Cuando la densa y gélida bruma se hubo disipado de la gruesa capa de hielo que bordeaba las costas de Azgeda, cientos de embarcaciones, navíos con grandes velas desvaídas y gastadas apostadas hasta donde alcanzaba la vista llenaban las heladas aguas del mar.
Ontari reina de la Nación del Hielo que permanecía de pie en lo más alto de la Fortaleza del Hielo junto a toda su guardia personal, junto a Roan, Príncipe de Azgeda que parecía algo magullado contempló fríamente como la amenaza se cernía sobre sus tierras, sobre sus gentes que desde lo más profundo hacían sonar los cuernos que anunciaban una inminente guerra...
—Mira cuantas son...—murmuró Roan sin dejar de repasar con la mirada todo la ancha costa frente a él totalmente impactado—. ¿De dónde han salido?...
Ontari que mantenía el rostro impávido, endurecido volvió ligeramente la cabeza.
—Mandad emisarios a Polis y a Arcadia, decidles a Heda y a Jusheda que la gran amenaza de la que hablaban está aquí...
—Si, mi reina —murmuró uno de los guerreros inclinándose ante ella antes de partir rápidamente para ir a dar la orden.
—Tenía razón... —murmuró Roan mirando largamente las fantasmagoricas embarcaciones que se desdibujaban entre la bruma refiriéndose a Halena—. Son demasiados...
—Nosotros somos muchos más —repusó Ontari orgullosa e impertérrita—. No me asustan un puñado de sombras en la madrugada.
—Al parecer tampoco en ellos despertamos ese temor... —murmuró Roan contemplando como a lo lejos la primera nave parecía aproximarse a tierra.
Ontari volvió la mirada hacia sus hombres y apostados en lo más alto de la torre, cuatro inmensos cuernos comenzaron a resonar en todas direcciones.
—¡Matad a todo aquel que intente tomar tierra! —ordenó Ontari a buena parte de sus guardias para que transmitiesen enseguida la orden a las legiones de guerreros de Azgeda Kru que aguardaban a la espera abajo—. ¡Matad a todo aquel que crucé la linde del bosque!
Sus más fieles guerreros inclinaron la cabeza y se dispersaron por cada resquicio para ir a obedecer tal orden.
—No han atacado, Ontari —apuntó Roan viendo como abajo los soldados comenzaban a alzar sus lanzas, y a proferir gritos de guerra.
—Y una vez muertos, nunca lo harán... —dijo ella pasando por su lado antes de dirigirse a otros de sus hombres—. ¡Abrid las puertas de la Fortaleza, corred la voz! ¡Todo aquel hombre, mujer y niño que no pueda o no quiera luchar, estará bajo mi protección, traed a los heridos también!
Roan cambió su expresión, pareciéndole una temeridad y una insensatez.
—Ontari...
—¡Que nadie que no este dispuesto a entregar su vida por Azgeda se quede fuera, id! —continuó ordenando ella ignorando su protesta.
El resto de guerreros enseguida partió para ordenar una partida de guerreros y jinetes que dieran la voz de alarma y que ayudasen a hacer cumplir la orden.
Los que quedaban enseguida se apostaron contra las puertas y los muros en un encuadre de defensa perfecto que protegiese tanto a la reina como al consorte de la Heda de los Catorce Clanes, regentes de Azgeda.
—Es mi gente la que está ahí fuera, Roan —dijo ella nada más volverse a mirarle endureciendo su rostro—. Nadie indefenso va a morir...
—¡Halena dijo que morirías si tratabas de enfrentarte a ellos, escúchame! —le pidió él tomándola del brazo para detenerla.
—¡No, escúchame tú! —contestó ella arrastrando las palabras con vehemencia—. Si he de morir defendiendo a los míos, es justo lo que haré.
—Ontari...
—No voy a rendir Azgeda a nadie, no voy a sentenciar a mi gente. No voy a permitir que unos extraños nos quiten lo que es nuestro, no voy a ceder en esto así que guarda tus suplicas y plegarias para otra ocasión y coge tu espada —le desafío la joven reina con dureza mirándole—. La muerte no es el final Roan, pero lo será para ellos...
Continuara...
ESTÁS LEYENDO
Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)
Fanfiction#1º Premio The 100 Awards 2016. #Premio Prime 2017 Distinción Fluidez En La Trama. #1º Premio Fanfic PremiosParati17. #Nominación Triologías Premios Pluma 2017. #3º Premio Fanfic Saturno Awards 2019. Grandes...