307. Con Su Vida...

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Treior tembloroso y empapado se arrastró a trompicones hasta llegar a Aranae a la cual habían llevado a una de las alfombras de la tienda. Sangraba por el vientre, la cabeza y el cuello y temblaba completamente empapada de la fría agua que a pesar de ser refrescante con aquel calor calaba sus huesos por la humedad del pozo.

Aden y Keryon se apartaron inmediatamente al verle acercarse y Roan ya había comenzado a meter la hoja de su daga en el fuego.

Darshan acudió en su ayuda enseguida abandonando por un momento a su hermano y a Halena que reposaban en la tienda de al lado.

No podía creerlo. No podía creer que no lo hubiese visto venir. Estaba demasiado distraído con lo ocurrido como para ver eso.

Hashelee, esa... esa... 

Santa Pramheda, esa sabandija asquerosa iba a pagar por ello, pagaría.

Treior levantó la tela que cubría el vientre de Aranae viendo manar la sangre de la profunda herida cada vez más oscura.

—Es muy profunda, no consigo... —se interrumpió él mismo tratando de presionar la herida viendo como Darshan se agachaba a su lado con paños limpios y otros utensilios.

Aranae profirió un agudo quejido retorciéndose de dolor al sentir la mano de Treior presionar con tanta fuerza su vientre y las lágrimas resbalaron por el rabillo de sus ojos.

—Due... duele...—gritó ella lastimosamente intentando agarrar su mano para apartarla.

—Lo sé, lo sé... —murmuró afligido Treior tratando de pararla con su otra mano—. Solo será un momento, solo... solo un momento...

Los ojos de Treior buscando desesperados los de Darshan, los de Aden que se mantenía tras él conmocionado, los de Keryon que se dirigía a azuzar el fuego para que calentase más la hoja junto al Príncipe Roan de Azgeda.

—¿Darshan? —apeló Treior entre lágrimas para que hiciese algo, lo que fuese.

El joven Nohara que apartó su mano de la herida cogiendo algunos trapos para presionar en su lugar sintiendo bajo su manos toda aquella sangre y lo que esta le transmitía cambió ligeramente la expresión de su cara.

—Aranae, escúchame... escucha... —insistió él llevando ahora la mano a su cara para que le viese—. Sé que te duele pero tienes que aguantar un poco más, ¿vale?

—Darshan... —musitó ella llevada por el sopor y el temblor en el que el dolor intentaba sumirla.

—Solo un poco más, ¿de acuerdo? —repitió él sintiendo todo aquel dolor traspasarle, él no era tan experto en aquellas cosas como Rashesh y al igual que Halena aún no controlaba bien sus... "habilidades", no sabía si podría o no hacerlo.

No estaba seguro de ello.

—¿Está muy mal? —preguntó el consorte de Heda antes de fijarse en como limpiaba su cara y su cuello de sangre apartando el paño de su vientre que rápidamente se había oscurecido.

Todos miraron a Darshan expectante y él les devolvió una mirada que solo Aden supo interpretar.

—No, aguantara...

Aden tragó con fuerza bajando la mirada al cuerpo de su hasta ahora compañera viendo algunos arañazos y golpes por la caída pero nada tan profundo como lo de su estomago.

—Voy a matar a Hashelee, voy a matarla y hasta la misma Heda se estremecerá con lo que le haré...

—Necesito que vuelvas a poner tu mano aquí —le dijo Darshan a Treior cogiendo su mano y volviendola a poner sobre el corte de nuevo—. Ahora, presiona.

Treior lo hizo y otro pequeño grito escapo de los labios de Aranae que se estremeció aún más recobrando la sensación de conciencia un tanto bruscamente de nuevo.

—Lo siento, lo siento, lo siento —se disculpó Treior rápidamente compungido al verla sufrir de esa manera.

Las lágrimas abandonaban los ojos Aranae surcando su cara y arrastrando la sangre con ellas.

—Apártala ya del fuego —le dijo Darshan a Keryon que enseguida obedeció sacando la hoja del fuego para acercársela.

—¿Qué vas a hacer? —pregunto Treior siguiéndole con la mirada angustiado.

—Sujétala —le pidió Dashan envolviéndose las manos con los trapos para no quemarse levantando más lo que quedaba de la blusa de Aranae.

—¿Qué? —la expresión en el rostro de Treior cambió por completo y su mano detuvo rápidamente la suya antes de que tomase la daga que Keryon le ofrecía en la mano—. No, no de ninguna manera, no.

—¿Quieres que viva? Porque esta es la única manera que conozco de parar una hemorragia así, Treior —explicó él mientras sostenía la daga al rojo vivo con la mano vendada—. La única.

El rostro de Treior cambió y supo que Darshan tenía razón. Nada salvo cauterizar su herida pararía una hemorragia así.

—Lo siento —murmuró Treior compungido a Aranae acariciandole el pelo antes de posar los labios en su pelo—. Lo siento, lo siento...

Darshan que tragó sintiendo lo que sentían todos en aquel momento llevado por aquella abrumadora sensación llevó la hoja ardiente hasta el estomago desnudo de la joven Natblida y presionó hasta que el calor quemó su piel y desprendió un desagradable y siseante sonido.

Aranae dejó escapar un desgarrador grito que llenó la tienda con el eco del dolor y Treior, al igual que Aden cerro sus ojos teniendo que apartar su mirada de la pequeña.

—Siento mucho todo esto —lamentó afligido Darshan contemplando su bello rostro por un momento antes de bajar la mirada de nuevo a su herida apartando la hoja. Su calor había abrasado su piel y esta se había cerrado desde lo más profundo de su interior y ya no sangraba.

El cuerpo de Aranae no pudo soportarlo más y se desmayó por el dolor. Todos incluido el Príncipe Roan que se mantenía a cierta distancia de ellos agradecieron que así fuese.

Si su hermano estuviese despierto sería todo tan distinto, él sabría bien que hacer para ayudarla, no pudo evitar pensar Darshan mirando hacia la tienda donde él estaba.

Aden le miró impactado, no era ningún cobarde pero una cosa era sanar una herida de guerra y otra provocarle un dolor que nada tenía que ver con la contienda.

Si Aranae ahora muriese, sería culpa suya. Él era quien iba a ir por agua, no ella. Y aún así lo había hecho para que él pudiese seguir al lado de Halena, como se arrepentía ahora de ello. Debió insistir más y que fuese ella quien permaneciese a salvo a su lado.

—Llevémosla a la cama —pidió Darshan ayuda a Treior para levantarla y poderla dejar descansar allí.

—Lo has hecho muy bien —le agradeció Treior afectado—. Yo no sé si habría podido hacerlo.

—Eh, saldrá de esta Treior —prometió Darshan colocando la mano sobre su hombro para que no decayese nada más dejar a Aranae sobre la cama con él—. No desesperes.

Roan que se aproximó a los chicos endureció su rostro, aquellos eran los Natblidas de Heda y ella les tenía a todos en gran estima y consideración.

—Esa chica pagará su afrenta.

Aden asintió tras él, cualquier acto en contra de la vida de un Natblida sería castigado con la muerte a menos que fuese durante el Cónclave de la Ascensión de una nueva Heda el que decidiese tal destino.

Atacar o herir a una igual de aquella forma convertía a Hashelee no solo en una fugitiva sino en una enemiga de Heda y sus Natblidas. Cualquiera que la albergase sufriría el mismo destino y tarde o temprano pagaría...

Con su vida...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora