Laurie
Me desperté sobresaltada al escuchar un ruido en la casa, no había nadie más que yo y nadie más tenia la llave para poder entrar. Miré la hora y solo llevaba dormida veinte minutos, ¿Quién demonios podía ser tan imbécil como para meterse en la boca del lobo?
¿Pero que rayos decía? Nadie además de Carmen y Aysel, sabían que era una loba, sin dudas seguía dormida.Me volví a acomodar, creyendo que había escuchado mal, o que quizás, el ruido provenía de casa de mi compañero. Mi compañero… ¿Qué estaría pasando allí? Quería molestarlo, pero no lanzarlo a los brazos de ella.
¿Sería muy inapropiado acercarme y observar que hacían? Claro, no solo inapropiado, sino también demasiado turbio. Estaba loca, pero no a un punto de acosarlo, al menos no aún.Cuando volví a escuchar pasos, me convencí que alguien había ingresado a mi apartamento, pero no debía estar asustada, pudo entrar, pero no creo que pudiera salir.
Me mantuve en la misma posición, hasta que la puerta de mi habitación comenzó a abrirse. Me hubiera puesto en posición de defensa, pero no me fue ajeno el delicioso aroma que siempre desprendía mi compañero. ¿Qué hacía aquí, a esta hora? La verdad no me importaba.Sentí las mantas levantarse y lo mismo hice yo, ¿Qué rayos hacía?
—Tranquila pececito, soy yo. —me dijo, como si esa fuera explicación suficiente al porque irrumpía en mi casa y trataba de meterse en mi cama.
—¿Beau? ¿Qué mierda haces aquí? —Le pregunté, frotando con fuerza mi rostro, quizás estaba soñando.
—No iba a quedarme con Christa. Dime algo Laurie ¿Por qué la citaste? Y no me digas que no fuiste tú, vi tu sonrisa al verla allí.
—¿Has visto la hora? Quiero dormir Beau, estoy muy cansada, ya vete a tu casa. —¿Qué quería que le responda?
—No lo hare pececito, hoy me quedaré contigo. Después de todo esto es tu culpa, por tus raras ideas ahora tengo mi casa ocupada.
—Esto es allanamiento de morada ¿Lo sabes? Y podría denunciarte si quisiera.
—No empieces a exagerar a Laurie.
—No exagero, mi tía es abogada y ella es buena ¿Cómo te ves pasando una noche en las sombras? — no dudaba que si se lo pedía Haley lo encerraría, pero la verdad es que ahora solo quería molestarlo.
—Ni tu eres tan cruel pececito, además no te hare nada, solo me acostaré aquí. Si vuelvo a mi casa, ella simplemente saltará sobre mi y no tengo ganas, si lo quisiera, la hubiera invitado yo mismo.
—Estaba molesta contigo, no puedes simplemente decirme que hacer y que no, ni mis padres lo hacían. Entiende esto, desde los doce años, soy independiente y hago lo que me viene en gana, así que el que seas el hijo de mi jefe, no te da ningún derecho sobre mi.
—¿Entonces por eso me sedujiste y me tendiste esta trampa?
Eso no era exactamente correcto, si le había tendido la trampa, pero la Diosa era testigo que mi idea no era seducirlo, simplemente ya no podía resistir mis sentimientos hacia él.
Me atraía tanto como un imán y no lograba resistirme por mucho que lo intentara, así que en esa parte él estaba muy equivocado.—Quería besarte, la verdad es que quiero estar contigo, pero luego de verte con ella mis ganas se desvanecieron. ¿Siempre tuviste tan mal gusto?
—Christa es muy bonita, solo que espera algo que no podría darle.
—¿Una relación seria?
—Con ella solo vivimos el momento, siempre fue así. Ambos necesitábamos un escape y lo encontrábamos en el sexo, pero ya me aburrió y ella ahora quiere más.
—¿Entonces ves en mi un nuevo juguete con el que jugar? Demonios Beau, enserio eres una basura.
—Nunca dije que te viera así, no pongas esas jodidas palabras en mi boca.
—¿Entonces que sientes por mi?
—Eso ni yo lo sé, eres un enigma para mi. Me atraes y de eso no hay dudas, pero me preocupas y por algún extraño motivo siento impulsos protectores hacia ti. No voy a mentirte y decirte que desarrolle un enamoramiento, pero si puedo decirte que me gustas Laurie Adams y bastante.
—Wow, eso fue sin dudas muy romántico—rodé mis ojos y me volví a recostar. —Ambos sabemos que es imposible que te enamores de mi y menos tan rápido, pero yo no soy Christa y si esperas que ese discursito deprimente funcione para que mágicamente te deje acostarte conmigo, también despertaras mágicamente esos extraños impulsos agresivos dentro de mi. Así que vuelve a tu casa y lidia con tu follamiga.
Ahora tenia una cosa en claro y era que le gustaba a Beau King y que haría que eso crezca, hasta que finalmente se enamorara de mi y me aceptara, lo que si sería difícil.
Pero no quería esperar tanto, ¿Qué sucedería si era yo quién terminará más enamorada y él me rechazara por ser una loba? No soportaría tanto dolor. Tenía que encontrar un buen momento y explicárselo, así sabía a lo que se atenía si quería algo conmigo.—No soy romántico, pero estoy confesándote lo que siento por ti ¿No podrías ser menos orgullosa?
—No, ahora vete de mi casa.
—No lo creo, estoy cansado y tu cama es grande. —se acostó a mi lado tan rápido que no pude hacer nada al respecto, y su brazo me atrajo hasta que mi espalda chocó con su pecho. —Ahora si pececito, así dormiremos muy bien.
—¡Beau suéltame! —me moví en vano, porque su agarre era fuerte.
—No entiendo gruñidos Laurie, ya duerme, ambos estamos cansados. —su nariz, se posiciono en mi cuello y aspiró. —Hueles bien y eres cómoda, pero como sigas moviéndote, estaremos en problemas.
Bufé, esto no estaba pasando, ¿En que momento creyó que lo dejaría dormir a mi lado?
—Escúchame Beau, como intentes hacer un movimiento fuera de lugar, cortaré tus manos. Te dejaré quedarte solo porque fui yo quien invito a Christa, pero espero que no se vuelva una costumbre. ¿Pero que digo? Mañana mismo instalaré otra cerradura en el balcón.
—Ya duerme pececito, comienzas a decir cosas sin sentido.
—Solo digo la verdad.
—Si así fuera, estarías admitiendo que estas feliz de tenerme aquí, en tu cama, abrazándote a mi.
—Eso no pasará.
—Dijiste lo mismo acerca de besarme y hace unas horas no podíamos alejar nuestras bocas. Ya te he dicho hasta el cansancio que dejes de engañarte y no lo haces, pero tienes suerte, yo te demostraré cuan equivocada estas.
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Pocas pulgas
WerewolfLibertad... Laurie Adams había ansiado llegar a la ciudad desde pequeña. Las cortas escapadas que hacia junto a sus padres para visitar a sus abuelos, no eran suficientes para satisfacerla. Pero ahora con dieciocho años recién cumplidos y lista para...