Roan que permanecía sentado fuera de la tienda a la sombra de un toldo observó a Halena salir del interior de la tienda dejando atrás a Aranae la cual podía oír llorar e hizo un gesto con la cabeza hacia su interior.
—Buena charla —reconoció Roan kom Azgeda, Príncipe de la Nación del Hielo y consorte de Heda al quedársela viendo largos segundos en silencio—. Convincente y sincera... —observó con una escondida sonrisa—. Como tú...
Halena que se detuvo en la entrada viéndole fuera volvió la cabeza hacia un lado escuchando a Aranae liberar todo su dolor, toda su impotencia y toda su rabia y se apartó de la puerta para salir fuera bajo el suave sol invernal de la mañana.
—Todo el mundo necesita esperanza, ella también.
—Al parecer se la has dado —comentó él mirándola fijamente—. Pero no puedes prometerle que Heda no le dará caza porque es justo lo que hará cuando se enteré de lo que le ha hecho.
—Le he dicho lo que necesitaba oír porque era lo correcto nada más —repuso sincera Halena contemplándole—. Pero Hashelee no vivirá para ver la luz del nuevo día.
—Pareces muy segura de ello.
—Será que lo estoy —dijo ella disponiendose a tomar un poco el aire necesitando estirar las piernas tras estar tumbada tanto tiempo.
Roan que se la quedo viendo en silencio largos momentos finalmente hizo un gesto.
—Te hemos echado de menos.
—¿Hemos? —preguntó ella sin entender al volverse a mirarle ya que Roan había venido solo con sus hombres por lo que había podido ver.
Roan que se echó hacia atrás sobre el tronco en el que estaba sentado alargó la mano hacia el suelo recogiendo a Natshana que ronroneó adormilada abriendo su boquita para bostezar largamente.
El rostro de Halena cambió y se iluminó al ver allí a su preciada compañera y mascota.
—Natshana —murmuró ella sin poder evitar sonreírse débilmente ilusionada acercándose para cogerla en brazos estrechándola contra su cuerpo.
—Lloraba por su mamá y creí que sería una buena idea traerla conmigo —apuntó Roan apartándose un poco de ella para darle espacio viendo a la pequeña pantera reaccionar moviendo sus patitas y olisqueando a su dueña mientras trataba de llamar su atención para obtener mimos de mil maneras—. Imaginé que no te importaría...
Halena que no podía estar más feliz en aquel momento teniéndola en brazos, la volvió a estrechar besando su cabeza sin poder evitarlo. Natshana era su mayor posesión, la más preciada de ellas.
La pantera se removió entre sus brazos agitada y exaltada por estar de nuevo junto a ella realmente feliz de verla y trató de lamer sus manos con su pequeña lengua tratando de transmitirle ese cariño y esa alegría.
—Y no me importa, al contrario —le dijo Halena teniendo que agacharse en el suelo con ella para ver bien si había crecido algo en su ausencia viéndola corretear y brincar frente a ella sobre la arena—. Estoy feliz de que la trajeras —tomando su carita entre sus manos viéndola sacudirse un poco tratando de lamerla—. La he echado tanto de menos... —ella levantó la vista para ver a Roan y por primera vez en mucho tiempo sintió una emoción sincera provenir de él—. Gracias, gracias muchísimas gracias por traerla...
—No tienes que dármelas —repuso Roan con un suave gesto—. Hacer que sonrías así ya es toda una recompensa.
Realmente estaba intentándolo. Intentaba hacer bien las cosas por ella, por Lexa. Por su futuro hijo, por Ontari y por Eilan. Tenía que cambiar si quería lograr encajar entre ellas, merecían ser felices y él ya no debía obediencia ni lealtad a la mujer que le dio la vida. No tenía porque heredar aquel odio hacia ellas.
Halena que se sonrió sin poder evitarlo bajó la mirada a la cría que cada día parecía crecer más y más y la tomó en su regazo.
—¿Me has echado de menos? ¿Si? —le habló ella con una vocecita viéndola removerse feliz y entusiasta—. ¿Me has echado de menos?...
Roan que se fijó en como Aden salía de otra de las tiendas aproximándose a ellas hizo un gesto para apartarse.
—Iré a comprobar que este todo listo para nuestro viaje —murmuró viéndola centrada en el cachorro sonriente antes de alejarse de allí pasando junto a Aden dándole una miradita de calma pero de advertencia.
Aden que tragó al verle alejarse así vio a Halena de espaldas a él arrodillada con el cachorrito en el suelo y dio un par de pasos más hacia ella deteniéndose.
—Parece contenta.
Halena que le escuchó volvió la cabeza para mirarle fugazmente antes de volver a jugar con ella.
—Lleva mucho tiempo apartada de mi lado, es normal que así se sienta.
Aden que tragó un poco no sabiendo ni como comenzar a disculparse con ella se acercó al tronco que antes ocupaba Roan para sentarse cautelosamente frente a ella.
—¿Cómo te encuentras?...
—Me siento bien, me siento distinta... —se sonrió levemente ella realmente sintiéndose llena de energía y de vida como nunca antes lo ha estado—. Mejor ahora, más liberada...
—Eso es estupendo... —contestó Aden con un débil gesto algo apenado—. Halena, yo quería que supieses que...
—Me hizo mucho daño el verte con ella —repuso Halena sincera interrumpiéndole para su sorpresa—. Me sentí bastante mal, la verdad.
—No lo hice para lastimarte, ni para lastimarla a ella —pronunció arrepentido Aden al verla.
—La heriste a ella más que a mi porque para ella ese beso significó la esperanza de algo que anhelaba hace ya demasiado tiempo —murmuró Halena quedándosele viendo sintiendo las patitas de Natshana moverse agitada sobre ella—. No debiste besarla así, no si no estabas seguro de lo que sentías por ella. Estuvo mal que lo hicieras.
—Si que lo estuvo —admitió Aden bajando la mirada sintiéndose mal por haberlo hecho—. Y ya me he disculpado con ella, pero quería disculparme también contigo. No fui justo con ninguna de las dos y me arrepiento.
—Lo sé, puedo sentirlo —repuso ella sincera devolviéndole la mirada—. Pero no puedo perdonarte ahora mismo, Aden. Me ha costado mucho poder volver a confiar en alguien y verdaderamente quise depositar toda esa confianza perdida en ti, y tú me traicionaste.
Aden que tragó con fuerza bajó más que arrepentido la mirada sintiendo los ojos de Halena posados en él cálidamente.
—No puedo arriesgarme a volver a sufrir otra decepción así, no ahora.
—Pero yo te quiero, Halena —murmuró Aden abatido sintiendo las lágrimas llenar sus ojos con arrepentimiento y frustración.
—Y yo te quiero a ti, Aden —reconoció ella calmada y sincera sintiendo el cachorrito subirse a su regazo abrazándole protectoramente—. Es por eso que no puedo volver a pasar por esto...
Aden que sintió el corazón encogersele ante esas palabras alzó la vista para verla.
—He de ser la más fuerte de entre los míos para lo que se avecina y tú eres parte importante de los mios, no puedo prescindir de ti ni prometerte que algún día no estaremos juntos porque sé que lo estaremos pero no ahora. No después de lo que ha ocurrido aquí.
Halena cerro los ojos levantándose con Natshana del suelo y se aproximo a él inclinándose para besar muy suave y dulcemente sus labios con tristeza mirándole llena de amor.
—Estarás en mis pensamientos y allí estará a salvo lo nuestro. Cuídate y cuida bien de todos ellos, recuerda que el deber es lo primero...
Aden que asintió sintiendo una solitaria lágrima recorrer su mejilla la vio alejarse de allí serenamente con la cría dejando la puerta abierta para un futuro de esperanza y la ventana cerrada para un pesaroso presente.
Continuara...
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Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)
Fanfiction#1º Premio The 100 Awards 2016. #Premio Prime 2017 Distinción Fluidez En La Trama. #1º Premio Fanfic PremiosParati17. #Nominación Triologías Premios Pluma 2017. #3º Premio Fanfic Saturno Awards 2019. Grandes...