299. Encontrados

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La arena se encumbró arremolinándose en lo más alto y de pronto como si un torrente de aire la hubiese empujado descendió con tanta fuerza que arrasó a Rashesh y a Halena que cayeron hacia atrás con fuerza mientras la restauración de aquella pura e impía alma que tanto tiempo se había mantenido alejada de su verdadero cuerpo al fin se completó.

—¡Rashesh! —gritó Darshan abandonando la tienda al verle caer así corriendo hacia él—. ¡Hermano!

—¡Halena! —se alarmó Aden abandonando la seguridad de la tienda para ir con ella en la arena.

El resto de los Natblidas ya se habían agolpado en la entrada observando impactados la escena. Aranae también acudió precipitadamente junto a Halena sintiendo a Treior intentar alcanzarla para que no se acercase, temeroso de que el ritual aún no hubiese acabado y algo malo pudiese sucederle.

—¿Está viva? —preguntó Aranae nada más agacharse junto a Aden ayudando a levantarla del suelo, realmente lucía mal—. Aden, ¿respira?

Aden que temblando apartó la arena y el cabello del rostro de Halena mientras inconsciente la veía a duras penas respirar.

Ivory escuchó caballos a lo lejos e instintivamente agarró el brazo de Yakut a su lado que volviendo la cabeza también les vio.

Darshan que sostuvo a su hermano con esfuerzo también se percató de aquel sonido y elevando la mirada de este, la dirigió hacia el horizonte tensándose al ser testigo de la arena elevándose bajo las fuertes patas de los caballos que dejaban un rastro de polvo y arena tras de si al aproximarse a la aldea.

—Azgedakru... —murmuró Keryon tensándose ligeramente al llevar la mano a su espada por puro instinto fijándose en como los hombres parecían tener ropajes y pinturas propias de la Nación del Hielo.

—Trikru...—diferenció Treior cambiando súbitamente la expresión de su cara al distinguir a medida que se acercaba a algunos de los hombres de Heda.

—Heda nos ha encontrado —murmuró esperanzada Ivory sin poder evitar dar un paso hacia ellos sonriéndose anhelante.

Hashelee se tensó ligeramente sintiendo su corazón latir con más fuerza sintiendo su respiración acelerarse.

Estaban allí, Roan Príncipe de Azgeda y los hombres de Heda estaban todos allí. Les había encontrado al fin, les habían encontrado y aquella pesada carga se aliviaría para ellos.

Treior también se alivió de su proximidad, no porque desconfiase de su habilidad o la de todos ellos para llevar a Halena de vuelta a casa pero si por poder contar con la protección y seguridad que todos ellos podían proporcionar a la causa.

Aranae que les contempló a lo lejos conteniendo el aliento acarició el rostro de Halena con preocupación ante la inquietante presencia del Príncipe Roan acercándose a ella.

Aden que se fijó en como Aranae desenfundaba con disimulo la daga de su cintura y agarraba la empuñadura con fuerza elevó la mirada hacia sus ojos desconcertado.

—Le ha enviado Heda, baja eso —susurró alargando la mano para apartar la suya con la daga y ocultarla bajo el cuerpo de Halena.

Aranae que seguía sin confiar en el consorte de Heda ni en sus intenciones al buscarla a sabiendas de su animadversión por Halena se tensó ligeramente al verles avanzar cada vez más y más cerca.

—¿Vas a confiarle su vida a él? ¿En serio?

Aden que dudó ante aquellas palabras le sostuvo la mirada unos instantes antes de volverse hacia la delegación. Hacerlo supondría confiar en el Príncipe Roan de Azgeda, y en su capacidad para hacer lo correcto. Por todos era conocida la compleja relación que mantenía con Halena y sobretodo con Heda y aunque ella le hubiese enviado poner toda su fe en sus acciones era algo que le consternaba profundamente.

—Halena es de las nuestras —reseño Aranae con serena firmeza—. Seremos nosotros quienes la entregaremos a Heda, no él. No por el motivo que quiere hacerlo.

—No con lo que está en juego... —murmuró Darshan cerca al estar en contacto directo con la piel de su hermano conociendo ahora todo cuanto él conocía al respecto.

Aden y Aranae le miraron nada más oírle a sabiendas de que él sabía mucho más de lo que por ahora sabían ellos. Fuese lo que fuese lo que el destino tuviese preparado para todos y cada uno de ellos, lo afrontarían con la misma valentía y el honor con el que habían llegado a ser quienes eran.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora