373. Deseos Y Conmoción

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El sol comenzaba a ascender en el cielo trayendo un nuevo día cuando Abigail entró rápidamente en la enfermería. Había pasado bien el resto de la noche y aunque Jackson había insistido en que descansase algunos días más, y siguiese usando la mascarilla no podía flaquear ahora que había logrado salir del pozo en que los horribles actos acaecidos en aquel bosque en el que estuvieron cautivas Clarke y ella la habían sumido sin merecerlo.

Nada como el trabajo para mantener la mente alejada de ese tipo de pensamientos, además uno de los chicos la había ido a buscar así que debía ser importante.

Cuando Abigail entró en una de las salas médicas encontrando a Clarke de pie y a Akeyla sentada en la camilla respirando con dificultad mientras las lágrimas le bañaban el rostro y el cuerpo le temblaba palideció por completo, pero sus ojos se abrieron aún más al ver las amoratadas marcas que se habían comenzado a oscurecer en los brazos de Akeyla insinuando hemorragias bajo la piel.

—¡Oh cielo santo! ¡Akeyla! —dijo Abigail acercándose a ella muy rápidamente—. ¿Qué ha pasado?

Clarke que vio a su madre dirigirse a la chica y luego a ella alarmada negó suavemente algo entrecortada.

—Yo... yo no... no lo sé... yo... —la clase de moretones que tenía Akeyla era algo que jamás había visto antes.

La piel se le había vuelto de un rojo oscuro allá donde Derrick la había agarrado y parecía tener moretones más oscuros de una vez anterior.

No, desde luego Clarke nunca había visto nada así, un moretón llevaba un proceso y aquello había sucedido hacía nada.

Abigail que cogió de la mesa al pasar un fonendoscopio enseguida se lo colocó en los oídos llevándolo al pecho de Akeyla que respiraba tan agitadamente que parecía estar a punto de desmayarse.

—Tiene el pulso muy acelerado... —murmuró Abigail negando mientras tomaba del rostro a la chica—. Akeyla necesito que intentes respirar más despacio, ¿vale?... Inspira y respira, inspira y respira...

Jackson que llegaba en ese momento cambió la expresión de su rostro al verla así y enseguida acercó una de las máquinas de oxígeno y el tensiómetro.

—¿Qué ha pasado? —preguntó contrariado a Abigail—. Estaba bien cuando se marchó...

—No, el tensiómetro no —dijo ella ya que al apretar en su brazo haría que la hemorragia interna fuese a peor—. Pulso acelerado, debilidad muscular, piel fría, palidez, aumento de la frecuencia cardíaca es una hemorragia interna Jackson, necesito sangre...—insistió Abigail haciendo recostar a Akeyla sobre la camilla para evitar el aumento de flujo hacia su cerebro y que sufriese un desvanecimiento—. Clarke, ven aquí...—dijo viendo como Clarke les observaba conmocionada desde un lado de la puerta sin atreverse a mover—. Elevale los brazos...

Jackson que salió de la sala para ir corriendo a por la sangre pasó por su lado tan rápido que prácticamente la arrolló haciéndola reaccionar y acercarse haciendo lo que su madre le decía.

—Esto va a ayudarte a respirar, no te hará ningún daño así que no te la quites, ¿de acuerdo, Akeyla? —le dijo Abigail colocándole la mascarilla que enseguida se empaño abriendo la bombona llevando la mano a su dulce rostro ya que lucía aterrada por aquello sonriéndole inquieta pero tiernamente—. Lo estás haciendo muy bien...

La Heda de los Catorce Clanes, Lexa kom Trigeda y Comandante de la Sangre que se encontraba no muy lejos había oído todo aquel alboroto por los pasillos y había acudido a ver qué ocurría, cambió su expresión al ver a la dulce y sonriente chica que había visto acercarse a Zaffron fuera hacía apenas unas horas cuando ella llegó en esa condición.

—Mamá, ¿qué le pasa? —preguntó alarmada Clarke viendo como al elevarle un poco los brazos bajo la piel la zona enrojecida se iba deteniendo.

—Está muy enferma, su cuerpo rechaza coagular su sangre y por eso sus vasos sanguíneos sangran con mayor facilidad cuando sufren un golpe y se rompen —le explicó Abigail que tomaba una almohada ahora y la colocaba sobre el vientre de Akeyla bajando sus brazos para mantenerlos elevados sin que soportasen una gran presión—. Es... es algo hereditario y... —miró a Clarke haciendo un gesto que ella supo inmediatamente interpretar ya que lo había visto muchas otras veces antes y su expresión cambió al tiempo que sus ojos se llenaban de lágrimas teniendo que apartar la mirada al pensar en Lexa y en que aquello la iba a destrozar.

Jackson que entraba en aquel momento con un par de bolsas de sangre de las que habían tomado del Monte Weather algún tiempo atrás pasó precipitadamente junto a Lexa que se mantenía de pie junto a la puerta contemplándolo todo sin inmutarse del sitio desde fuera

—Disculpas, Heda... —acertó a decir él mientras dejaba la sangre sobre una metalizada bandeja y comenzaba a preparar una de las bolsas para colgarla del soporte y podérsela administrar—. He pensado que está le vendría mucho mejor, al fin y al cabo es de los suyos.

Clarke que escuchó eso volvió la mirada hacia fuera viendo a Lexa de pie tremendamente impactada con los ojos puestos en su hermana, la mente en lo que había oído y aquel dolor en su corazón.

Estaba embarazada por dios santo, no tendría ni porque estar allí, se dijo ella saliendo al tiempo que se apartaba las lágrimas con disimulo.

—Lexa...

—Está... ella está... —acertó a decir Lexa algo conmocionada al haber escuchado todo aquello—. Está...

Clarke que se dio cuenta de su estado enseguida se acercó a Lexa y la abrazó con fuerza queriendo transmitirle toda aquella seguridad y protección que sentía que debía darle en aquel momento.

—Debes dejar que la ayuden, ¿entiendes? —murmuró Clarke en voz baja cerrando sus ojos—. Es lo mejor para ella ahora mismo, calmate...

Lexa que sentía su corazón latir con fuerza y el estomago encogersele sintió las lágrimas deslizarse en silencio por su rostro dejándose abrazar sin tener apenas fuerzas para moverse.

—Vale, bien —dijo Abigail que no iba a ponerse a discutir en aquel momento lo malsonante de "suyos" y "nuestros" preparándole la vía a Akeyla que enseguida que Abby la pinchó sintió la vista llenársele de lágrimas nublándosele por momentos.

Abigail que vio toda la sangre que el pequeño pinchazo liberaba insertó la aguja presionándola un poco contra su piel para mantenerla en el lugar y parar con el pulgar un poco el sangrado comenzando a transfundirle la sangre.

—¿Ves?... —se dirigió ahora Abby a la chica llevando la mano a su mejilla para retirarle las lágrimas muy dulcemente con una maternal sonrisa—. No ha sido nada, Keily no tienes porque asustarte. Nos quedaremos aquí un buen ratito y verás como pronto te sientes mejor. Respira despacio... cálmate, todo va a ir muy bien...

Akeyla que respiraba aún aceleradamente bajo la mascarilla cerro sus ojos con fuerza queriendo que todo aquello desapareciese y se borrase de su piel y de su cuerpo como un deseo que nunca antes se cumplió.

Ella solo quería estar bien, quería estarlo por su hermano, por su bebé.

Ella solo quería...

Quería...

Ella solo...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora