Pocas pulgas

Capitulo 21

Laurie

Desperté con el incesante golpeteo en la puerta. Si tuviera que adivinar, la persona del otro lado sería capaz de tirarla abajo si no abría pronto.
Soltando un par de maldiciones alejé las mantas de mi y me puse de pie. Más vale que sea importante, de lo contrario, no sería agradable.

Anoche no había dormido muy bien, la visita de mis tíos lo único que provoco es que mis nervios llegaran a un punto del cual era difícil regresar. No sabía si podrías convencerlos de no decirles nada a mis padres y eso era una mierda. Encima tenía que hablar con Beau, pero cada vez que trataba de hacerlo, él simplemente cambiaba de tema o terminaba besándome y solo eso bastaba para que no le dijera nada.
Era una cobarde, pero tenía miedo de que no me aceptará. Tenia sueños, donde le confesaba todo y terminaba viéndolo alejarse y aunque sabía que no era algo real, temía arriesgarme.

-¡Ya voy! ¿Ok? No sé porqué tanta insistencia a esta hora- espeté caminando hacía la puerta, después de que nuevamente la golpearan como si fuera una maldita batería en un concierto de rock.

Al abrir, me encontré con Michael y Robert y por sus expresiones algo andaba muy mal. Lo primero que me vino a la cabeza, fue el que no pudieran guardar el secreto y le hubieran dicho todo a mis padres ¿Sino porqué parecerían tan asustados?

-Tenemos que volver a la manada polvorita y tú debes venir también. -Fruncí el ceño al escuchar la seriedad que exudaba mi padrino. De todos mis tíos, él nunca lució así, siempre tenía una broma lista o una palabra para levantarle el ánimo a los demás.

Pero no esta vez...

-¿Se lo dijeron a mis padres? - es lo único que pudé pensar ¿Por qué otra razón sino tendrían estas caras y deberíamos volver con este apuro?

Sentí como un escalofrió me recorría y solo rogaba porque sea otra pesadilla, no podía hacerme a la idea de que toda la burbuja explotó.

-No Laurie, no es por eso. Pero tenemos que volver cuanto antes -Robert también tenía miedo ¿Qué rayos?

-¿Qué esta pasando? ¿Por qué hay que volver de esta manera?

-Si no volvemos ahora, Ben va a matar a Gael y aunque es mi cachorro, se comporto como un jodido idiota.

-¿Por qué lo matará? Déjense de hablar en clave y díganme de una maldita vez ¿Qué diablos sucedió?

Tenia miles de ideas rondando mi cabeza y ninguna me gustaba, si algo malo le había sucedido a Faith, podrían detener a Ben, pero ese imbécil no se salvaría de mi.

-Al parecer Gael terminó con Faith y está se fue, no la encuentran.

Empecé a maldecir a ese maldito mocoso, ¿En que rayos pensaba? Llevaban años juntos y de seguro , conociéndolo, actuó por un simple impulso.
Pero no midió las consecuencias, Faith estaba enamorada de él, debió ser un fuerte golpe. Demonios, ni siquiera me llamó para contarme, yo podría haberla apoyado, aconsejado.

-Fosforito esta muy asustada, cuando Jack nos llamó explicó que Ben estaba fuera de sí. Yo también estoy preocupado y molesto, no se en qué estaba pensando, pero ahora lo importante es encontrar a Faith y con bien.

-Ustedes vayan adelantándose, yo debo ir y hablar con Aníbal, explicarle todo, preparar algo de ropa y los seguiré. -pasé una mano por mi cabello, en un gesto que demostraba mi nerviosismo.

-Bueno, no te tardes Laurie, si encontramos a Faith, te va a necesitar. Las cosas allí no estarán nada fáciles. -Robert tenía razón, mi tío Ben estaría como loco y por el bien de Gael, Faith tenía que aparecer cuanto antes.

En cuanto ellos se fueron, empecé a correr por el apartamento, preparando una maleta con algunas prendas y artículos imprescindibles.
Solo podía imaginar como estaría Faith, había hablado con ella y me había asegurado que las cosas entre ambos estaban bien. Pero ¿En qué momento se fue a la mierda? ¿Qué rayos pudo pasar para que terminaran las cosas de esta manera?

Corrí hacía la habitación, en busca de mi teléfono, cuando el sonido de la llamada entrante comenzó. Tenía la esperanza de que Faith me llamará, pero no era ella, sino Aníbal.

-Hola.

-Ya Michael me explicó que una de tus primas desapareció, no te preocupes por el trabajo, ve tranquila y vuelve cuando todo este bien. -suspiré, sintiendo que al menos tenía una tarea menos por hacer.

-Gracias, prometo volver cuanto antes.

-Espero que la encuentren con bien. -yo también lo esperaba que estuviera bien.

-Se lo agradezco, ya estoy preparando todo para salir.

-Avísame si necesitan cualquier cosa. - no creía que eso pudiera ser posible, él no tenía idea de nuestra naturaleza y de pedirle ayuda, podría exponerlos a todos.

-Lo haré. Nos vemos cuando regrese, gracias por todo.

-Ten cuidado Laurie.

Seguí preparando las cosas, haciendo una lista mental de los lugares en los cuales podría encontrar a Faith, pero ninguno era seguro. Ella no era tonta y sabía que allí la buscaríamos en primer lugar.

Una vez tuve todo listo, caminé hacia la puerta y deje el bolso en la entrada, antes de caminar y golpear la puerta de Beau. Debía decirle que tenía que regresar al pueblo por unos días y el porqué.
No quería dejarlo ahora que estábamos comenzando, pero tampoco podía dejar sola a Faith. Si algo malo le llegará a suceder no me lo podría perdonar.

-¿Qué haces despierta tan temprano pececito? -él se veía tan bien, aún medio dormido, pero con una sonrisa tirando de sus labios.

-Me tengo que ir, una de mis primas desapareció y todos están como locos. Mi padrino ya le explico todo a tu papá, pero no me iría sin despedirme.

-¿Por qué tienes que ir?

-Porque es mi prima y nunca podría perdonarme si algo le sucede y no hice nada para ayudarla. No me iré mucho tiempo Beau, estoy segura de que la encontraremos.

-¿Quieres que te acompañe? -si quería, pero no era lo correcto, él aún no sabía nada de los hombres lobos.

-Me gustaría, pero no sería un buen momento. Créeme Beau, las cosas allí se pondrán bastante caóticas.

-No quiero que vayas entonces.

-Eso no esta en discusión. Nos vemos Beau, cuídate estos días y llámame, me gustaría escucharte. -no deje que intentara hacerme cambiar de opinión, me incliné y rápido uní nuestros labios.

Él no tenía idea del infierno que se desataría en la manada. Tampoco imaginaba lo mucho que iba a necesitarlo estos días.