Capitulo 27

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Laurie

Todos se quedaron en silencio luego de ello, nadie esperaba que le confesara la verdad a Beau de esa manera. Para ser sincera, ni yo misma lo esperaba. No podía negar que una parte de mi esperaba que alguien nos interrumpiera, pero nadie, a excepción de mi padre lo había hecho, aunque lo suyo era algo más guiado por la culpa.
Él quería que todo saliera a la luz y que Beau se enterara del fenómeno que era su hija, quería que huyera, aterrorizado, dejándome atrás, en la manada.

No me atrevía a mirarlo, tenia miedo de lo que podría encontrar en su mirada, decepción, rechazo, enojo, incluso hasta miedo y no estaba preparada para ello. En este momento todos aquí parecían más interesantes, a pesar de observarme con lastima.
Este sería un excelente momento para que la tierra se abriera y me tragara, haciéndome olvidar de lo que era mi vida.

-¿Te transformas en un lobo? -y ahí estaba, preguntando algo de lo que ya conocía la respuesta.

-Si.

¿Por qué le mentiría? Ya había confesado parte de mi realidad, no había marcha atrás y si esperaba que mienta, sería en vano, porque no lo haría.

-¿Cómo es que...-no se atrevía a terminar la pregunta y no hacía falta que lo hiciera, entendía sus dudas.

-No sé como explicártelo, es algo muy largo y no estas preparado. Yo no estoy preparada para hablar de ello. - me sentía como si un tren hubiera pasado sobre mi, todo me dolía.

-¿Podemos hablar a solas? -me atreví a mirarlo, no sabía que pensar de su tono de voz. Era extrañamente calmado, sereno.

-Si.

-No. No dejaré que lastimes a mi hija. -estaba tan molesta con mi padre, que si Beau me ofrecía irme a China, lo seguiría sin pestañar.

-No es él quien me lastima. -mis palabras salieron como golpes y por su expresión, habían dado justo donde más dolía.

-Laurie.

-No, ya dijeron lo que debían. Beau, vamos

-Hija...

-Ya papá, no quiero hablar contigo ahora. Lo siento, pero actúas como si fueras mi enemigo, solo tratas de perjudicarme.

-No es eso, me preocupas. Mientras más te aferres, más te dolerá su rechazo.

-¿Y quién dijo que planeo rechazarla? -ambos volteamos a Beau, quien fruncía el ceño hacía mi padre. - Una cosa es que todo esto me tomara por sorpresa, pero otra muy diferente es que vaya a alejarme. Así que deberás hacerte a la idea de seguir viéndome, como el novio de tu hija.

Ahora mismo podría llorar, pero no era normal en mi. Era muy poco sentimental y odiaba que me vieran vulnerable. Sin embargo, su respuesta me daba tanta tranquilidad, que me fue imposible no sentir como si mis rodillas se doblaran.

-¿No me vas a rechazar?

-No, pero si quiero que hablemos solos. -y lo haríamos.

-Vamos, conozco un buen lugar.

Lo tomé de la mano y empecé a alejarnos hacia el centro del bosque, allí habían senderos en verdad hermosos por los cuales podríamos caminar tranquilos.
No me importaron los llamados que me dieron mis padres, ni las curiosas miradas de los demás, ellos me habían obligado a confesar todo, a exponerme frente a la persona más importante para mi.

Mi madre estaba molesta por enterarse donde estaba trabajando y mi padre, bueno él simplemente estaba celoso, pero no tenían derecho a meterse en mi relación con Beau, eso estaba totalmente fuera de lugar.

-Tu familia es algo...

-¿Entrometida? ¿Grosera? ¿Malvada?

-Ellos no son malvados pececito, solo están preocupados por ti y es algo que comprendo, mírame, viaje tres días solo para saber como estabas. -caminé unos pasos más rápido, hasta pararme frente a él.

-Te pedí que no vinieras, ahora ves la razón. Estoy tan enojada con ellos por llevarme hasta el limite, y también estoy molesta contigo, viniste directo a la boca del lobo. Te lo pedí Beau, me encanta estar contigo y a pesar de ello, no quería exponer lo nuestro cuando apenas esta comenzando.

-¿Cuándo pensabas decirme que eres una loba?

-Intenté decirlo varias veces y siempre me lo impedías. Sé que debí insistir, pero no podía. Quería darte la oportunidad de elegir, pero me asustaba la idea de perderte. Cuando mi padre y mis tíos les dijeron la verdad a sus compañeras, ellas simplemente reaccionaron mal. Huyeron o se alejaron, y aunque volvieron, me asustaba la idea de que sucediera lo mismo.

-Ahí esta de nuevo esa palabra ¿Qué es un compañero Laurie? -preguntó, deteniendo la caminata de ambos.

-Un compañero es lo que se conoce como alma gemela. Para nosotros los lobos es mucho más sencillo encontrarlo, nuestro compañero es el único capaz de desprender un olor que podría volvernos locos. -Expliqué, retomando el paso. - Cuando te olí, no pude resistirme y entré en la oficina encontrándote con Christa. Eso fue horrible por cierto, no fue una muy buena impresión.

-¿Quieres decir que somos almas gemelas? -asentí, provocando que empezara a reírse de mi. - Eso suena más temible que la idea de que seas una loba.

Sabía que bromeaba, pero de igual manera golpee su brazo- Estas siendo un idiota.

-¿Es verdad todo esto de los lobos, los compañeros y la tontería de las almas?

-Lo es Beau, no tengo porque mentirte.

-De acuerdo, es mucho que procesar, pero no me estoy alejando. Solo te estoy pidiendo que tengas paciencia, no me siento cómodo con la idea de algo así de permanente, pero veremos como avanza.

-¿Tú único problema es lo seria que podría ponerse la relación? -él en serio era algo extraño.

-No, pero es lo que más me preocupa.

Estaba por responder, pero mi teléfono comenzó a sonar y un número desconocido brillaba en la pantalla. No era de responder este tipo de llamados, pero podrían ser noticias de Faith.

-Hola.

-Laurie ¿Dónde estas? -volteé mirando a Beau.

-En la manada, buscándote. ¿Dónde demonios te metiste Faith?

-Si te lo digo, prométeme que no se lo dirás a nadie, necesito un poco de tiempo lejos de ellos.

-¡Tus padres están enloqueciendo! ¿En que demonios pensabas, maldita inconsciente?

-Quería un poco de espacio.

-Tu padre casi mata a Gael hace menos de una hora.

-Que bueno, se lo merece. -de acuerdo estaba muy molesta.

-¿Dónde estas Faith?

-Acabo de llegar a la ciudad. -¿Cómo rayos había llegado hasta allí? Oh pero no iba a esperar para ir a buscarla, Faith Ordoñez me escuchará.

-Salgo para allá, por favor busca un hotel y mantente en contacto.

-No tengo mucho dinero, así que apresúrate.

-Ya voy. -corté y miré a Beau. -No digas que acaba de llamarme, es un secreto.

-Pero ¿Y sus padres?

-Lo sé, encontraré la forma de que Ben venga conmigo. Ahora vamos, debemos prepararnos para volver a la ciudad, aunque será difícil convencer a mis padres.

Pocas pulgas    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora