La fría brisa de la noche llegó hasta Darshan que permanecía sentado en los escalones exteriores de la imponente Torre de Polis.
La luna brillaba alta en el oscuro cielo esparciendo su pálida luz por la inmensa capital de la Coalición.
En el desierto de Nakshatra lo más seguro es que luciese distinta. Las estrellas allí llenaban el firmamento volviéndolo brillante y etéreo...
Mágico...
Cuanto lo echaba de menos...
¿Qué estaría haciendo ahora mismo su hermano? ¿Se encontraría bien estando solo allí? ¿Le echaría tanto de menos como le echaba él?...
Preguntas a las cuales no podía encontrar respuesta...
Le habían apartado de todo cuanto siempre había conocido, de la única familia que le quedaba en el mundo con la excusa de protegerle.
¿De protegerle de qué?...
Ni Rashesh, ni Halena le habían querido decir. Ambos le habían querido mantener alejado de todo aquello y él no entendía porque.
Era injusto...
Era muy injusto porque él no era ningún crío pequeño por mucho que a Rashesh se lo siguiese pareciendo.
Era un Nohara, él podría ayudarles con lo que fuera que estuviese por venir, él podría...
Un suspiró mezcla de frustración, tristeza e impotencia escapó de sus labios.
¿Qué demonios hacía él allí? ¿Qué diablos hacía en un lugar al que no pertenecía?
Sacudiendo la cabeza se levantó disponiéndose a bajar el resto de los escalones y a pasar por delante de la guardia apostada fuera de la Torre para alejarse de allí.
Él quería volver a Nakshatra, él deseaba volver a su hogar, no le importaba las comodidades que pudiese tener allí, él no quería nada más que regresar a casa y poder estar junto a su hermano.
Mientras pasaba cerca de los muros que separaban la explanada de las arenas donde entrenaban los Natblidas un débil sonido captó su atención entre los arbustos cercanos.
Darshan volvió la cabeza e instintivamente una oleada de angustia, dolor y peligro le golpeó.
Su primer instinto fue retroceder pero algo le dijo que no lo hiciese y al acercarse y abrir los arbustos sus ojos se abrieron como plato en cuanto su pie se hundió en la empapada arena llena de sangre.
Emori boqueaba intentando respirar mientras que su pecho subía y bajaba muy rápidamente tendida boca arriba sobre un gran charco de su propia sangre en el suelo tratando de parar la hemorragia con la mano en lo alto de su pecho.
Darshan que palideció la miró impresionado agachándose rápidamente sobre ella.
—¡Emori! —reconoció él enseguida a la reina del clan de los Errantes tratando de presionar con sus manos sobre su pecho—. ¡Emori! Oh dios, ¿qué ha pasado?
La angustia en el rostro de ella mientras intentaba hablar sin poder apenas articular palabras le indicó algo verdaderamente horrible.
Darshan que trató de ver mejor la herida se dio cuenta de que venía desde atrás y la hizo girar de costado viendo como algo afilado había atravesado su ropa.
—Vale, vale... tranquila, tranquila...—murmuró él lleno de angustia y temor volviendo la mirada hacia atrás buscando con la mirada a algún guardia—. No... no te va a pasar nada, te pondrás bien... si, bien...
Santa Pramheda, ella estaba allí...
Darshan se dispuso a gritar pero la mano de Emori se cerró desesperadamente en su chaqueta.
—De... de... bes... —intentó decir ella sin apenas voz—. De... bes...
Darshan que angustiado trató de taponar la herida con la mano sintiendo la caliente sangre brotar bajo su mano tragó con fuerza. No necesitaba que lo dijese, él podía sentirlo claramente ahora.
—Avisarla, lo sé... lo sé, no te muevas... —volviéndose hacia la Torre—. ¡Ayuda! ¡Ayuda por favor, ayuda!
Él no era Rashesh, él no sabía curarla, no como lo haría su hermano, no como quizás Halena había aprendido hacer.
Lo que tenía seguro es que si alguien no acudía en su ayuda pronto, Emori se desangraría y se moriría allí.
Continuara...
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Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)
Fanfiction#1º Premio The 100 Awards 2016. #Premio Prime 2017 Distinción Fluidez En La Trama. #1º Premio Fanfic PremiosParati17. #Nominación Triologías Premios Pluma 2017. #3º Premio Fanfic Saturno Awards 2019. Grandes...