A medida que las horas avanzaban, el cielo que cubría los extensos bosques de la Heda de los Catorce Clanes, iba colmándose cada vez más de espesas nubes que a la larga solo podían presagiar una cosa, tormenta.
Pasándose la mano por el rostro para retirarse el sudor, Lincoln se dejo caer contra un árbol al tiempo que sus pulmones le advertían de que debía ralentizar su paso o pronto no podría dar ninguno más.
Su pierna que en todo ese tiempo no había conseguido recuperarse del todo, latía con fuerza a la altura del muslo en señal de dolor.
Su rostro se contrajo al tiempo que inconscientemente llevaba la mano a la herida ahora casi invisible y se esforzaba por llevarse el resto de la cantimplora a los labios bebiendo a grandes tragos lo que le restaba de agua.
La verdad es que su intención era alejarse de Arcadia todo lo máximo posible antes de que Octavia reparase en su ausencia y pudiese convencerle de volver.
Maldecía el momento en que ella había confiado nuevamente en él como para acercársele.
En el fondo, Lincoln siempre supo que no saldría bien. Tarde o temprano conseguiría lastimarla, tal como había hecho en anteriores ocasiones, tal como había hecho con Clarke.
Él no quería lastimarla, la situación le había forzado ser algo que no era, alguien que no era para sobrevivir pero a veces sobrevivir no es aconsejable, no es suficiente. No a cualquier precio, no a cualquier costa.
Cuanto desearía poder volver atrás en el tiempo, regresar a la noche en que Clarke le pidió ayuda para guiarlas a Polis a ella y a Abby con intención de auxiliar a Halena, la hija primogénita de la Comandante de la Sangre a la cual habían envenenado, y rehusar tal petición.
Negarse a acompañarlas hubiese sido toda una bendición.
Rogaba por poder perdonarse algún día a pesar de que Octavia e incluso Clarke, parecía haberlo hecho ya. Él no podía hacerlo. Era incapaz de perdonar tal crimen sin importar el motivo o la razón por la cual se había visto obligado a cometerlo.
La Comandante de la Sangre debió matarle, ejecutarle tal como merecía que hiciese. No merecía vivir por lo ocurrido. Bellamy tenía toda la razón en eso. No debió haber salido con vida de aquel bosque, no debió haber salido con vida de Polis, no debió ganarla nuevamente en Arcadia...
No debió...
No sin merecerlo...
Aquella intensa sensación en su pecho no se debía a la carrera, se debía a la aplastante sensación de culpa que le oprimía por dentro. Alejarse de Octavia era lo correcto, Bellamy la quería tanto o más de lo que la quería él y aunque sus palabras fuesen tan duras y condenatorias como sus actos, él solo buscaba lo mejor para ella.
La quería...
Es más, la amaba de una forma que estaba seguro que nadie jamás podría hacerlo, y por ello que debía hacer caso a Bellamy y alejarse lo antes posible de ella.
Octavia kom Skykru, la que en un principio fue conocida como Octavia Blake era el amor de su vida. Dañarla como lo había hecho, le resultaba impensable.
Inimaginable...
El dolor y la culpa que sentía por haberlo hecho le habían conducido a tomar la decisión más dura y más relevante de toda su vida.
Octavia era su vida, y sin ella su vida no tenía sentido.
Sin Octavia en ella, no la quería.
¿Y qué hacer con una vida que no quería?...
Deshacerse de ella...
Lincoln cerro los ojos mientras aquel dolor atenazaba su alma y retorcía su mente. Dejándose caer de rodillas en el suelo, se descolgó la vieja bolsa de viaje que portaba con algunas de las pocas cosas que de Arcadia se había llevado, y rebuscando en su interior halló lo que buscaba.
Sintiendo la áspera textura de la cuerda entre los dedos, Lincoln cerró los ojos una vez más, y se tomó unos pocos segundos para reflexionar sobre lo que iba a hacer
No había vuelta atrás, no había plan alguno que le devolviese a un mundo donde ya no quería pertenecer. No sin Octavia para hacerle frente, no sin el perdón que sabía que no se merecía.
Anudarla no fue difícil salvo por el intenso temblor en sus manos. Le ordenó a su cuerpo parar aunque este decidió continuar sin obedecerle.
Cuando logró ponerse en pie miró la rama más alta y próxima del árbol, si la lanzaba con suficiente fuerte y la ataba al tronco muy posiblemente serviría.
Lincoln visualizó el rostro de Octavia mientras la lastimaba, el suplicante rostro de Clarke en aquella tienda y... no tuvo que darle muchas más vueltas para lanzar la cuerda a través de la rama viéndola caer del otro lado, en cuanto se acercó a anudarla al tronco del árbol algo inesperado ocurrió.
Una bandada de extrañas aves atravesó graznando el cielo, oscureciéndolo como si de una densa nube negra se tratase y mientras Lincoln las observaba alejarse a lo lejos, un desgarrador grito rasgó el aire resonando por cada tramo del bosque justo antes de que la tierra comenzase a temblar con fuerza bajo sus pies.
Lincoln trató de correr, de alejarse de allí cuando de pronto la tierra cedió desquebrajándose e irremediablemente cayó agarrándose a duras penas de las gruesas raíces de un árbol, al tiempo que la tierra no dejaba de temblar y los animales del bosque comenzaban a huir y saltar desde todos los rincones del bosque.
El sonido se volvió estruendoroso, ensordecedor...
Un enorme ciervo saltó por encima suya llegando al otro lado de la abierta tierra, la tierra llegó hasta su rostro y al intentar sacudir la cabeza, su mano resbaló y Lincoln se precipito con fuerza contra el duro suelo que se enredaba en raíces abajo golpeándose con fuerza contra las rocas.
El temblor continuó sembrando el pánico a su alrededor mientras el trikru boca abajo ya no se movía.
Acaso, ¿ese era el fin?...
¿Su fin?....
Nadie lo comprobaría.
No mientras la Tierra se siguiese quejando.
No mientras la Tierra siguiese temblando.
Nadie en su auxilio acudiría...
Absolutamente, nadie...
Continuara...
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Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)
Fanfiction#1º Premio The 100 Awards 2016. #Premio Prime 2017 Distinción Fluidez En La Trama. #1º Premio Fanfic PremiosParati17. #Nominación Triologías Premios Pluma 2017. #3º Premio Fanfic Saturno Awards 2019. Grandes...