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Gael







-Es increible lo mucho que extrañaba la paz, que solo sientes lejos de la ciudad. Siento como si estuviera volviendo al campo, allí también es así, se respira este aire puro y no se trata con tantos autos. -Rubí miraba todo con completo asombro y eso que solo llevábamos dos días de viaje, aún faltaba la mejor parte.

En estas horas me había enterado que su obsesión infantil con Nancy Drew y Luisa Lane, fue lo que la llevo a estudiar periodismo.
Ella amaba los misterios, investigarlos hasta conocer hasta el último detalle y luego contarlo al mundo.

Como en su familia solo eran sus padres, su hermana menor Dana y ella. Me conto muchas cosas que vivieron juntas, que Dana ama todas las cosas que ella odiaba, como la sangre y por eso estudiaba para doctora. Que su padre le enseño a disparar y disfruto cada segundo de ello, pero lo que más me divirtió, fue saber que su madre trató de enseñarle a cocinar, tejer y hasta jardinería y solo fracaso en cada una.

-¿Cuánto hace que no viajas? -Ella miró sus manos, antes de posar sus ojos en mi.

-Bastante. Me gustaría ir cada mes, pero necesito trabajar. -tras un pequeño suspiro continuó. -Hace dos años, luego de graduarme, descubrieron que papá tiene cáncer renal. Estaba en la ciudad buscando un trabajo cuando lo supe, quería volver, pero él insistió en que no lo hiciera. Con el tiempo la reserva de dinero se fue reduciendo cada vez más, los tratamientos no son nada económicos, por lo que trabajo dando el cien por ciento, para mandarles el dinero.

-Lo siento, debe ser duro para ti.

-Lo es, pero trato no de no mostrar debilidad, a él no le gustaría. -giré y la vi morder su labio, con nerviosismo. -Lleva dos años así y quisiera estar allí ayudándolos, pero sé que ayudo más desde aquí. No digo que no podrían solventar el tratamiento solos, pero también esta mamá y solo... solo necesitamos seguir como hasta ahora.

No imaginaba como reaccionaría al saber que mis padres estaban transitando algo así. Probablemente también estaría trabajando para darles todo lo que necesitaran y más.
Siempre imaginé que había algo detrás de su insistencia en terminar su trabajo, en hacer crecer la revista, en dar buenas noticias. Mientras más ejemplares vendiera, más sería su salario.

-¿Qué es eso tan importante que estas investigando ahora? -pregunté, recordando como lo primero que tomo al volver a su casa, fue su computadora.

No tenía idea de que se trataba, podría estar investigando al mismísimo presidente, pero ella prefería mantener el misterio.

-Algo que revolucionará el mundo, no solo será un verdadero impacto, sino que podría ser la solución a muchas enfermedades. -ella sonaba en verdad eufórica, por lo que no dudaba que fuera algo importante -Cuando investigaba a los senadores, los vi por casualidad y desde entonces no puedo dejar de pensar en ello. Pero mientras más información buscó, descubro que nada es suficiente, todo parece un maldito cuento para niños. Te lo juró Gael, no puedo creer que sea la única persona que haya visto a un par de hombres lobo.

Pisé el freno, lanzándonos a ambos hacia adelante, no pudiendo creer lo que acababa de decirme.

-¿Qué dijiste?

-Que estoy investigando a los hombres lobo. No me digas que no crees que un ser que puede cambiar de hombre a lobo y viceversa, no tiene la capacidad en su ADN para curar enfermedades. -ella no tenía idea de todo lo que nuestro ADN escondía.

-¿No te has puesto a pensar que por algo no hay información? ¿Por qué prefieren mantenerse ocultos?

-Claro que lo hago, pero no siempre van a poder ocultarse. ¿Por qué pareces tan en desacuerdo con esto?

-¡Porque yo soy un hombre lobo! ¿Quieres investigar a alguien Rubí? Investígame. -volví a encender el auto, necesitando algo que hacer. -Cuando sepan de mi , no dejaran de investigarme, me mataran ¿Podrías cargar con eso en tu conciencia?

-¿Estas jugando conmigo?

-No lo estoy. Rubí en tu búsqueda por una noticia, vas a sacrificar la vida de muchos. Las personas cuando descubrimos algo nuevo, siempre queremos experimentar, ver que esconden, que podemos sacarle de bueno. Pero es un error, porque en esa maldita búsqueda, terminan con todo a su paso.

Ella se quedo en silencio, asimilando las palabras que acababa de decirle. Pero si esa noticia salía a la luz, nuestra vida podía darse por terminada, lo peor es que estaba llevándola directamente a la manada.
Entonces un pensamiento vino a mi y esperaba equivocarme.

-¿Ellos te vieron Rubí? Dijiste que los viste por casualidad, pero ¿Ellos te vieron a ti?

-Claro, de hecho uno quería comerme, pero Lorenzo llegó por mi.

-¿Entonces los vieron a ambos? ¡Demonios Rubí! Debiste decírmelo antes.

-Ellos no saben quien soy.

-Ellos lo saben, no sabemos si te topaste con un rastreador, si lo hiciste, ellos están detrás de todo esto.

-Lorenzo...-sí, su amigo también podría estar en problemas.

-Llamaré a Uriel y le pediré que lo vigile.

-¿Él también es un...lobo?

-Sí.

-¿Vas a matarme? Digo, para mantener tu secreto. -apreté el volante, al punto que mis nudillos se pusieron completamente blancos. Ella no podía en serio preguntarme eso.

-No. A diferencia de lo que crees, el que sea un hombre lobo no me hace un monstruo

-Yo no dije eso. Pero es que si ellos me buscan...

-Escúchame Rubí. Voy a mantenerte a salvo, pero eso no quiere decir que te apoye, al contrario, pienso que estas equivocada. -Sonreí y negué, no podía creer que no se diera cuenta. - En este momento eres igual a los que están persiguiéndote. Ellos probablemente quieren matarte para que no los expongas, pero tú, tú quieres exponernos y con eso, nos mataras.

-Yo nunca mataría a alguien.

-¿Qué crees que harán cuando sepan de nosotros? ¿Decirnos dónennos una gota de su sangre? No. Ellos nos sacaran hasta la última gota, experimentaran hasta el cansancio. Vamos Rubí, no eres tonta, conoces la ambición humana tan bien como yo. Nunca será suficiente.

-¿En tu pueblo hay más como tú?

-Sí.

-¿Y aún así me llevaras? -era un tonto, pero lo haría. Era mi compañera y la quería mantener a salvo.

-Lo haré Rubí. Quiero que veas con tus propios ojos aquello que destruirás al publicar tu articulo.

-¿Por qué haces esto? -dudé, pero no pude evitar decírselo.

-Un lobo tiene un compañero, lo que es como un alma gemela. Pasamos mucho tiempo buscando a esa persona, aquella que desprenda ese olor que nos haga sentir vivos y completos por fin, y haríamos todo por ella. No se si me entiendes, pero te estoy diciendo que tú eres esa persona para mi, eres mi compañera.

Pocas pulgas    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora