351. Quizás...

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El cielo se tornaba cada vez más oscuro en Arcadia y la fría brisa invernal no dejaba de mover las hojas de los árboles.

El trabajo había al fin acabado por hoy y todo el mundo se preparaba para la cena que se serviría en un rato.

O casi todo el mundo...

Bellamy caminaba en silencio por los pasillos del Arca dirección a la habitación que Clarke kom Skykru, la legendaria Wanheda ocupaba en el lugar.

Debía avisar a Akeyla de que Clarke había vuelto y de que Raven ya le había buscado una nueva habitación en la nave con su ayuda.

Bellamy aún no se había encontrado con Clarke pero tal y como habían quedado las cosas entre ellos no tenía muy claro si no era eso lo mejor.

Cuando se paró ante la puerta, Bellamy saludo a un par de chicos que hacían la guardia antes de llamar suavemente por si acaso el bebé estuviese durmiendo.

Instantes después, la puerta se abrió un poco y Bellamy que no vio a nadie a su altura bajó la mirada instintivamente viendo a Jarek allí mirándole sonriente.

—Hola, Bellamy —le saludó el niño en voz muy baja.

A Bellamy que le extraño esa voz supuso que Dayon si que estaría durmiendo y se agachó a su altura colocando una rodilla en el suelo.

—Hey, hola hombrecito —medio sonrió él al verle así—. ¿Qué haces?

—Pintar —le dijo el niño mostrándole unos viejos lápices de dibujo que tenía en la mano y que había encontrado entre las cosas de Clarke—. ¿Quieres ver lo que he hecho? —preguntó con entusiasmo e inocencia él.

Bellamy que no pudo evitar medio sonreír resignado asintió.

—Claro...

—Vale, pero no hagas ruido —contestó el niño bajando la voz antes de mirar hacia dentro—. Está durmiendo...

Bellamy que creyó que se refería al bebé entró con cuidado de no hacer ruido y Jarek cerró la puerta sigilosamente tras él pero cuando Bellamy levantó la cabeza para dirigirla al resto de la habitación se dio cuenta de que estaba totalmente equivocado.

No era Dayon quien dormía, era Akeyla...

Bellamy que no pudo evitar fijarse en su figura tendida entre aquellas sabanas que él tan bien había conocido una vez tragó ligeramente.

—Ven, mira —dijo Jarek consiguiendo que saliese de su estupor con una inocente sonrisa tirando de su mano para llevarle a la mesa llena de dibujos y lapices de colores que Clarke solía usar cuando estaba allí—. Este soy yo y este es Dayon —le señaló el colorido dibujo él con un gesto hablando aún bajito—. Estamos nadando con los peces grandes y vamos a subirnos a este barco de aquí, ¿ves?

Bellamy que se fijó bien en el dibujo no pudo evitar sonreírse un poco porque eran algunos círculos, rayas y formas que nada tenían que ver con el niño o el bebé. Tenía seis años, no podía pedir mucho más.

—Oh vaya, si... ya veo el barco es que tanta agua marina me había confundido —medio bromeó él agachándose para ojear mejor el dibujo.

—Si, hay mucha agua —repuso Jarek dejando escapar una risita cubriéndose la boca con las manitas para no despertar a su hermana a la que miró fugazmente—. Por eso no se puede ver la playa pero está aquí... —le señaló unos puntos marrones cerca del agua—. Con los buenos...

—¿Con los buenos? —se sonrió un poco Bellamy sorprendido al oírle antes de mirarle—. ¿Nosotros somos los buenos?

—Aja —asintió el niño inocentemente antes de dejar los lapices que sujetaba en su pequeña manita y coger otro color—. Y ahora voy a hacer un sol...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora