Faith
Desperté sintiéndome repentinamente congelada. No podía culpar al clima, esto venía desde mi interior. Solía escuchar que el miedo congelaba tus huesos y no era mentira, estaba asustada y a un punto de no conseguir nada que me ayude a sentirme bien.
Si hubiera estado sola, la historia seria diferente, no me importaba morir, pero no solo estaba exponiéndome a mi, sino a mis padres conmigo. Ellos no se irán hasta que sepan que estoy a salvo, pero no creo que suceda ello, al menos no en un futuro próximo.También estaba Jonás, quien no me dejaba sola, estaba ahí sosteniéndome para evitar que me termine derrumbando. Eso me hacía sentir egoísta, lo que menos quería era darle falsas esperanzas, pero cada día el sentimiento hacia él era más fuerte, más imparable, ya no se trataba de una simple atracción y quizás eso me asustaba, más aún, que los asesinos ahí afuera.
Quisiera ser capaz de entregarme a lo que me pide, pero es difícil. El confiarle a una persona todo, puede exponerte a algo peor y no estaba lista, aunque quería estar cerca de él más que nada en este mundo.Con ese pensamiento me levante de la cama, aún abrazando las mantas a mi cuerpo. Sabía que él estaría cerca, o esperaba que lo estuviera.
Pero una vez que llegue a la sala, la única persona que se encontraba allí era mi madre. No es que no estuviera feliz de verla, pero ahora mismo necesitaba a Jonás.—Faith. —al verme se levantó, del viejo sofá marrón, que con Simona habíamos comprado en una tienda de segunda mano. Seguro que ese viejo mueble había visto mejores días, como yo. —¿Qué haces levantada? Deberías descansar.
Debería hacerlo, pero no podía, ahora necesitaba a mi compañero.
—No puedo hacerlo. —respondí y parecía que esa era la respuesta a todo últimamente.
No puedo descansar, no puedo estar contigo, no puedo darte el compromiso que necesitas. ¿Desde cuando me había vuelto tan cobarde? Siempre hice lo que quise y ahora temía incluso tomar aquello que era mío porque el mismo destino así lo había querido.
—Sé que todo esto que esta pasando es una mierda, pero no estas sola. Faith, eres mi bebé, nunca te dejaremos sola.
—Lo sé mamá y eso podría ponerlos en peligro. Mira lo que sucedió esta noche, no estamos seguros en ningún lugar.
—Siempre tenemos la manada, allí siempre estaremos a salvo. —podría ser pero ya no sentía que era mi hogar.
—No puedo volver. Siempre sentí que la manada era mi hogar y ahora…
—Él no esta allí, no lo veras. —y ese era el problema… él.
—Eso es lo que me impide volver, él no estará allí.
—Faith, ha pasado mucho tiempo, ¿No crees que es momento de dejar atrás a Gael? —su pregunta me hizo levantar la mirada, yo no hablaba de Gael. De hecho, no había pensado en él.
—No es Gael de quien hablo mamá. —deje las palabras colgando entre nosotras. No podía decirlo, sentía que al hacerlo ya no habría vuelta atrás. Aunque ¿La había?
—Jonás. —dijo por fin entendiéndome. No podía dejarlo, no quería.
Podía fingir no sentir nada por él e incluso alejarlo, reiteradas veces, pero la verdad estaba allí, Jonás se había vuelto mucho para mi…
—¿Se fue? —no estaba lista para confirmárselo, pero no hacía falta, ella lo sabía, al igual que yo.
—No, creó que nada alejará a ese chico de aquí. Esta en el apartamento de al lado, haciendo su trabajo. —asentí, sintiéndome repentinamente más tranquila. Él no se fue, solo terminaba su trabajo.
—¿Y papá?
—Aún no lo sé, pero estoy segura de que esta a salvo. —me gustaría tener la confianza que tenía mi madre, pero lo mío solo era una fachada. —Tu padre sabe cuidarse muy bien, es un lobo viejo, con muchos trucos aprendidos.
Me quede en silencio, pensando en todo lo que había sucedido desde que llegué aquí.
Había conocido a Simona, cuando me asignaron el apartamento. Nos volvimos buenas amigas y comenzamos a hacer cosas juntas, las mismas que hacia con Laurie e incluso a veces, con Samara. Entonces conocí a Dante y aunque al principio me pareció agradable, logré verlo en realidad. Él era un monstruo y nadie me haría cambiar ese pensamiento.Sabía que tenía que sobreponerme y hacer algo para ayudar en esta investigación. Hasta ahora lo único que había hecho era comportarme como una niña mimada y nunca fui una.
Estaba cansada de jugar a este papel, yo no era una chica a quien rescatar, era una loba y era momento de aceptarlo.En cuanto la puerta se abrió, sentí como mi respiración se atasco, pero sabía que no era Jonás, su olor no estaba llegando a mi.
Levanté la mirada y suspiré cuando mi padre apareció.—Por fin llegas, me preguntaba cuanto más tardarías. —mi madre se acerco a él y lo abrazo.
Eso es lo que debería hacer cada vez que veía a mi compañero y no comportarme fría y distante.
—Uno de los oficiales resulto herido y debí acompañarlo a urgencias. Siento no haber avisado, pero en el apuro olvide mi teléfono aquí.
—¿Él esta bien?
—Sí, solo una herida en un costado. Nada grave. —Conocía a mi padre y tendía a minimizar algunas cosas, la mayoría, por nuestro bien.
—¿Las cosas en el pasillo están muy feas o puedo ir a buscar a Jonás? —pregunté, atrayendo su mirada hacia mi.
—No te lo recomiendo, cuando llegue me enteré que uno de sus compañeros murió y las cosas están bastante caldeadas. —Asentí, caminando hacia él.
—¿Crees que por fin darán con el responsable?
—No lo sé, para ser sincero lo dudo. Sabemos el modo en que asesina, es violento, pero es cuidadoso. No descartaría que no encontraran huellas digitales en ningún lugar. Me gustaría ser de más ayuda, pero estoy fuera de mi jurisdicción.
—Aunque pudieras hacerlo, Jonás es demasiado terco como para aceptar un poco de ayuda. Él cree que puede hacerlo todo y mantenernos seguros. —dije molesta
—¿A quién me recordará? —Preguntó con burla mi padre.
—Soy capaz de aceptar ayuda cuando la necesito. —Me defendí, aunque él no estaba atacándome.
—No te engañes bebé, te cuesta admitir un error y sobre todo crees tener las respuestas necesarias. Lo sé, porque en eso te pareces a mi. Pero no esta mal dejar que se preocupen por ti. —él se acercó y puso su mano en mi hombro. —No esta mal dejar que las personas que te quieren se preocupen por ti.
—Lo sé papá y créeme que estoy intentando cambiar eso. No me siento muy orgullosa de la persona en que me estoy convirtiendo, no soy yo, quiero volver a ser la antigua Faith.
—Es bueno escucharte decir eso, porque ahora la lista esta creciendo.
Y esperaba ser capaz de dejar entrar a Jonás, no había nada más que quisiera, pero me asustaba demasiado y superar esto no sería para nada sencillo.
—Él me preocupa incluso más de lo que me gustaría admitir papá. Solo espero ser capaz de acercarme sin lastimarlo.
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Pocas pulgas
WerewolfLibertad... Laurie Adams había ansiado llegar a la ciudad desde pequeña. Las cortas escapadas que hacia junto a sus padres para visitar a sus abuelos, no eran suficientes para satisfacerla. Pero ahora con dieciocho años recién cumplidos y lista para...