407. Desorientación

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La lluvia golpeaba desde hacía ya un buen rato la gruesa tela de la tienda al amparo de la noche. El viento agitaba las gruesas ramas de los árboles cuyas escasas hojas temblaban con fuerza testigos de como el los rayos y relámpagos cruzaban el oscuro cielo iluminándolo fugazmente con su fugaz luz para después tronar con estruendor.

Los ojos de Lincoln se abrieron de golpe ante un último estruendo haciéndole despertar muy bruscamente sobresaltado. Su herido cuerpo trató de incorporarse, pero unas firmes manos le sostuvieron.

—Eh, eh tranquilo...—intentó calmarlo Flavius, el joven pero fuerte muchacho que arrodillado a su lado le limpiaba la herida del hombro para una nueva cura de su madre—. Tranquilo, solo es un trueno. Es un trueno, no debes temer...

Lincoln parecía muy agitado, la fiebre hacía temblar su cuerpo y la tienda se movía alrededor suyo mientras hacía lo posible por intentar levantarse.

—No, debo... debo... yo...

—¡Mamá! —gritó el muchacho sin saber qué hacer, la caza, el procurar leña al hogar le habían hecho fuerte pero el herido guerrero trikru lo era aún más.

Gabbah que salió de entre las telas de la tienda con un cuenco entre las manos se acercó rápidamente a ellos apartando al muchacho a un lado antes de dejar el cuenco en el suelo, y sujetar a Lincoln por los hombros empujándole hacia atrás.

—¡Quieto, quieto! —insistió la mujer con ímpetu tratando de inmovilizarle—. ¡O volverá a abrirse la herida!

Lincoln se removió un poco presa de la fiebre pero Gabbah presionó la herida de su hombro haciendo que gruñese de dolor y se dejase caer hacia atrás llevándose la mano al hombro.

Hermosa, fuerte e imponente la mujer frunció el ceño al verle así y le dedico una mirada que Lincoln entendió a la primera.

—Ahí fuera mandará Heda —le espetó ella cogiendo el cuenco y el trapo disponiéndose a terminar de limpiar su herida en lugar de Flavius—. Pero esta es mi tienda y aquí dentro mando yo, así que estate quieto o me obligarás a atarte la próxima vez que pierdas la conciencia...

Lincoln que se rindió ante el decidido temperamento de la mujer se dejó caer hacia atrás, siseando al sentir como con el trapo limpiaba su herida, aplicándole más ungüento del que había elaborado ella misma tiempo antes.

—Yo... debo... debo... —balbuceó Lincoln tratando de explicarle agitado—. O... Octavia... yo... he de... el temblor...

Flavius que miró a su madre confuso se encogió de hombros pues él, solo había encontrado a Lincoln y no había ni rastro de ninguna mujer con él.

—Estaba solo cuando le encontré.

Gabbah que le escuchó murmurar el nombre de Octavia totalmente perdido, frunció el ceño desconcertada antes de tratar de calmarle nuevamente.

—La encontraremos, tranquilo... —aseguró ella viéndole tan agitado—. Octavia estará a salvo, lo prometo...

Si había una mujer con el guerrero trikru cuando el temblor tuvo lugar la encontrarían, a lo mejor estaba herida y desorientada por el bosque. A lo mejor se había alejado o se la habían llevado, fuese como fuese Flavius y ella la hallarían.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora