399. Tiembla

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Ontari mantenía la vista clavada fríamente en aquel familiar rostro que antaño hacía veces de su más fiel compañía, y que ahora representaba a un extraño dentro de los muros que les habían visto crecer y que ahora le pertenecían.

Keryan, nuevo rey de los Trakaras y antiguo cautivo de la reina Nia de Azgeda, contemplaba el enorme salón del trono de la Fortaleza del Hielo al tiempo que sus ojos se fijaban en los altos ventanales por los que se colaban resquicios de luz que traspasaban las placas heladas y sumían la sala en tonos azules, blancos y oscuros.

—Lo recordaba más grande... —murmuró Keryan a unos pocos metros de pie frente a ella—. Más...

—¿Siniestro? —apuntó Ontari echándole un vistazo a la sala—. Lo era...

—Supongo que las cosas no se ven igual estando sentado en el trono, que arrodillado frente a él...

Ontari que alzó ligeramente una ceja al escucharle movió imperceptiblemente la cabeza en un gesto austero.

—Como bien recordaras...

Keryan que endureció su rostro ante tales palabras, se volvió a mirarla con el rostro contenido.

—Así que dime, Ontari —pronunció él quedándosela viendo con cierta altanería—. ¿Cómo ha conseguido una cría insolente y dócil como tú, acabar en el trono de Nia?...

Ontari que le sostuvo la mirada largamente dibujó una fría sonrisa.

—Cortándole el cuello a Nia, justo donde estás tú.

El rostro de Keryan cambió y por un instante se apartó instintivamente del lugar, tensándose al saber que Nia había muerto justo ahí.

—Ante Heda...

—Mientes.

—No, no lo hago... —arqueó una ceja ella sonriéndose aún más escondidamente para si—. Fue ella quien hizo mi nombramiento. Nunca tuve intención de ocupar el lugar de Nia.

Keryan que arqueó una ceja al escucharla se sonrió fríamente.

—Lo demostrabas muy bien, metiéndote en la cama de su hijo.

Ontari que dio dos pasos hacia él se contuvo mucho de no clavarle algo en el cuello y desgarrárselo allí mismo.

—Hacía lo que se me ordenaba, igual que tú.

—No, igual que yo no. Estabas encantada de que te ordenasen eso.

—Eres un...

El sonido de las enormes puertas siendo abiertas por los guardias interrumpió las palabras de la reina, anunciando la llegada de Roan, Príncipe de Azgeda y consorte de la Heda de los Catorce Clanes que nada más ver a aquel extraño desconocido desenvainó sus dos espadas y dirigiéndose directamente a él le lanzó al suelo de una patada al tiempo que cruzaba las espadas en torno a su cuello.

—¡No! —ordenó Ontari poderosamente haciendo que ambos volviesen la cabeza para mirarla, uno con desconcierto y el otro con satisfacción en la sonrisa.

Roan que la miraba con el rostro contraído por el desasosiego y la rabia endureció su rostro.

—Ontari, permite que...

—¡He dicho que no! —se impuso ella con dureza antes de acercarse a ambos al tiempo que Roan apartaba las espadas y retrocedía—. ¡Azgeda me pertenece. Si alguien va a derramar sangre aquí seré yo!

Keryan que le miró desafiante al tiempo que se incorporaba, irguió la cabeza orgullosamente al tiempo que apartaba la espada más cercana a su rostro con la mano.

—Obedece a tu reina, no querrás provocar su ira, ¿no?...

Roan que escuchó aquella voz que tan familiar le resultaba, se fijó mejor en aquellos rasgos hasta que de pronto aquel rostro algo más sucio, demacrado y herido se reveló en su mente y su rostro cambió por completo retrocediendo un paso.

—Tú...—pronunció incrédulo y acusador.

Los fríos ojos de Keryan se endurecieron y brillaron fieramente, comprendiendo que al fin le había reconocido.

—Estaba deseando volver a ver la cara del cerdo cruel y despota que le robo la vida a mi hermana Costia y que se la sirvió en bandeja de plata a la reina de las arpías y al fin aquí estás...

Los ojos de Ontari brillaron con dureza fijándose en ambos ante ella.

—Hola Roan, he venido a quitarte la vida...—declaro el rey de los Trakaras con una fría, férrea y amenazante sonrisa—. Pero antes, juro por ella que veras como te arrebato todo cuanto ahora te importa...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora