Samara
Escuchaba voces, pero eran un poco lejanas, la realidad es que prefería no hacerles caso, me encontraba tan cómoda ahora mismo.
Lo último que recordaba era estar mirando una película con Aryeh, ambos tratando de ver si nuestras teorías sobre el sospechoso serían correctas, pero luego nada. Tal vez cabeceé unos momentos, y las voces provenían de la televisión, de ser así prefería seguir en este estado a la deriva.La cama de Aryeh era tan cómoda y cálida, no era extraño que no quisiera moverme, pero no había venido a dormir, sino a ver una película con él.
—Te dije que no es correcto, ya vamos a la sala y dejémoslos descansar un poco más. —ese personaje tenía la misma voz que Michael, eso era tan extraño.
—Me gustaría, pero si sus padres vuelven a llamar, no creo que sean muy amables. Por Dios Michael, escuchaste a Logan, casi creyó que secuestramos a su hija.
—Patrañas, soy casi su padrino, si no hubiera sido por el traidor de Robert, lo sería. Pero no feliz con robarme el padrinazgo de mi bichito de luz, me negó también el ser padrino de Uriel. ¿Acaso no te parece muy egoísta de su parte fosforito? Él jodidamente sabía que los quería.
—No fue egoísta, es que no podías ser el padrino de todos fortachón. Ya tenías a Cedric, Laurie y Faith ¿No crees que debías darle oportunidad a los demás?
—Lo repito, un sucio traidor egoísta. Él sabía que ellos siempre me preferirían. —ok, ya había escuchado esta discusión ciento de veces. Aunque ciertamente era más divertida cuando Robert se enfrentaba a Michael.
Comencé a abrir mis ojos, apretando algo suave entre mis manos, llenándome con un conocido olor varonil. Sí, podría quedarme así mucho tiempo más.
Cuando centré mi mirada, los encontré mirándose, ambos con sus brazos cruzados.—Papá siempre dijo que no superarías el que te descartaran, pero que Robert fue más persuasivo. —dije con la voz bastante rasposa, acercándome a la fuente de calor.
—Claro que lo fue, se aprovecho totalmente de que estaba fuera de la manada, para cuando llegue ya habías nacido y el imbécil había convencido a Logan y al pequeño bambi. ¿No crees que fue injusto? Yo fui quien los unió. —Suspiró y me recordó al actor de una novela — Me sentí tan traicionado.
—Pero luego Haley y Nathan te dejaron ser padrino de Leticia, así que pudiste superarlo.
—Claro que no, no logro olvidar esa traición aún. —Entonces inclinó su cabeza y me observo. —Por cierto bichito de luz ¿Es muy cómodo mi cachorro?
Su pregunta me hizo observar a un lado y sí, tenía mi cabeza apoyada sobre el pecho de Aryeh. No solo eso, mis manos se aferraban con fuerza a su camiseta, mientras las suyas me rodeaban. ¿Cómo habíamos llegado a esto?
Luché por ponerme de pie y cuando lo hice, mi mirada no subía, no podía mirarlos a los ojos. Desde mi punto de vista, me había aprovechado totalmente de su hijo.—Lo siento, no se en que momento me dormí. Que vergüenza con ustedes. —sentía las lágrimas agruparse con velocidad en mis ojos, pero era consciente de las carcajadas de Michael.
—No le hagas caso Samy, él solo bromea, ya conoces a mi marido, es un tonto.
—Fosforito, no soy un tonto, aunque si bromeaba. Mira ahí esta despertando el bello durmiente, es algo bueno ya que Logan ha estado llamando, llevan durmiendo toda la tarde. —eso si logro que levantara mi mirada.
—¿Cómo que toda la tarde? ¿Qué hora es?
—Son las diez y media de la noche, es hora de brillar en la oscuridad mi bichito de luz.

ESTÁS LEYENDO
Pocas pulgas
Hombres LoboLibertad... Laurie Adams había ansiado llegar a la ciudad desde pequeña. Las cortas escapadas que hacia junto a sus padres para visitar a sus abuelos, no eran suficientes para satisfacerla. Pero ahora con dieciocho años recién cumplidos y lista para...