Aysel
No me quedo más remedio que regresar a casa, todas mis cosas estaban aquí, además luego de lo que pase con Cedric, necesitaba un lugar conocido en el que refugiarme.
Tenía varias llamadas perdidas de Laurie, pero imaginaba el motivo de su insistencia y no me encontraba emocionalmente bien para enfrentarme a sus desplantes. Ella podía creer que me daría un consejo, pero no, porque aunque entendiera la situación, no la estaba viviendo.Esa era la diferencia, hasta que no viviera lo que yo, no podría aconsejarme correctamente.
La casa se encontraba en silencio, tanto que por un momento creí que mi hermana y Sam no se encontraban, pero allí estaban, sentados uno frente al otro. Al verme se levantaron y vinieron hacia mi, tal vez fue por mi apariencia decaída, o las lágrimas que aún caían sin permiso.
—¿Qué te paso Aysel? ¿Por qué estas llorando así? — a pesar de no quererlo, le permití abrazarme. Necesitaba ese consuelo conocido y más ahora que había perdido a mi compañero.
Aún me dolía la mirada de Cedric. ¿Cómo pudo dejarme sola allí? ¿Cómo pudo rendirse?
Desde el primer día le aclaré que esto no sería sencillo y él acepto. ¿Entonces por qué?Sé que estuve mal al no llamarlo, debí imaginar que mi hermana hablaría con Laurie, quien no tardaría en buscarlo e informarle lo sucedido, pero yo solo quería un tiempo a solas.
No busque a Pablo, pero una vez estuvo allí, la necesidad de contarle mis penas a alguien sin sentirme juzgada, fueron las que ganaron.—Solo necesitaba un poco de aire, pero muchas cosas se complicaron y ahora no se que haré —sequé mis lágrimas de manera furiosa, no ganaba nada con llorar, tenía que hacer algo.
—Aysel, solo quiero que sepas que lo que te dije, no es lo que haré. Solo lo había pensado, pero nunca te mandaría de regreso a ese lugar. Me sentí abrumada y asustada, sentí que no podía cuidarte y esa maldita idea apareció, pero así como llegó la descarté. Por favor no pienses que te querría lejos, eres mi hermana y este es tu hogar. —mi hermana sostenía mi cara, como si le hablará a alguien pequeño.
De cierta forma así me sentía, como si volviera a ser esa niña temerosa, la cual no veía la hora de crecer y escapar de su hogar.
Pero ella siempre había estado conmigo, luego Sam se nos unió, y ahora Cedric. Pero a él lo había perdido por mi falta de confianza, pero necesitaba encontrar la forma de recuperarlo.—Carmen no podría vivir lejos de ti Aysel, ni tampoco yo. Aunque no lo creas, estamos acostumbrados a tus locuras. —esas palabras deberían hacerme sentir mejor, pero no lo hacían, necesitaba que Cedric me disculpara.
El verlos aquí juntos, tratando de darme ánimos, me recordaba lo que perdí por tonta.
¿Por qué no podía aceptarlo como mi compañero? ¿Por qué no decirles a los demás el hallazgo que habíamos hecho?—Encontré a mi compañero. —admití con una voz tan suave que no los culparía si no me habían escuchado.
—¡Eso es increíble cariño! — esa emoción era exactamente, la que sabía que tendría. Que lastima que debería decirle lo demás…
—¿Cuándo lo conociste? ¿Te hizo algo? ¿Es por eso que estas llorando? —preguntó Sam, sacando a la luz su lado paternal.
—Lo conocí hace semanas ya, pero me negaba a aceptarlo. —miré a mi hermana, antes de volver a mirar al suelo. — Tenía miedo de que me pidieras renunciar a todo, sé lo importante que son los compañeros para ti, pero yo tengo metas que quiero cumplir.
—No te pediría renunciar a nada Aysel, solo quería que maduraras. Te metías en relaciones sin futuro, no me hacías caso y odiabas la idea de un compañero.
—Pero lo acepté y enserio lo quiero mucho, pero él ahora esta enojado conmigo y no quiere verme. Hace rato terminó conmigo y tiene razón, porque lo he ocultado de todos y a la hora de necesitar a alguien, no lo busqué, sino que deje que mi orgullo caminara delante de mi.
—Estoy segura de que pueden hablar y solucionarlo.
—No es tan sencillo. Cuando me fui, no sabía a donde ir, solo sabía que quería estar sola y ese pensamiento me llevo al campus. Por un rato estuvo bien, pero luego apareció Pablo y comenzó a hacerme preguntas. A pesar de negarme al principio, terminé cediendo y cuando quise acordar el idiota me beso y mi compañero me vio.
—Aysel…
—Lo sé, sé que estoy jodida porque en su lugar estaría furiosa, pero no quiero estar enojada con él. —me sentía tan miserable justo ahora, quería ir con él, pero sabía que no sería bien recibida. — A pesar de negarme a quererlo, lo hago. No es solo la atracción por el vinculo, él me importa en verdad.
—Eso es algo que solo viviéndolo entenderías, es por eso que siempre desee lo encontraras. Debiste contárnoslo antes, sé que tuve mucha responsabilidad, pero quiero que sepas que nunca te hubiera obligado a renunciar a nada y estoy segura de que tu compañero tampoco lo hará. —sabía que Cedric no lo haría, pero era bueno ver que ella tampoco.
—Pero ahora tengo que encontrar la manera de volver con él. ¿Qué puedo hacer?
—Por ahora tranquilizarte. Acaban de pelear Aysel, ten un poco de paciencia y no fuerces las cosas. —miré a Sam, considerando que no soy muy paciente, me pedía un imposible.
—Es cierto cariño, dale tiempo para calmarse y date tiempo a ti para hacer lo mismo.
—¿Cuánto tiempo? No quiero estar así.
—No te desesperes o será peor.
—¿Cuándo lo conoceremos? —preguntó mi hermana.
Ella ya lo hacía, aunque no lo supiera. Solo restaba que Sam lo hiciera, si me perdonaba algún día.
—Ya lo conoces hermana. —dije, consiguiendo una molesta mirada de ella.
—¿Quién es?
—Cedric, el primo de Laurie.
![](https://img.wattpad.com/cover/250942449-288-k685321.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Pocas pulgas
Manusia SerigalaLibertad... Laurie Adams había ansiado llegar a la ciudad desde pequeña. Las cortas escapadas que hacia junto a sus padres para visitar a sus abuelos, no eran suficientes para satisfacerla. Pero ahora con dieciocho años recién cumplidos y lista para...