318. Algo Más Que Fe

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A pesar de la invernal brisa que corría por cada rincón de Polis, capital de la Coalición y hogar de la Heda de los Catorce Clanes, la tarde a Emori le estaba resultando sofocante y angustiosa. Casi opresiva.

De pie en una de las ruinosas terrazas del ala oeste de la imponente Torre de Polis, Emori observa en silencio como entre las calles la gente ajena a todo lo que allí sucede, se decide, se impone o se establece hace su vida con total normalidad.

Los puestos, las pequeñas tabernas, los comercios y las carretas ambulantes que ofrecen toda clase de exóticas mercancías traídas de las tierras más recónditas de los catorce clanes albergan un gran bullicio de trigedas.

Algunas de las calles más atestadas ya se preparan para la celebración que pronto tendrá lugar. No solo el Clan Floudon Kru será presentado, también el suyo y eso hace que el estomago le duela.

Están habiendo tantos cambios y tan a la vez que se ve un poco incapaz de afrontarlos todos al mismo tiempo. Las dudas han comenzado a asaltarla y ni siquiera tiene consigo a John Murphy para apaciguar sus ansias.

Luna, líder del Clan Floudon Kru que salía en aquellos momentos de las estancias privadas que le había sido asignada en la Torre como miembro relevante en la Coalición no pudo evitar fijarse en ella al final del pasillo fuera en una de las destartaladas terrazas comunes y tras unos instantes observándola decidió echar a andar hacia allí y salir fuera con ella.

—Estas vistas siempre me gustaron.

Emori que no la había oído siquiera acercarse volvió la cabeza hacia un lado viendo apoyar a Luna las manos en el muro a su lado.

—Si, son... —murmuró Emori quedamente tras unos segundos bajando la mirada hacia las calles mientras las engalanaban—. Impresionantes, supongo.

Luna que dirigió su mirada hacia la inmensa marea de árboles que llegaban hasta donde alcanzaba la vista

—Ser una buena líder es una gran responsabilidad —murmuró Luna suavemente al mirarla—. Recuerdo como me sentía antes de todo esto. Sola, perdida, vacía...

Emori que escuchó esas palabras volvió la cabeza para mirarla.

—¿Te preocupa no serlo? ¿no ser lo que se espera de ti?

Emori que bajo la mirada al muro pasó los dedos por encima de las grietas y la gravilla.

—Halena ha depositado toda su confianza en mi pero no sé si sabre guiarles. No sé si soy la persona más adecuada para hacerlo... —murmuró Emori desalentada, preocupada por no encajar con su gente entre ellos bajando la mirada algo sobrepasada—. Si ni siquiera sé me consideraba una antes de todo esto...

Luna que alargó la mano posándola tranquilizadora sobre su hombro hizo un suave gesto.

—Lo harás bien —la alentó ella mirándola—. Las cosas están cambiando, son diferentes ahora.

—John cree que no debería confiarme, que... que a lo mejor solo es algo pasajero... lo ha llamado "el capricho de una niña", no quiero darle esperanza a nadie si solo es eso... —reconoció Emori bajando la mirada con tristeza.

—No lo es —repuso suavemente Luna mirándola—. No conozco aún a Halena pero por lo que Lexa me cuenta sus intenciones son firmes y sinceras. No has de temer nada de ella y con la protección de Heda, no tendréis que volver a esconderos nunca más.

Emori que quiso verdaderamente confiar en ello se paso la mano inquieta por el brazo, abrazándose un poco a si misma antes de mirar abajo como colgaban la bandera de su ahora clan.

La sola idea resultaba vertiginosa.

—Halena regresará pronto, y John también. No debes preocuparte por ellos.

Emori que asintió no muy segura de ello quiso con todas sus fuerzas pensar que así sería porque si no, sola como estaba veía el guiar a su pueblo bastante más complicado que solamente poner fe en ello.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora