Aranae bostezó por tercera vez mientras bordeaba el extenso salón que Treior y ella utilizaban para el entrenamiento. Su hermoso rostro parecía sereno, más daba la impresión de que toda su concentración estaba fuera de su alcance hoy.
Fallaba movimientos obvios, erraba al atacar. No estaba concentrada en lo absoluto aunque ella se esforzaba por estarlo.
Treior que frunció el ceño al verla titubear en un rápido movimiento se irguió con el cayado aún entre las manos.
—Aranae, vamos —la alentó él recuperando la posición frente a ella—. Ni siquiera te estas esforzando.
—¿Estás dormida o qué?...—apuntó Keryon asintiendo algo jadeante mientras se apartaba el sudor de la frente e iba a por algo de agua a un rincón del salón—. Le podrías haber derribado en ese último golpe, ¿qué te pasa?...
La verdad era que Aranae se sentía algo cansada y somnolienta. No entendía porque porque había pasado la noche y buena parte de la mañana durmiendo pero no había sido un sueño reparador porque al parecer seguía extenuada.
—Nada, estoy bien —replicó ella recuperando parte del aliento mientras tomaba algo de distancia de Treior antes de volver a plantearse atacar.
—¿En serio? —repuso Adén al tiempo que afilaba la punta de su espada a lo lejos sentado en el suelo—. Porque pareces distraída...
En el fondo, Aranae sabía que tenían razón. Simplemente lo notaba. No sabía que estaba mal con ella pero retomar el entrenamiento no estaba resultándole tan fácil como esperaba tras los días acontecidos.
—Vamos otra vez... —pidió ella a Treior antes de asumir posiciones frente a él con su espada.
Treior que asintió al tiempo que se colocaba aguardó un segundo antes de alzar la espada para golpearla. Aranae que saltó hacia atrás bloqueó el ataque con la suya justo antes de alzar la pierna y golpearle en el rostro con ella haciéndole caer.
En cuanto la espada se soltó de la mano de Treior y se inclinó para recuperarla rápidamente, Aranae aprovecho para girar sobre si misma y colocar su espada bajo su barbilla haciendo que la cabeza de Treior se alzase peligrosamente.
—Eso está mejor —dijo Aden fijándose en como Treior se sonreía antes de echarse hacia atrás y deslizar la pierna sobre el suelo antes de intentar golpearla en los tobillos para hacerla caer cosa que Aranae evitó alzándose del suelo por inercia.
En aquellos instantes la puerta del salón se abrió y Halena apareció por ella pero entre sus piernas la imponente Natshana furtivamente se coló y al ver la situación se abalanzó sobre Treior golpeándole con sus cada vez más pesadas patas antes de rugir en su cara.
—¡Natshana! —gritaron Aranae y Halena por puro instinto al ver como le hacía caer de esa manera.
—¿Halena? —inquirió Treior sin entender al tiempo que la mantenía apartada con las manos de su cara, la pequeña pantera parecía furiosa.
Aden elevó la mirada al mismo tiempo que Keryon abría sus ojos de par en par. No era común que Natshana les atacase a ninguno, todos le agradaban. Especialmente, Halena y Aranae porque no solía estar muy lejos de ellas cuando estaban en la misma habitación.
—Treior, ¿qué le has hecho? —preguntó Aden sin entender a qué esa actitud suya.
—Nada, juro que no le he hecho nada —se defendió él costándole quitársela de encima—. Halena, ¿qué le ocurre?...
Keryon que se dio cuenta de como su cuerpo se interponía entre el de Aranae y el de Treior, frunció ligeramente el ceño y sacó una de sus dagas.
—Creo que sé lo que es... —todos le miraron justo cuando Keryon le lanzó con fuerza la daga a Aranae, que la esquivó rápidamente y Natshana abandonó el cuerpo de Treior abalanzándose furiosamente hacia Keryon que enseguida se subió al banco de entrenamiento antes de ver a la pequeña pantera intentar morderle y alcanzarle con su pequeña zarpa.
Aranae que palideció al ver lo que Keryon había hecho protestó algo molesta.
—Keryon, ¿pero qué haces? —se quejó ella algo pasmada—. ¡Casi me das!
Treior que entendió lo que Keryon pretendía demostrar medio sonrió algo agitado.
—Te protege... —asimiló Treior en un murmullo sin dejar de sonreír antes de volverse hacia ella—. Creyó que te estábamos atacando...
Aranae que se dio cuenta de ello, procesó el momento y si, tenía mucho sentido lo que ambos estaban diciendo. Natshana no la había atacado a ella a pesar de que su espada apuntaba a Treior, le había atacado a él estando en el suelo y luego había atacado a Keryon por haberle lanzado una de sus dagas.
Era bueno, era fantástico que Natshana le hubiese cogido tanto cariño como para velar por ella en algún momento pero aún así era extraño que atacase a los demás.
Halena que se había quedado mirándola sacudió débilmente la cabeza.
—No... no es a ti a quien protege... —murmuró ella en apenas un susurro.
Aranae que se sonrió débilmente hizo un gesto hacia la pequeña pantera que regresaba a sus piernas pasando por ellas antes de sentarse a sus pies observándoles a todos con fiereza.
—¿Cómo que no?... —bromeó Treior con un suave gesto—. Me hubiese arrancado la cara de no haber estado preparado.
Aden que también sonrió ante aquello la miro y luego se fijó en la expresión que había en el rostro de Halena, parecía tan agotada.
—Si, yo también creo que ha pensado que me atacaban y por eso ha reaccionado de esa forma... —señalo Aranae al tiempo que se agachaba y Natshana aprovechaba para revolverse y buscar atención y sobretodo mimos y caricias de ella—. Me protegía a mi...
Halena que se pasó la mano por el rostro, tenía tantas cosas en la cabeza ahora mismo que ni siquiera meditó las palabras que de sus labios se desprendían.
—Protegía a tu bebé, por eso ha reaccionado así.
El rostro, las sonrisas y las amenas expresiones abandonaron los rostros de todos cuyas palabras habían provocado algo más que sorpresa y conmoción.
—¿Qué protegía a mi que?... —preguntó Aranae parando de acariciar a Natshana que no paraba de removerse y lamer sus manos pegando su cuerpo al de ella absolutamente conmocionada.
Treior que la miro al instante y miro nuevamente a Halena allí de pie mientras las miradas del resto recaían en ellos pareció perder el suelo de vista bajo sus pies.
Debía haberle entendido mal, debía haber oído mal y a juzgar por la expresión en el rostro de Aranae ella también debía haberla escuchado pésimamente mal.
Aquello no era posible, no lo era...
¿O si?...
Halena que se quedo viéndola a los ojos en silencio, supo que tal vez no era la manera más apropiada para enterarse pero llevaba ya más de lo debido posponiéndolo.
—La última heredera de Becca Pramheda crece dentro de ti... —murmuró Halena suavemente viendo la expresión de su cara—. Siéntete afortunada...
Aranae no tenía ni idea de cómo sentirse en aquel momento, afortunada o no, su pequeña arribaría a un mundo violento y cruel con el que no contaba. Y era su deber, como su protectora y madre, protegerla y prepararla para ello... y sin lugar a dudas, el deber de Treior también.
Continuara...
ESTÁS LEYENDO
Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)
Fanfiction#1º Premio The 100 Awards 2016. #Premio Prime 2017 Distinción Fluidez En La Trama. #1º Premio Fanfic PremiosParati17. #Nominación Triologías Premios Pluma 2017. #3º Premio Fanfic Saturno Awards 2019. Grandes...