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Samara




Decir que pude dormir, sería mentir. Había pasado la mayor parte de la noche pensando en que le diría, en como reaccionaria, en todo.
Nunca había creído que mi compañero aparecería tan pronto. ¡Por todos los santos del cielo, ni siquiera pensaba en ello aún! Pero ahora que sabía quien era, quería estar con él.

¿Habrá estado Aryeh tan emocionado al descubrirlo? ¿O le había parecido algo completamente demente?
Quería dejar de pensar tanto y centrarme  solo en lo que sentía, pero me era imposible no enredarme en este nido de preguntas.

—¿Estas segura de que no quieres esperar unos días más? —negué, pero en mi rostro aún se extendía una sonrisa. Esta vez sabía que mi padre bromeaba.

—Por supuesto que no, ya estamos aquí y estoy resistiendo las ganas de correr y golpear la puerta.

—Eso lo heredo de ti pajarito. Esa locura no viene de mi familia.

—¿A caso lo dudas? Hace tiempo lo note, solo dale unos años más y será igualita a mi abuela. —no recordaba mucho a mi bisabuela, pero por la expresión de mi padre, no era algo muy bueno.

—Espero que eso no suceda. —respondió, consiguiendo un golpe de mi madre.

—Mi abuela no era un monstruo.

—No, no lo era. Pero digamos que era un poco, o demasiado alocada y no me sentiría muy tranquilo si mi hija comenzara a comportarse así.

—Lo superaras. Ahora deja de retenerla aquí en el auto. Vamos Samara.

Ella tenía razón, solo seguíamos perdiendo el tiempo hablando de cosas sin sentido. No sabía si me aparecía a mi bisabuela, pero de ser así, me alegraba.
Sin poder resistirlo un minuto más, baje del auto y me encaminé a la puerta de los Doll.

Podría ser algo temprano, pero uno creería que a los nueve timbrazos alguien abriría la puerta.

—¡Ya voy, ya voy! ¿Por qué tanta insistencia? Oh bichito ¿Qué haces aquí a esta hora? —le sonreí a un dormido Michael, cruzándome de brazos.

—Son las diez de la mañana, ya es tarde.

—Además deberías considerar vestirte y no salir así—solo entonces recorrí el cuerpo de Michael, dándome cuenta de que solo estaba en bóxer.

—Estaba durmiendo y no hay nadie en casa, no trates de limitar mi libertad Logan, podría acampar vistiendo solo esto en tu jardín. —Cubrí mi boca y reí, hasta que noté lo que dijo.

—¿Y Aryeh? ¿Dónde esta? —mi pregunta lo hizo voltear y mirarme con una ceja alzada.

—Creí que estabas molesta con él.

—Ya no, además mi papá entendió que no logrará alejarme de él. ¿Verdad papá? —lo miré hasta que asintió, entonces volví a mirar a Michael.

—Lo que Samara dijo. —no lo dijo con la misma confianza que la noche anterior, pero lo dijo y eso importaba.

—Lamento decirlo, pero él no esta. Anoche estaba a punto de rendirse y finalmente ir a buscarte, pero pudimos calmarlo. Gael logró convencerlo, con ayuda de fosforito de ir a la fiesta de cumpleaños de Beau. —lo había olvidado, recibí el mensaje de Laurie invitándome a asistir, hace algunos días.

—¿Estas jugando?

—Eso quisieras bichito. Ahora pasen, debo cambiarme, si fosforito o mi cachorro se enteran de que estoy dándoles un show de mi perfecta apariencia, podrían disgustarse.

—Eres un imbécil. —gruñó mi padre, siguiéndome al interior de la casa.

—Puede ser, pero así me aman y no lo nieguen, lo hacen. —totalmente lo hacía y sabía que mis padres se sentían de la misma manera.

Pocas pulgas    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora