29.

4.8K 649 76
                                    

Aysel

Lo que comenzó como una salida de reconciliación, se convirtió en una cena para anunciar el viaje de Faith. En lugar de pasar tiempo a solas con mi compañero, me senté en la mesa junto a mis suegros, la familia de Faith, Laurie y Beau.
Al parecer esta decisión fue sorpresiva para muchos, ya que cuando Benjamín y Summer lo anunciaron, no parecían muy emocionados.

Ellos habían decidido venir a vivir junto a Faith a la ciudad y ahora está, a espalda de ellos, había solicitado y conseguido una beca para estudiar en Oregón. Conocía un poco a Faith y podía estar segura de que esta idea de irse, era una nueva manera de evitar estar cerca de Gael, poniendo distancia, pero no tanta.
Era un poco triste ver como prefería alejarse de toda su familia y amigos, solo para evitar a un ex. Ella tarde o temprano iba a volver a verlo, eran familia y no lograría huir por siempre.

Mientras observaba a su madre, quien parecía que en cualquier momento comenzaría a llorar, pensaba en cuan duró sería alejarme de Carmen. Podíamos tener nuestras diferencias, pero la amaba y no me hallaría sin ella.
Su padre por su parte, se dividía entre la tristeza por momentos y el enojo en otros, no me gustaría ser el tal Gael cuando este hombre vuelva a la manada.

—¿Cómo pudiste no contarnos esto Faith? Soy como tu prima. —preguntó Laurie, apenas logramos alejarnos de los mayores.

—No era seguro que la consiguiera. ¿Tienes una idea de la cantidad que debí estudiar? Los libros no hacían sino sumarse y llegaba al punto de leer, sin leer. Pero lo logré y en serio quiero ir, así como tú quiero ser feliz, necesito un nuevo comienzo y quiero que sea eso, nuevo. —sabía a lo que se refería, ella siempre lo repetía.

—¿Sigues con la idea de renunciar a tu parte loba? Sabes que eso es imposible, te transformaras quieras o no, tus sentidos y fuerza serán mayores, quizás encontraras allí a tu compañero…—empecé a decir, porque en verdad era imposible que dejará de ser una loba porque así lo quisiera. Pero ella tenía sus propias razones y no quería escucharme.

—Puedo transformarme, pero intentaré dejar esa parte de mi bien escondida. Ser loba solo me ha traído cosas malas y ya no quiero esto, intentaré ser “Normal” si es que eso incluso existe, solo quiero olvidar. Mira, sé que eres compañera de Cedric, me enteré y estoy muy feliz de que decidieras darte una oportunidad con él, porque aunque puede parecer un idiota, es un tierno. —ignoró el reclamo de mi compañero y prosiguió. —Pero yo no quiero encontrar al mío, toda mi desgracia comenzó por el tema de los compañeros y no me permitiré sufrir otra vez.

—No puedes cerrarte al amor Faith, míranos a nosotros, Aysel odiaba la idea de un compañero y ahora esta completamente enamorada de mi. —Golpee su brazo, provocando que los demás rieran. ¿Por qué nos usaba de ejemplo? —Cuando el indicado llegue cariño, nadie podra separarlos o resistirse, la química es demasiada y solo quieres estar cerca de esa persona, protegiéndola y queriéndola a todo momento.

—¡Ay no Cedric! —se quejó poniendo sus ojos en blanco—No empieces a ponerte cursi, ya todos sabemos que estas enamorado de Aysel.

—Mucho, de eso no hay dudas.

—No Cedric, no las hay. Pero en mi caso yo no quiero volver a querer a alguien de esa manera, lo hice y mira como terminé. El amor duele, y me niego a sufrir de nuevo.

—Llegado el momento no podrás resistirte, pero si te lastima, lo lastimaré por ti. —Faith abrazó a Cedric y a pesar de no llevarse mucha diferencia en edad, los vi como si fueran un hermano mayor, con su hermana pequeña.

—No solo tú, me sumó a esa golpiza. —dijo Beau, quien se encontraba abrazando a Laurie. —Nadie lastimará a nuestra pequeña Chucky.

—Tontos —se quejó está, pero sabía que los adoraba.

—¿Cuando te iras Faith? —teníamos que organizarle una verdadera despedida, no podíamos dejarla ir así no más.

—En dos meses. No comenzaré hasta el próximo año, pero quieren darme una especie de curso intensivo para que me adapte mas rápido. De cierta forma lo prefiero así, podré conocer el lugar; establecerme, tal vez conseguir un trabajo. Estoy bastante emocionada. —de hecho la veía demasiado emocionada. — Aunque me preocupa mi mamá, se negó a que me vaya, la convencí, pero esta muy triste.

—Es raro que no se ofrecieran a ir contigo —pensaba lo mismo que Laurie, pero ella me ganó en decirlo. —Conociéndolos a ambos, creí que te seguirían sin pensarlo.

—Lo intentaron, pero soy consciente de que quieren volver a la manada, ese es su hogar. Además mi mamá no soportaría estar tan lejos de Dylan, ahora la llama tres veces al día, no quiero imaginar si nos fuéramos más lejos. —suspiró y miró hacia donde sus padres conversaban con mis suegros. —Saben que estaré bien, ellos me criaron como una luchadora y no quiero obligarlos a venir conmigo.

—Tenemos dos meses para planear una despedida increíble, solo espero que una vez allí, no te olvides de nosotros y vengas a visitarnos. —Sonreí, tratando de aligerar el ambiente.

—Claro que sí, a ustedes los visitaré. Solo no me obliguen a ver a personas que no quiero.

—Tarde o temprano Gael y tú se volverán a cruzar, no puedes evitarlo por siempre —le dijo Cedric, sin dejar de negar.

—Lo que sea. Lo bueno es que la señorita puritana y sus padres estarán aquí para esas fechas. Por lo que me contó, tía Sophie tiene una reunión por el cumpleaños de su padre y vendrán, será bueno verlos antes de irme.

—¿Quién es la señorita puritana? —pregunté al verlas a todos con una sonrisa, incluso Beau sonreía.

—Así le dice Faith a Samara. Es hija de una especie de tíos para nosotros, ya que nuestros padres son muy cercanos. —explicó Laurie y aún la sonrisa no se borraba de su rostro. —Tía Sophie es algo especial ya que ella iba a ser monja, antes de conocer a su compañero y aunque no se convirtió, conservó sus creencias. Ella es la encargada de la iglesia en la manada y Samara es su ayudante, ambas son como muy tiernas, angelicales y completamente parlanchinas.

—Sí. Piensa en una persona excesivamente paciente, dulce, vomitando arcoíris y positivismo a donde sea que vaya. Todo lo opuesto a mi. —dijo Faith, antes de estallar a carcajadas. —Es en verdad agradable tenerla alrededor, lo digo porque no ha habido un día en que no me ha llamado y decirme que todo estaria bien.

—Suena genial. —aunque dudaba que fuera de esa manera. —Díganme que tiene algún defecto.

—Claro, ella es un poco, como te digo rayita, ella tiende a ser un poco torpe. Siempre le suceden las cosas más raras, pero eso no le quita su alegría.

—Pero en dos meses también es el cumpleaños de los gemelos. —Laurie mordió su labio. —¿No quieres ver a Gael antes de irte?

—No y espero que no se lo digan.

Todos asentimos, aunque dudaba que sus padres no hicieran llegar las noticias hasta ellos.
La celebración continúo un poco más, hasta que Laurie y Beau anunciaron que debían marcharse al trabajo.

Cuando está se despidió de mi me abrazó y me dijo lo feliz que estaba de ver que todo se había solucionado entre Cedric y yo. Al igual que ella, era algo que me hacía sentir bastante bien y esperaba que continuáramos así.

—¿En qué piensas rayita? —sentí sus labios en mi cuello y voltee, pasando mis brazos por el suyo.

—En lo feliz que estoy de que estemos bien. Aunque me debes una cita.

—Tienes razón, pero te prometo que te daré la mejor cita de tu vida.

—¿Lo prometes?

—Lo hago.

—Entonces te besaré. —Y sin dudarlo, me acerqué y lo besé.

Quizás no tuvimos nuestra salida de reconciliación, pero no me importaba, lo tenía a él junto a mi y eso era suficiente.
Incluso mientras veía a Faith conseguir lo que yo acababa de perder, no podía dejar de sonreír, era probable que estuviera enloqueciendo. Y esperaba que no tuviera cura, era feliz con mi nueva meta: hacer feliz a Cedric.






Pocas pulgas    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora