Habían sido unas horas cruciales, decisivas en Polis, la capital de la Coalición y hogar de la Heda de los Catorce Clanes y precursora de la paz. Horas las cuales, ni Roan kom Azgeda como consorte de Heda y Halena kom Kongeda, como primogénita y heredera de la Coalición no habían desaprovechado.
Al menos trece mensajeros habían sido enviados a diferentes puntos de las tierras trigedas. El ejercito Trikru había sido el primero en movilizarse en los bosques de la Comandante de la Sangre. Seguidos del Yujleda, el Sangedakru y tambien el Ingranrona cuyos territorios colindaban.
Pronto los ejércitos de Trishanakru, Podakru, Delphikru, Ousquejon Kru, el de Boudalan, el de Louwoda Klinron, el Skykru, el Floukru aunque escaso y el Wasterlanders se unirían para marchar hacia el Paso del Edén a las puertas de la Nación del Hielo para recuperar Azgeda de manos enemigas como lo eran los Trakaras.
La tierra entera parecía temblar al paso de los imponentes guerreros que ya tomaban posiciones ocupando aquellos bosques, cada vez eran más las hogueras que se levantaban, los caballos que relinchaban y golpeaban el suelo con sus fuertes patas o el suspicaz sonido del acero de las armas y espadas chocando unas contra otras en un ensayo de lo que vendría a posteriori.
Mientras en lo más alto de una colina no muy lejos del Monte Weather, Halena, Ontari y Roan se reunían y planificaban el ataque junto al resto de líderes de los clanes como lo eran los Natblidas.
Todos tenían un fuerte vinculo entre si, todos querían lo mejor para sus gentes y era evidente que recuperar la Nación del Hielo era ahora mismo toda una prioridad.
Ninguno quería una guerra pero era un hecho que tampoco nadie se rehusaría a librarla de ser necesaria para recobrar una de las tierras del territorio trigeda y por tanto de Heda.
Irían en su nombre, irían por ella con todo lo que tenían y diezmarían a los trakaras sin piedad alguna si estos no se rendían.
Halena lo tenía claro.
Ontari y Roan bien lo sabían y como regentes de Azgeda apoyaban a la heredera de la Coalición en lo que esta decidía.
Los Natblidas por su parte, reunidos allí tenían serias dudas. No porque desconfiasen de la Anorah, más bien todo lo contrario. Por todos era conocido que Halena podía anticipar cosas que todos ellos desconocían.
La presencia de Rashesh allí había hecho que Darshan y ella cerrasen filas al resto y primaba la intimidad, la reserva y el secretismo mucho más que de costumbre tras una larga y extensa charla a solas con ella.
La primogénita de Heda, había salido muy afectada de aquella tienda y tras tomarse algunos minutos de silencio para si, había regresado con más decisión y fuerza.
Roan que estaba de pie junto a una gran mesa donde había un viejo y enorme mapa de los territorios que conformaban las tierras de Azgeda señalaba los puntos estratégicos que debían tomar para adquirir cierta ventaja sobre los hombres de aquellas salvajes tierras de Ina Anak.
Una vez lograran recuperar la Fortaleza del Hielo, sería fácil hacerse con el resto de los asentamientos y las pobladas aldeas.
—Son salvajes sin honor, son seres sucios e impíos llegados desde otros confines de la Tierra —continuó diciendo Roan kom Azgeda duramente mientras señalaba a los trakaras en el mapa—. Pero nosotros les superamos en numero y destreza, no hay mejor guerrero que uno trigeda y todos lo sabemos.
—Hay mucha gente inocente que perderá la vida si libramos esta guerra —le quiso hacer entender Aranae mirándole del otro lado de la mesa.
—El dialogo es inútil, tú no has visto lo que hemos visto nosotros —intervino Ontari no muy lejos de Roan frente a ella.
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Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)
Fanfiction#1º Premio The 100 Awards 2016. #Premio Prime 2017 Distinción Fluidez En La Trama. #1º Premio Fanfic PremiosParati17. #Nominación Triologías Premios Pluma 2017. #3º Premio Fanfic Saturno Awards 2019. Grandes...