313. Vencimos

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Las primeras horas de la madrugada se cernían sobre Arcadia cuando Lincoln que permanecía sentado en silencio en la sala de retención de la nave escuchó pesados pasos irrumpir en el pasillo a lo lejos.

Después de ser el principal desencadenante de lo ocurrido entre Clarke y Abigail está convencido de que vienen al fin por él.

En parte lo agradece porque quiere que toda esta pesadilla, todo este tormento terminé ya pero por otra desearía poder abandonar ese mundo con la consciencia algo más tranquila y en paz.

Él nunca quiso que ocurriese eso, él apreciaba a Abigail, apreciaba mucho a Clarke. Las quería a las dos y ambas eran importantes para él. Lo último que jamás concibió en su mente fue tener que verse en esa situación, jamás se le hubiese pasado ni por la mente. Él no era así.

Él no era el monstruo sin escrúpulos que Bellamy pretendía creer que era. Él no era un asqueroso y repulsivo traidor, no era alguien vil y ruin capaz de herir a propósito de aquella forma a ninguna mujer, Clarke incluida entre ellas.

Lo que ocurrió no fue solo horrible y traumático para ella, también lo fue para él. Su voluntad, su dignidad sometida a la autoridad de otro hombre tan cruel y detestable como Andros, tener que doblegarse a sus exigencias había sido tan doloroso como denigrante para él.

Lincoln estaba destrozado y lo de Abby había sido solo la punta del iceberg.

Si algo le ocurriese a la doctora por su culpa, Lincoln jamás se lo perdonaría.

Los guardias que custodiaban el pasillo y que charlaban amigablemente se tensaron en cuanto vieron a Raven, una de las chicas de confianza de la Canciller junto con Wanheda aparecer en el puente.

—No vagueábamos, señora —dijo uno de los chicos a Raven apartándose de la pared inmediatamente para ocupar de nuevo su posición de vigía en el pasillo.

—Clarke, Clarke... —le ignoró Raven al pasar justo por delante suya siguiendo a la legendaria Wanheda angustiada tras lo que había visto—. Espera, espera un momento, espera...

Clarke que hizo caso omiso a su petición atravesó el pasillo decididamente doblando la esquina viendo los cristales de la celda de retención frente a ella y dirigiéndose directamente a la pared pulsó el botón.

Para sorpresa de Lincoln las puertas se abrieron y Clarke apareció frente a él.

—Lincoln, levántate —le ordenó Clarke haciéndole un gesto con la mano—. Sal de ahí.

Lincoln que tragó al escucharla vio aparecer a Raven tras ella y dirigir su mirada a él, tensa e inquieta como parecía Clarke pero menos seria.

El trikru dudó porque creyó que enviarían a otra gente para escoltarle hasta el lugar donde le sentenciarían o quizás para sentenciarle pero era lógico que fuese Clarke quien lo hiciera.

Raven que frunció el ceño al ver lo herido físicamente que parecía Lincoln le vio llevarse la mano a las costillas haciendo una mueca de dolor por el esfuerzo de levantarse y tragó contemplando nerviosa a Clarke a su lado.

—Clarke, ¿qué vas a...? —Raven temía preguntar acerca de sus intenciones.

Clarke que se acercó a Lincoln le vio retroceder por inercia pero aún así, puso la mano sobre su espalda y su brazo para ayudarle a salir de aquella metálica jaula con puertas de cristal.

—Te sacaré de aquí, vamos —murmuró Clarke para calmar su ansiedad mientras le ayudaba a alcanzar la puerta—. Nadie va a hacerte daño por esto.

Raven que se les quedo viendo abrió mucho los ojos con cierta inquietud mirando a su alrededor.

¿Clarke iba a liberarle después de lo que le había hecho? ¿En serio?

—No lo permitiré, ¿vale? —le dijo Clarke sintiendo las lágrimas llenar sus ojos mientras llegaban a la puerta—. Ya hemos sufrido bastante por esto, no vamos a seguir haciéndolo.

Lincoln que bajó la mirada para verla sintiendo sus ojos anegarse completamente de lágrimas de temor y culpabilidad ladeo la cabeza lastimosamente para disculparse con ella de nuevo.

—Clarke, yo...

Las lágrimas recorrieron las calientes mejillas de ella que por primera vez en mucho tiempo se atrevió a levantar la mirada y enfrentar sus ojos viendo la pesada carga que soportaba.

—Lo sé, sé que lo sientes, yo también siento mucho lo que ocurrió pero eso ya paso y no volverá a repetirse jamás porque ahora tú y yo vamos a salir de esta y vamos a estar bien otra vez, ¿de acuerdo?...

Raven que vio a Lincoln romper a llorar como jamás había visto al trikru contempló como llevaba la mano a su rostro completamente derrumbado al escuchar las palabras que tanto anhelaba escuchar de Clarke en el fondo de su herido corazón.

Clarke que también estaba llorando cuando la miró de pronto le devolvió la mirada a Raven.

—Raven, ven ayúdame —le pidió la rubia con un gesto para que se aproximase a ellos, Lincoln pesaba demasiado como para poder sacarle de allí sola estando como estaba.

—Clarke, yo no sé si...

Raven sabía de lo que Lincoln era culpable y aunque de los propios labios de Clarke saliese una exculpación sentía que no estaba tan bien ayudarle, más por otro lado Lincoln también era su amigo y podía ver lo mal que estaba no solo físicamente. Emocionalmente se veía destrozado y ella respirando hondo y decidiendo con el corazón se acercó para ayudar a Wanheda.

—Vale, saquémosle de aquí —acordó Raven asintiendo inquietamente mientras le ayudaba a mover a Lincoln de allí.

—Bien —murmuró Clarke asintiendo nerviosamente también mientras caminaban sintiendo el salado sabor de sus lágrimas en sus labios—. Porque esto ya se ha acabado...

No más dolor, no más culpa.

No más opresión.

No más temor.

Andros no les vencería, no a ellos.

Él estaba muerto y ellos seguían allí con vida.

Esa escoria perdía, así lo había decidido y no iba a darles el gusto a ninguno de regodearse desde la otra orilla al verles así de derrotados a ambos creyéndoles los perdedores de esta historia.

Lincoln y ella, sintiéndose libres vencían...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora