434. Sin Remordimiento

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Sentada en en el borde de la misma cama de la habitación que hasta hacía apenas unas horas antes había compartido con Marcus Kane el último gran amor de su vida, Abigail Griffin doctora de Arcadia y madre de la legendaria Wanheda, veía a través de la claraboya como las primeras luces del alba comenzaban a iluminar el cielo en el horizonte.

Discretamente había decidido abandonar la celebración la noche anterior alegando compromisos médicos que la requerían en la enfermería ahora que Jackson no estaba allí para ayudarla, no sin antes felicitar a Kyle Wick y a Raven Reyes por su futuro enlace pero la verdad era que el motivo de su partida era otro muy distinto.

Era incapaz de continuar allí de pie en medio aquella multitud aparentando que su vida no estaba cayéndose a pedacitos, y lo que era aún peor temía poder cruzarse con Josephine Harper en aquellos momentos y que pudiese culparla a ella de algo.

¿Con qué valor iba a poder mirar a esa pobre chica a los ojos, y a decirle que ella nunca estuvo al tanto realmente de nada de lo que ocurría en aquella odiosa celda de aislamiento en la Jaula del Cielo, si precisamente ella era una de los miembros que lideraba el Consejo?...

¿Con qué rostro iba a mostrar su arrepentimiento y a suplicar su perdón, si ni ella misma se perdonaba por no haber sabido delegar mejor su trabajo y haber supervisado personalmente a todos los pacientes recluidos aún atendiendo su deber para con el Consejo?...

¿Cómo, cómo podía Larson sentarse frente a ella casi cada día en el comedor de personal y comer tan tranquilamente compartiendo risas en bromas con el resto incluido ella sin revelar a nadie el verdadero monstruo que era?...

¿Cómo ella no lo había sabido ver? ¿Cómo?...

¿Cómo Marcus por aquel entonces o Jackson no comentaron nada con ella si ambos tenían suficiente confianza como para hacerlo y dejaron que sufriese sola en aquella celda?...

No podía entenderlo, sencillamente no podía hacerlo.

No le cabía en la cabeza que alguien tan ruin y mezquino hubiese hecho aquel irreparable daño y se mostrase completamente como una persona integra y normal frente a todos ellos sin el menor resquicio de culpabilidad o vergüenza.

En su cabeza, simplemente aquello no tenía cabida.

Bellamy tenía razón, ¿y si hubiese sido Clarke? ¿Y si hubiese sufrido su pequeña el mismo horror que sufrió Harper encerrada entre monstruos desalmados y... ¿y hubiese necesitado de alguien... y si... y si hubiese necesitado de ella?...

Abigail tuvo que cerrar sus ojos mientras las lágrimas resbalaba por su cara en silencio y tuvo que esforzarse por respirar, su dañado corazón bombeaba sin tregua y sabía que alterarse de aquella manera resultaría fatal para ella.

¿Por qué después de todo aquello? ¿Por qué después de pasar noches enteras con Marcus, hablando sobre los tiempos del Arca jamás reveló gesto alguno de que la culpa estuviese consumiéndole por alguna cosa de aquellas si él, había estado inmiscuido en todo aquello? ¿Por qué?...

No, no podía hacer aquello, no podía simplemente dejarlo pasar por una vez en la vida, ella necesitaba respuestas. Harper necesitaba respuestas... se las merecía.

Sorbiendo un poco por la nariz Abigail se pasó las manos por la cara apartando sus lágrimas antes de elevar la mirada al techo para obligarse a dejar de llorar y tomando una angustiosa exhalación, volvió a tantear la cama hasta dar con el frasco de medicación que tras su infarto hacía pocos meses atrás llevaba tomando para prevenir otro posible ataque y abriéndolo, vació varias píldoras en su mano y se las llevó a la boca, estirándose para coger el vaso de agua de su mesilla y poder tragárselas.

Necesitaba estar lo más tranquila posible para lo que iba a hacer, necesitaba estar lo más serena posible y sacar las respuestas a las preguntas que no solo Harper merecía sino las cuales, Lexa había exigido amenazando incluso con sus muertes.

En su cabeza, no había lugar ni cabida para el perdón y dudaba que alguna vez volviese a haberlo tanto para Marcus como para Jackson.

Ambos habían traicionado la fe que su pueblo como honorables y respetables lideres habían depositado a pies juntillas en ellos, y habían demostrado no solo ignorar su deber sino enmascarar un acto deleznable con otro acto aun igual o peor de deleznable que ese.

Antes de que el sol se pusiese dando lugar a un nuevo día cargado de tareas, obligaciones y responsabilidades, Abigail obtendría sus respuestas o de no ser así, les entregaría sin ningún remordimiento a la Heda de los Catorce Clanes y que se encargase ella.

Lo juraba por su hija, por la propia Harper y por su pequeña.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora