La incesante lluvía hacía rato que golpeaba sin piedad las desgastadas baldosas de las destartaladas terrazas y techos de la imponente Torre de Polis. El viento aullaba colándose por entre los recovecos de la ciudad y el oscuro cielo era iluminado cada poco tiempo gracias a la luz de los relámpagos y los truenos que atravesaban las espesas y cargadas nubes.
Darshan que permanecía sentado en el suelo con la mirada puesta en los pequeños charcos que se habían formado fuera, y en las ondas que las gotas hacían al impactar contra el agua, jugó aún más en silencio con una curtida pulsera de cuero que había encontrado sobre su cama.
Reconocía ese tipo de pulsera, tal vez para otras personas solo fuese un pedazo de cuero curtido con algunos extraños símbolos dibujados en él pero para su gente, para los Noharas aquello era una muestra de respeto por la pérdida de alguien querido.
Darshan no solo había perdido a Emori, había perdido a su hermano Rashesh. Puede que no de una forma real, puede que no de una forma física pero espiritualmente aquel vínculo suyo había desaparecido.
Su hermano había dejado de existir en su vida, había prescindido de él en cuanto había podido con la excusa de protegerle pero lo cierto era que le había abandonado a su suerte en manos de Halena la cual había reparado poco en él últimamente.
Cosa entendible con todo lo que estaba pasando a su alrededor, aún así había procurado que no le faltase nada y que cada atención, cada cosa que requiriese por mínima que fuese la tuviese.
Darshan no solo era su invitado, su huésped.
Darshan era su amigo.
Halena le debía la vida, su vida y eso le convertía en alguien valioso e importante para ella. Alguien con quien estar en deuda.
La muerte de Emori había supuesto un duro golpe para ella, aún así le había afectado mucho más a él que había sido testigo de sus últimos momentos de vida.
Se sentía abatido, desolado... no entendía cómo la joven reina había terminado sus días así, y cómo alguien había sido capaz de hacer algo semejante precisamente en la Torre de Polis ni a ella.
No sentía que estuviese a salvo allí. No le encontraba sentido a todo aquello, no después de lo ocurrido con Emori.
Aquella pulsera curtida simbolizaba el antes y el después, la vida y la muerte, el comienzo y el fin y suponía la pertenencia más valiosa que tenía ahora mismo.
El sonido de la puerta al abrirse suavemente le sacó de sus pensamientos haciendo que levantase la vista de la pulsera y volviese la cabeza.
Lo primero que vio aparecer fue el oscuro y corto pelo seguido de un rostro sereno pero hermoso y unos ojos oscuros que le contemplaron con cierta prudencia y parsimonia.
—¿Has sido tú? —se atrevió a preguntar Darshan mostrándole la pulsera tras unos instantes de silencio.
Keryon que se quedo de pie junto a la puerta bajó la mirada un instante antes de volver a posar sus ojos sobre él.
—Conozco lo valioso que es eso para tu gente cuando pierde a alguien querido. Merecías una al llegar aquí...
Darshan que sintió sus ojos humedecerse se sonrió con tristemente volviendo a contemplar la pulsera.
—Las palabras pesan en el corazón, los recuerdos son efímeros pero esto... esto es un recordatorio de un alma que una vez vivió contigo. Una que formó parte de ti e hizo que la tuya se regocijase al encontrarla...
Keryon que entendió perfectamente a lo que se refería se le quedo viendo a lo lejos.
—Gracias, Keryon... —le agradeció él con verdadero aprecio y reconocimiento. Ahora su alma estaría menos atormentada y en paz, ahora Rashesh no sería solo un recuerdo sino algo tangible y real.
—Palabras que sobran en los labios... —dijo Keryon sincero antes de darle una última mirada. disponiéndose a salir de allí ya que solo quería saber si se encontraba mejor.
—Palabras del corazón... —murmuró Darshan con un hilillo de aprecio colocándose la pulsera en la muñeca.
Keryon que le escuchó supo que ahora una parte de él se encontraría en armonía, y que la paz llegaría a llenar de algún modo su alma hasta que la de su hermano volviese a cruzarse algún día con la suya.
Era importante cerrar ciclos, etapas inacabadas... era importante hallar la paz, y puede que Keryon fuese incapaz de devolver a su hermano a su lado o a la joven reina la vida. Puede que no pudiese evitarle sufrimiento o desazón ante el recuerdo de haberla encontrado tal como la encontró pero al menos si podía hacer algo por él.
Al menos, podía asegurarse de que estuviese bien...
Al menos, podía aportarle algo de paz...
Al menos eso, si.
Y eso para el joven Natblida ahora mismo era más que suficiente...
Continuara...
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Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)
Fanfiction#1º Premio The 100 Awards 2016. #Premio Prime 2017 Distinción Fluidez En La Trama. #1º Premio Fanfic PremiosParati17. #Nominación Triologías Premios Pluma 2017. #3º Premio Fanfic Saturno Awards 2019. Grandes...