305. ¡Muerta!

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Treior hizo un gesto con la mano despidiendo a una mujer que le había ofrecido algo de hierba para los caballos cosa no muy fácil de conseguir en aquel árido lugar cuando vio aproximarse a Hashelee a la tienda que les albergaba a modo de establo.

Yakut que fijaba una de las herraduras a la flexionada pata del caballo frunció el ceño dejando caer su pata de vuelta al suelo.

—Esta no le vale, iré a ver si consigo otra mejor —levantándose para ir a negociar a otro de los puestos algo más lejano.

Treior que asintió al escucharle la vio llegar a ella y se la quedo mirando.

—¿Y bien? —preguntó él expectante mirándola—. ¿Dónde está?

Hashelee que cambió súbitamente la expresión de su cara se llevó con disimulo la mano a la empuñadura de la daga frunciendo ligeramente el ceño.

—¿Dónde está quién?

Treior pareció desconcertado por un momento e hizo un ligero gesto.

—El agua —señalo Treior evidente viendo que no traía nada en las manos—. Dijiste que irías a por agua para los caballos, ¿dónde está?

Hashelee se dio cuenta de a qué se refería se relajó haciendo un gesto.

—Oh no encontré el cubo —repuso ella acercándose al caballo para acariciar sus crines distraídamente.

—Están sedientos, ¿miraste bien? —preguntó Treior con preocupación.

—Claro que mire bien —contestó Hashelee mirándole fugazmente.

—Quédate con ellos, iré a ver si lo encuentro —repuso Treior separándose del caballo para salir de la tienda y dirigirse al pozo.

Hashelee que se tensó ligeramente al oírle volvió la cabeza viéndole alejarse de reojo.

—Claro, me quedaré aquí con ellos.

Treior que se alejó bajo el sol del mediodía entre los áridos caminos de arena rumbo a la carpa que ocultaba el pozo la oyó pero no le contestó.

—Estaré aquí... —murmuró muy bajamente sin poder evitar deleitarse escondidamente mientras acariciaba al caballo desanudando la cuerda que le mantenía sujeto a la madera de la tienda.

Treior que se dirigió al pozo vio el cubo tirado en la arena bajo una enorme mancha de agua como si este se hubiese derramado.

—¿Pero qué...? —se preguntó desconcertado acercándose para recogerlo viendo sangre negra en las piedras del pozo—. ¿Hashelee?

Su cabeza se volvió hacia lo lejos viendo a Hashelee salir disparada con el caballo rumbo al desierto galopando velozmente con fuerza mientras azuzaba al caballo con apremio y severidad.

Un punzada se instalo en el pecho de Treior y acercándose rápidamente al pozo sus ojos se abrieron de par en par viendo como Aranae intentaba no ahogarse mientras de sus labios manaba sangre tratando sin apenas fuerza de escalar por las piedras.

—¡¡Hashelee!! —gritó Treior aferrándose al muro con fuerza viéndola cada vez más y más lejos cruzar el desierto sin detenerse—. ¡¡Estás muerta!!

Keryon y Aden que salían fuera a ver porque Aranae tardaba tanto en llevar el agua escucharon eso estremeciéndose y cuando sus ojos se posaron en Treior le vieron saltar sin vacilación al pozo caída de varios metros.

—¡Treior! —gritó Aden lleno de impresión corriendo hacia el pozo con Keryon que enseguida se apresuró.

Roan que también escuchó aquellos gritos salió fuera junto a Ivory cuando Darshan desconcertado se asomó.

Treior que cayó con fuerza sintió el agua tragárselo en sus profundidades junto a Aranae y cuando logró emerger a la superficie exhaló una brusca bocanada de aire buscando aliento.

—¡Aranae! —se dirigió nadando a ella en el estrecho espacio viéndola sujetarse de las rocas con una mano mientras que parecía sujetarse el vientre con la otra—. ¡Aranae!

Aranae que se sintió desfallecer tembló al sentir como la mano le fallaba y en lugar de hundirse una vez más Treior la sujetaba no permitiéndolo.

—¿Qué te ha hecho? ¿Qué? —preguntó cargado de angustia Treior completamente empapado intentando mantenerla a flote viéndola temblar y oscurecer más el agua bajo ellos.

—Me... ella me... me... —tembló Aranae entre sus brazos aún más totalmente en shock sacando la mano del agua viendo la oscura sangre resbalar húmeda entre sus dedos.

Treior que se dio cuenta de lo que Hashelee le había hecho elevó la mirada inmediatamente viendo en ese momento asomarse a Aden y a Keryon angustiadamente.

—¡Aden! ¡Keryon!

Ambos palidecieron al ver en el fondo del pozo como Treior sujetaba a una herida Aranae.

—¡Debemos sacarla de aquí! ¡Debemos sacarla cuanto antes! —gritó apremiado por la necesidad Treior intentando no soltar su mano de ella ni de las rocas de las que se sujetaba—. ¡Soltad la cuerda!

Roan que cambió la expresión de su cara al llegar al pozo junto a Ivory enseguida que escuchó aquello comenzó a deshacer la cuerda del cubo con los chicos anudándola con fuerza a su mano y pasándola por encima del hierro que hacia a su vez de polea y se asomó de nuevo.

—¡Sujétala bien!

—¡La subiremos! —gritó Aden sin poder evitar que una acuciante angustia se apoderase de él y el miedo le atenazase el estomago.

—Hashelee... —murmuró Keryon no pudiendo creer lo que la chica había hecho viendo apenas rastro de ella en la lejanía salvo polvo en el aire dejado atrás.

Treior que vio caer la cuerda se soltó y por un momento ambos se hundieron consiguiendo volver a sacarla a flote.

—Voy a sacarte de aquí, ¿vale? —articuló nerviosamente Treior rodeando su cintura bajo el agua con la cuerda—. Vamos a sacarte de aquí y... y te pondrás bien... Solo... solo es un rasguño, Aranae te pondrás bien, ¿si?... —intentó tranquilizarla él aunque más aún así mismo con una débil sonrisa tocando nerviosamente su cara tras comprobar el nudo de la cuerda—. Te pondrás bien, te pondrás bien...

Aranae que sentía el agudo dolor irradiar todo su cuerpo desde su vientre cada vez más intenso haciéndola temblar junto con la fría agua que la empapaba y debilitarla intentó asentir sin apenas fuerza para ello tratando de sostenerse el estomago sintiendo la cuerda apretarse a su cintura.

—¡Subidla! —gritó cada vez más angustiado Treior viendo como Roan, Aden y Keryon comenzaba a jalar de la cuerda y como el cuerpo de Aranae ascendía de entre las aguas emitiendo un gemido de dolor al sentir el dolor oprimirle el vientre que pugnaba por desangrarse.

—¡Aguanta Aranae! —le gritó Aden haciendo su mayor esfuerzo por tratar de alcanzarla mientras ahora eran Keryon y Roan quienes tiraban de ellos—. ¡Aguanta! ¡Ya casi te tengo!

Treior que la vio llorar de puro dolor golpeó con fuerza el agua turbado por la impotencia y el dolor, ¿cómo su propia hermana había sido capaz de hacerle eso? ¿cómo Hashelee se había atrevido a hacerlo aún sabiendo las consecuencias?...

Iba a matarla.

Podía darse por muerta porque iba a encontrarla e iba a matarla, no importaba cuanto corriese, cuanto se ocultase o se escondiese, no importaba la justicia de Heda ni lo que ella quisiese hacerle porque Hashelee moriría a manos suyas. Por mucho que respirase ahora ya estaba muerta.

Ya estaba muerta, lo estaba... lo estaba...

Lo estaba...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora