481. Blodreina

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Para cuando Nathan Miller logró hallar una palanca entre las herramientas del taller de Raven Reyes, ingeniera jefe del Arca y correr por el pasillo para llevársela a Bellamy Blake, habían pasado exactamente diecisiete minutos.

Diecisiete minutos en los que este no paro de golpear la puerta y gritar el nombre de su hermana, diecisiete minutos en los que los gritos y gorgoteos de Neil Macallan no dejaron de rasgar el aire en ningún momento y en que las personas que habían acudido al pasillo tratando de prestar su ayuda a Bellamy e incluso solamente curiosear sobre lo que estaba ocurriendo no podían dar crédito a lo que pasaba.

Monty Green estaba junto a Bellamy jalando del largo tirador de la puerta con todas sus fuerzas mientras que Bellamy desesperadamente trataba de hacer lo mismo y conseguir que Octavia, la Canciller de Arkadia y su hermana abriese la puerta y dejase lo que suponía estaba haciendo.

Miller llegó corriendo con la palanca en la mano segundos después.

—¡Bellamy, ten! —dijo abriéndose paso entre la gente para dársela—. ¡Es lo único que he encontrado que pueda servir!

—Gracias —dijo Bellamy sin resuello cogiendo la palanca viendo a Monty soltar el tirador y retroceder para que metiese la palanca. En cuanto lo hizo, Bellamy metió con esfuerzo la plana punta de la palanca entre el faldón y el dintel de la puerta y comenzó a hacer fuerza—. ¡Cuando os diga tirad! —pidió a sus amigos comenzando a jalar de la palanca con todas sus fuerzas comenzando a notar que el dintel se hundía ligeramente, siguió haciéndolo aún más durante unos minutos y cuando sintió que había el suficiente espacio les grito—. ¡Ahora!

Monty y Miller agarraron el largo tirador y apoyando cada uno la pierna de la pared jalaron con todas sus fuerzas. El sonido de la metalizada puerta al abrirse al fin hizo que un murmullo se alzase por el pasillo, Bellamy que consiguió abrir del todo la puerta aun palanca en mano en cuanto lo hizo retrocedió palideciendo ante la dura escena.

Su hermana se volvió al oír la puerta aún cuchillo en mano con la respiración agitada y los dientes apretados de pura rabia. Su rostro salpicado de caliente sangre y sus ropas completamente empapadas de la sangre de Neil Macallan que borbotaba prácticamente sin piel en el suelo.

El horror cruzo el rostro de Bellamy, de Miller y Monty en cuanto pusieron sus ojos sobre ella.

Había sangre por las mesas, las paredes, el suelo, el banco, había pedazos de piel sanguinolenta pegados acá y allá, Neil parecía una masa pegajosa y sangrienta, pedazos de carne suya habían sido arrancados en el forcejeo y algo de pelo pegado a la sangre plasmada en el suelo.

Octavia al verse forzada a acabar agarró con fuerza lo que quedaba del pelo de Neil y jalando de su cabeza hacia atrás deslizo la hoja de lado a lado de su desollado cuello frente a ellos sin dejar de mirar a Bellamy llena de rencor, resentimiento, ira y exasperación.

La sangre brotó con presión del cuello de Neil como si de una fuente se tratase y un gorgoteo escapó por entre su abierta traquea dejando escapar el ultimo aire de sus pulmones justo antes de que Octavia le dejase caer a sus pies al suelo.

Bellamy abrió la boca con impresión y ni siquiera encontró palabras para intervenir en aquel momento, Monty palideció aún más y Miller retrocedió impactado ante la dura escena. Algunas otras personas se acercaron a la puerta tratando de ver que era lo que les mantenía así y cuando lo hicieron, muchos de ellos enmudecieron, otros gritaron de horror y otros se cubrieron la boca, la cara o los ojos.

—Jus drein, jus daun, natrona —susurró Octavia arrastrando las palabras con desprecio y rencor antes de separarse del cuerpo y volverse fríamente hacia la puerta con una expresión impertérrita en el rostro enmascarando su sed de venganza, su resentimiento y su profundo dolor.

Octavia echo a andar hacia la puerta y Bellamy apenas se movió sin poder apartar sus ojos de la masa sanguinolenta en el suelo mientras que Monty y Miller se apartaron de su camino por inercia y la gente se echo a un lado disponiéndose a dejarla pasar e interferir lo menos posible en su camino.

—Octavia, ¿qué has hecho? —susurró quedamente Bellamy sintiendo como sus ojos se cristalizaban de lagrimas.

Octavia que se detuvo a su lado, volvió la cabeza hacia su hermano quedándosele viendo en silencio inalterable.

—La única razón por la que aún conservas tu piel... —murmuró sosegada y resentidamente en su oído—. Es porque una vez compartimos la misma madre... —el rostro de Bellamy cambió súbitamente y este volvió la cabeza para poder mirarla, viéndola a los ojos—. Si me vuelves a traicionar, hermano... no sabes, cuanto lo vas a sentir —le advirtió ella lentamente antes de echar a andar alejándose de allí apartando bruscamente a algunos de su camino.

La palabra Blodreina brotó en el aire por lo bajo y se extendió rápidamente por todo el lugar, dos silenciosas lagrimas resbalaron por el aterrado y sudoroso rostro de Bellamy que compungido fue incapaz de dar un solo paso mientras Monty y Miller se acercaban a él para consolarle, darle apoyo y preguntarle que demonios había pasado allí con ella y no supo el significado hasta que alguien lo anuncio.

Octavia kom Skykru, su hermana pequeña, su única hermana, la Chica Bajo El Suelo, la guerrera skykru, la Canciller de Arkadia, había dejado de serlo para convertirse en Blodreina, la reina roja, la reina sangrienta.

Y ya nada, nunca, volvería a ser igual...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora