El sonido de la frágil lluvia cayendo fuera podía escucharse por todo el casco de la nave mientras que se servía la cena.
Había sido un provechoso día de trabajo, cada vez quedaba menos para terminar las instalaciones que acogería a ambos clanes juntos bajo el dominio de Arkadia.
Era un orgullo para la Heda de los Catorce Clanes ver cumplida la promesa de paz entre skykrus y floukrus. Como líder de la Coalición y precursora de tal acuerdo, no podía estar mas satisfecha. Todo estaba saliendo a pedir de boca en Arkadia, pero a decir verdad lo mejor de poder estar allí era poder estar junto a Clarke.
Aquello era algo que deseaba con todo su corazón y tener la oportunidad de hacerlo era algo que no podía dejar de apreciar.
Ahora mientras Clarke tiraba de su mano por el pasillo conduciéndola hacia la parte más deteriorada de la nave, se preguntaba que intenciones tenía la rubia con ella. La legendaria Wanheda no había querido decirle nada acerca de a donde iban, ni tampoco que harían una vez estando allí. Realmente no importaba. Lexa solo quería estar con ella, aprovechar el tiempo que tenían juntas antes de que las obligaciones del mundo real se impusieran.
—¿Por qué no me dices donde vamos?
—Porque si te lo digo, arruinaría la sorpresa —replicó Clarke dándole una fugaz sonrisa cómplice que a Lexa derritió.
Aquello empezaba a despertar su curiosidad.
Cuando llegaron a una esquina y torcieron a la derecha el solitario pasillo las recibió. El panel fluorescente del techo parpadeó y al fondo, se escuchó un ruido aunque estaba claro que era un abandonado pasillo.
Clarke abrió la segunda puerta que encontraron y al hacerlo la hizo pasar.
Cuando Lexa kom Trikru entró lo primero que llamó su atención es que parecía una sala medica como las que Abby tenía en la enfermería. Clarke entró tras de si cerrando la puerta justo antes de separarse de ella dirigiéndose a la camilla.
—Ven, siéntate aquí —le pidió alisando la sabana que la recubría para prepararla para ella—. Quiero mostrarte algo.
Desconcertada en un principio, Lexa caminó hacia allí y no sin esfuerzo se sentó en la alta camilla.
—Clarke, ¿de que trata esto?
Clarke que se sonrió al escuchar la duda en su voz se inclinó hacia ella besándola muy dulcemente antes de separarse y quedarse viéndola a los ojos.
—Te gustará. Te lo prometo.
Llegadas a ese punto, Lexa dejo de preguntar más y quedó a la espera de su siguiente movimiento.
—Túmbate —dijo Clarke contemplando su belleza muy cerca sin dejar de mirarla.
En un principio, la Heda de los Catorce Clanes dudó pero sentándose mejor de la camilla, estiró su cuerpo hacia atrás apoyándose con ayuda de Clarke en ella.
Nada más hacerlo, un pequeño cosquilleo recorrió su cuerpo, cosa que Clarke pareció notar dado que se inclinó nuevamente capturando sus labios en un tierno beso que la hizo olvidarse de aquello, entreteniendola algo más de lo debido.
Cuando aquel beso se fue volviendo más profundo, Lexa lo quiso continuar pero fue Clarke quien se detuvo.
—Dame un momento —le pidió Clarke algo acalorada no queriendo desviarse del tema, la había traído allí con un motivo y quería ante todo cumplir con ello—. ¿Confías en mi?
—Sabes que si —respondió la Comandante de la Sangre un tanto desconcertada y ávida de deseo encontrando sus azules ojos con los suyos.
Las manos de Clarke se dirigieron al cinturón que mantenía cerrado su vestido, y desatando lentamente su nudo lo abrió viendo aflorar los encantos de Lexa ante sus ojos. Santa Pramheda, aún estando embarazada continuaba teniendo el cuerpo de una diosa del universo.
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Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)
Fanfiction#1º Premio The 100 Awards 2016. #Premio Prime 2017 Distinción Fluidez En La Trama. #1º Premio Fanfic PremiosParati17. #Nominación Triologías Premios Pluma 2017. #3º Premio Fanfic Saturno Awards 2019. Grandes...