398. Cuidaré de Ti

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Comenzaba a refrescar mientras las nubes hacían por ocultar el sol fuera. Lexa que estaba de pie en la habitación que había compartido con Clarke en el Arca, se sentía extrañamente confortada con Dayon en brazos.

No es que nunca antes hubiese cogido en brazos a un bebé, lo había hecho alguna que otra vez cuando era algo más joven. Solo que está vez era diferente.

Akeyla había querido hablar con Jarek a solas para explicarle algunas cosas acerca de su padre y de porque jamás le vería junto a Lexa.

Jarek seguía siendo demasiado pequeño para comprender ciertas cosas así que en lugar de enmascararlas, había preferido omitirlas hasta que fuese algo mayor.

Dayon se había acostumbrado rápidamente a los brazos de Lexa, tanto que ahora su cabeza descansaba sobre su pecho y sus manitas rodeaban su cuello no pareciendo quererla soltar mientras ella le paseaba lentamente por toda la habitación.

La verdad es que hacía tiempo que no se sentía tan llena, pletórica y radiante.

La noche anterior había sido mágica, maravillosa junto a Clarke pero este día estaba siendo algo memorable para ella.

Algo que no olvidaría jamás...

Cuando la puerta de la habitación se abrió y Lexa se volvió junto al bebé dormitando sobre su pecho, lo primero que vio fue la abundante melena rubia de Clarke y después su cabizbajo rostro cosa que no le pasó para nada desapercibida.

—¿Clarke? —pregunto Lexa con preocupación muy suavemente.

Clarke que levantó la vista pillada por sorpresa, no esperaba encontrarla allí. Mucho menos aún, con un bebé en brazos.

—¿Pero cuánto tiempo he estado fuera? —murmuró Clarke confusa y desconcertada casi para si.

Lexa que frunció el ceño con preocupación al escucharla se acercó un poco a ella.

—Es... es Dayon, el bebé de Akeyla ella... —su rostro cambió al recaer sus ojos en su apagada y triste mirada—. ¿Has estado llorando?

Clarke que desvió la mirada sacudió imperceptiblemente la cabeza y pasó por su lado para ir a lavarse la cara al baño cuando Lexa alargó la mano y se lo impidió.

—¿Por qué has estado llorando? ¿Qué es lo que ocurre, Clarke?

Clarke que se soltó apartándose, esquivó su mirada.

—No ocurre nada, todo está bien —repuso Clarke con un gesto—. He de ir al baño...

Lexa que la vio distanciarse de aquella manera y dirigirse al baño, se quedó muy quieta con el bebé aún entre sus brazos.

¿Acaso había hecho algo mal?...

Al despertar junto a ella por la mañana creyó que todo estaba bien, que ambas estaban felices por lo ocurrido... no entendía su reacción. Ni siquiera había preguntado cómo había ido su conversación con Akeyla o por qué estaba ella cuidando de su bebé. Ni siquiera la había mirado a la cara. Algo debía haber hecho mal...

Algo debía haber hecho mal para que Clarke actuase así con ella... ¿o es que acaso se arrepentía de lo ocurrido?...

Si así era, ella no... no podría...

El sonido que llegó a ella a través de la puerta del baño interrumpió sus pensamientos, tanto que Lexa acercó al bebé a la cama dejándole con cuidado sobre ella ya completamente dormido y se acercó a ver.

—¿Clarke?... —preguntó mientras abría suavemente la puerta a tiempo de verla inclinarse sobre la taza vomitando nuevamente. El rostro le cambió por completo—. Clarke...

Clarke que estaba temblando quiso apartarse de ella al notar como se acercaba y entre lágrimas levantó la mirada para impedir que se acercase extendiendo su mano.

—No, no te acerques... —dijo abotargadamente Clarke entre hipidos a la vez que reprimía los sollozos—. No... no quiero que te me acerques, Lexa...

—Clarke, ¿pero qué...? —murmuró asustada Lexa tratando de acercarse—. ¿Qué es lo que pasa?

—Mira, ¿lo ves? ¿lo ves, Lexa? —le espetó Clarke alterada entre lágrimas mostrándole las manos para que se fijase en ellas.

Lexa que las miró nerviosa miró despues confusa el compungido rostro de Clarke.

—Clarke, cálmate... me estás asustando... —le pidió ella tratando de acercarse más—. Yo... yo no veo nada...

Por mucho que mirase, por mucho que quisiese nada había en las manos de Clarke, nada. No entendía que ocurría pero estaba claro que algo pasaba para que se pusiese así.

Clarke que la miraba herida, casi presa de la desesperación tembló aún más mientras las lágrimas le caían por el rostro y bajaba la mirada hacia sus manos comenzando a negar muy afectada.

—Está ahí, está todo ahí... —murmuró Clarke rompiendo a llorar de nuevo—. ¿¿Cómo no puedes verlo??...

Lexa que escuchó al bebé en la habitación por el sobresalto volvió la cabeza hacia la puerta viendole dormir en la cama, y después dirigió su mirada a Clarke acercándose cautelosamente hacia ella con los brazos extendidos.

—Clarke, mírame... —le pidió Lexa tomándola de las manos y llevándolas hacia sus labios para besarlas muy suavemente afectada al verla así—. Te prometo que no tienes nada, te lo prometo. Sabes que no te mentiría...

Clarke que dudó entre lágrimas quiso apartar las manos de ella pero Lexa no las soltó volviéndolas a besar.

—Sea lo que sea lo que te ocurra, no es real. Tú y yo somos reales, Clarke. Tú y yo estamos aquí, estamos bien y lo resolveremos juntas.

—¿Lo prometes?...

Lexa que se acercó aún más a ella la rodeo con sus brazos posando los labios sobre su rubia cabeza cerrando los ojos al sentir como suyo su propio dolor mientras Clarke rompía a llorar sobre su hombro.

—Te lo prometo, Clarke... te lo prometo...

Fuese lo que fuese, lo resolverían. Lexa cuidaría de ella, lo haría toda su vida. Era después de la promesa hecha a Halena, la más sagrada y solemne que cumpliría.

—Cuidaré de ti por siempre...—repitió Lexa con los ojos cerrados volviendo a posar sus labios sobre su pelo al tiempo que la estrechaba entre sus brazos con la misma necesidad con la que la abrazaba ella—. Yo cuidaré de ti...

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora