando en ti, pudo pasarte algo, debemos cuidarte… ¿Tan débil me creían?

—Entiendo que crees que hacemos esto para que te alejes de Aryeh, pero no es así, solo queremos que no te pase nada malo.

Caminé hasta la puerta y me apoyé en ella.

—Y nada me pasará nunca papá. ¿Sabes por qué? Porque siempre estarán cuidando mis pasos, no dejándome vivir, por miedo a que tropiece.

—Abre la puerta cariño, hablemos de esto como se debe.

—No. Estoy en casa, lejos de Aryeh, lejos de todo ¿No querían eso? —me deslice por la puerta, sentándome en el suelo.

—¡Samara abre la puerta! Deja de actuar como una niña.

—Es así como me tratan, como una niña. ¿No debería comportarme como una entonces? ¿Hacer berrinches, portarme caprichosa y desobedecerlos?. Se niegan a aceptar que crecí y tú papá, te niegas a soltarme, no te das cuentas que eres quien más me esta lastimando. —traté de sonar firme, pero mi voz se quebró al final, me dolía que se porten de esta manera cuando nunca les había dado motivos para juzgarme.

—Cariño, con tu padre nunca hemos hecho nada para lastimarte, siempre lo hacemos pensando en que será lo mejor para ti. —ellos no lo entendían, no veían que también se equivocaban.

Me levanté y abrí la puerta, enfrentándolos, demostrándoles que ellos se equivocaban y no era más una niña esperando su protección.

—Ese es el problema mamá, todo lo ven como un peligro para mi. Siempre agradecí todo el amor y los cuidados que me dieron, pero de cierta manera me sobreprotegieron demasiado. No soporto la atención de las personas, soy bastante vergonzosa y asustadiza, porque siempre los tenía para hablar o decidir por mi. Mientras venía a casa pensaba que me gustaría huir como lo hizo Faith, pero no podría, siempre salí con ustedes y no sabría como ubicarme sola. Lo que me llevo a cuestionarme si podría ir o no a estudiar a la ciudad. Quizás me criaron de esa forma por amor, pero si se ponen a pensar también lo hicieron para que dependa de ustedes, para que no me aleje.  —Mientras lo decía, me daba cuenta de que era lo que sucedía en realidad. — Entonces ahora llega Aryeh, ofreciéndome cosas nuevas por vivir con él y ustedes no pueden soportar el miedo de que avance. No temen que me pase algo, porque puede pasarme incluso estando con ustedes, lo que en verdad temen, es creer que alguien ocupará ese lugar que tienen ahora.

Se quedaron un momento en silencio y esa fue toda la respuesta que necesite. Ellos no iban a aceptar la idea de que crecí, porque significaría ya no depender, alejarme. Pero tarde o temprano debería hacerlo.

—Nunca lo vimos de esa manera, solo quisimos darte todo el amor que podíamos. Cuidarte y acompañarte en las cosas que quisieras hacer. —miré a mi padre y vi que lo que acababa de decirles, seguía dándole vueltas en la cabeza.

—No siempre papá. Ahora no me acompañaron en mi decisión de estar con Aryeh, sino que aprovecharon el que se sintiera culpable por lo sucedido para alejarlo de mi. Sabías que de otra manera no lo haría. Nunca fueron malos o egoístas y ahora lo son. —negué y volví a caminar dentro de la habitación. —Dicen que todo lo hacen por mi bien, pero justo ahora, lo único que hacen es lastimarme. Lo siento por ser directa, pero estoy cansada que me traten como a una niña, deben darse cuenta que hace mucho tiempo crecí.

—Cariño…

—No mamá, ahora no puedo. Los amo, pero hoy su actitud me lastimo mucho. —Mire a mi padre y hice una mueca de dolor. — Si quieres puedes ver esta actitud como un berrinche, es obvio que no estas listo para dejarme crecer.

Con eso cerré la puerta, consciente de que los había lastimado y sintiéndome horrible por ello, pero todos necesitábamos pensar en lo que haríamos de ahora en adelante.

Pocas pulgas    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora