454. Problemas

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Se le hacía raro estar otra vez allí en Arkadia de vuelta. Poder entrar de la mano con Octavia por la puerta sin sentir temor o vergüenza era algo a lo que iba a tener acostumbrarse nuevamente porque nada ni nadie, le conseguiría apartarle otra vez de ella.

Octavia era su felicidad, pensó Lincoln al estrecharla entre sus brazos traspasando las puertas de la nave.

El poder cruzarse con Clarke o en extensión con Lexa, era algo para lo que aún no estaba preparado aunque sabía que Clarke le había quitado de encima ese problema justo antes de que Bellamy le echase de Arkadia apelando a la culpa y a la decencia.

Él se sentía tan mal que había cedido a aquel instinto de escapar huyendo de su ultraje, de su ofensa, pero no era decisión de Bellamy imponer su destierro, lo era en todo caso de Clarke, y ella de algún incomprensible modo había decidido perdonarle por lo ocurrido.

No entendía aún cómo había sido capaz de hacerlo pero si algo caracterizaba a la legendaria Wanheda era su entereza mental y su creciente valentía que se acentuaba ante las adversidades.

Él aún no había sido capaz de perdonarse, pero si algo tenía en mente era que pondría todo de si para ser digno merecedor de tal perdón.

Ninguno de los dos merecía ver su vida arruinada por todo aquello, no.

Octavia que se le quedo viendo a los ojos ni siquiera podía creerse que estuviese de nuevo allí junto a ella, le había echado tanto de menos.

Se había sentido tan desamparada y sola sin él.

Le amaba tanto...

La madrugada había caído en Arkadia y la lluvia parecía azotarlo todo con inclemencia pero no les importaba. Nada importaba en aquel momento salvo que estaban juntos.

—Como me alegra que estés aquí —no pudo evitar decir la Canciller acariciando el rostro de Lincoln antes de inclinarse a besarlo en la pasarela que daba a la nave—. No sabes cuanto significa para mi tu vuelta.

Lincoln que sonrió débilmente cerro sus ojos y se inclinó posando los labios sobre su cabeza estrechándola entre sus brazos acogedoramente.

—Eres mi vida entera —clamó el guerrero trikru con vehemencia.

Y es que así era, Octavia representaba todo cuanto quería y necesitaba en esta vida, ella era su todo, ella era su vida. No deseaba nada más en el mundo que estar junto a ella.

Octavia kom Skykru fue a decir algo cuando el enérgico y vibrante sonido de los cascos de un caballo aproximándose interrumpió sus pensamientos atravesando el patio a toda velocidad bajo la lluvia.

Lincoln se separo de ella y ambos se volvieron a tiempo de ver como Aden bajaba de un salto de la hermosa yegua completamente empapado dirigiéndose a ella.

—¡Heda! —gritó Aden apresurándose a subir la pasarela siendo detenido por ella—. ¡Necesito ver a Heda!

—Aden, ¿qué es lo que pasa? —preguntó intranquila Octavia sosteniéndole para que se calmase y no se fuese—. ¿Qué ocurre?

—Es Halena —advirtió el joven Natblida angustiado y decidido mirando primero a Octavia y luego a Lincoln de lo más inquieto

Ambos se le quedaron viendo con la preocupación atenazándoles el vientre y la expectación se hizo máximo.

—Está en problemas —anunció sin contemplaciones el Natblida traicionando la confianza depositada en él de la sucesora de Heda.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora