El sonido de las melodiosas carcajadas de Emori resonó por todo el bosque de la Comandante recostada contra un árbol mientras contemplaba el estrellado cielo de la noche lo que la frondosidad de los altos árboles le permitía.
John Murphy que estaba llenando su cantimplora de agua a orillas del pequeño lago tuvo que sonreírse al oírla volviendo la cabeza hacia ella.
—Lo digo en serio, Emori —vaciló Murphy al verla sonreír bajo la pálida luz de la luna—. No lo haré.
—¿Ni siquiera si te lo pido yo? —bromeó Emori con una carita traviesa sin dejar de contemplarle.
Murphy que sacó la cantimplora del agua se la llevó a los labios bebiendo un largo trago antes de apartarla y sonreírse al tiempo que la sellaba.
—Mucho menos si me lo pides tú...
Emori que no pudo evitar reprimir una sonrisa, se puso en pie acercándose a la orilla del lago.
—Oh, John Murphy creía que eras un superviviente —murmuró ella en tono sugerente y divertido mientras la bordeaba sin dejar de mirarle—. No un supercobarde...
Murphy que sacudió levemente la cabeza se sonrió siguiéndola con la mirada, no pudiendo evitar fijarse en como Emori llevaba la mano al lazo que mantenía unidas ambas partes de su corset, y como jalaba suavemente de él, logrando que este y su blusa se abriesen poco a poco bajo la atenta mirada de John.
—Emori... —advirtió él atendiendo al sugestivo gesto con media sonrisa.
Emori que se sonrió aún más mientras se paseaba tentativamente alejándose por la orilla, le miró por encima de su hombro mientras Murphy veía como su blusa caía al suelo y la piel desnuda de su espalda aparecía frente a él con tatuajes tan hermosos que hicieron a Murphy estremecer.
—Una vez... una... y no tendremos que volver a hacer eso nunca más...—murmuró ella livinidosa por la causa.
John Murphy que vio como sus pantalones caían al suelo y desnuda se paseaba al otro lado de la orilla dándole la espalda a propósito tragó lentamente sin poder evitar abrir ligeramente la boca.
—Emori, es...
Emori que se sonrió comenzó a meterse en el lago mientras sus frías aguas la acogían y la luz de la luna la bañaba en todo su esplendor.
—¿Peligroso? —acertó a decir ella incitante y divertidamente sugerente—. Puede ser...
Murphy que vio como poco a poco las aguas cubrían su desnudez se la quedo viendo embelesado.
—No lo descubrirás a menos que lo intentemos...
Murphy que era incapaz de decir que no a aquella arrebatadora y pícara sonrisa, se sonrió rodando los ojos.
—Sé que si atravesamos estos bosques y nos dirigimos hacia Polis, me voy a arrepentir...
—Eso no lo sabrás hasta que no lleguemos —bromeó Emori dándole una grácil miradita mientras con un dedo le llamaba para que se metiese en el agua.
Las agolpadas lágrimas de Murphy descendieron en cuanto sus ojos se volvieron a cerrar con fuerza llevándose nuavemente la botella a los labios, sentado solo en la penumbra de la habitación.
Nunca debieron atravesar aquellos bosques, nunca debió acceder a ir con ella a Polis.
Fue un error...
A pesar de que al hacerlo habían logrado liberar a Clarke, Lincoln y Abigail de las retorcidas garras que les apresaban en aquellos oscuros bosques, el resultado había sido mucho peor de lo que debía haber sido.
Ahora lo veía con claridad, ahora lo veía todo...
Era culpa suya, era su culpa, él debió resistirse más a ir, él debió disuadirla de ello, él...
Oh, santo cielo, Emori estaba muerta, ella...
Nunca más volvería a escuchar su risa, nunca más iba a volverla a ver...
No, no, no... esto no podía estar pasando, esto no podía ser real, no podía ser...
La mano de Emori se posó en su rostro acunándole y haciendo que levantase la mirada entre lágrimas herido.
—¿John?...
—¿Por qué te has ido? —preguntó él a la nada mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas dolidamente por su "traición"—. Dijiste... tú dijiste que...
—La muerte no es el final, John... —murmuró Emori mirándole tiernamente.
—Que te jodan... —le espetó Murphy apartando el rostro de su mano—. Que te jodan, ¿me oyes? —acertó a decir él presa del dolor y de las lágrimas señalando aquella evocación con la botella justo antes de lanzarla contra la pared con tanta fuerza que estalló en miles de pedazos que volaron por toda la habitación—. ¡¡Tú dijiste que estarías siempre para mi!! ¡¡Lo dijiste!!
Emori que siguió de pie frente a él no pareció alterarse lo más mínimo cuando él gritó.
—¿¿Y ahora te has ido?? —gritó entre lágrimas Murphy dando dos pasos hacia ella señalandola con el dedo—. ¡¡Eres una puta mentirosa, eso es lo que eres!! ¡¡Eres... eres...!! —la voz le falló mientras caía nuevamente de rodillas al suelo y se llevaba el rostro a las manos con absoluta desolación.
—Vuelve, por favor... vuelve, Emori... —sollozó ahogadamente suplicante Murphy inclinandose de dolor teniendo que apoyar la mano en el suelo para no caer totalmente destrozado—. Te necesito aquí... vuelve, por favor... por favor...
Los sollozos y las suplicas llenaron el vacío de la inmensa habitación encogiendo el corazón de aquellos que hacían guardia en el pasillo, retorciendo su mente y su espíritu hasta casi hacerle perder la razón.
—Vuelve... —murmuraba una y otra vez presa de la desesperación y el dolor—. Por favor, Emori, por favor mi amor.... regresa a mi... regresa... regresa.... regresa, por favor... regresa...
Al final del día, al final de todo la única persona que verdaderamente se preocupaba por él, la única que le había entregado su vida, su cuerpo y su corazón, había partido hacia la otra orilla dejándole solo y roto de dolor.
Un dolor que John Murphy nunca antes había sentido jamás, uno que ya nunca olvidaría...
Continuara...
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Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)
Fanfic#1º Premio The 100 Awards 2016. #Premio Prime 2017 Distinción Fluidez En La Trama. #1º Premio Fanfic PremiosParati17. #Nominación Triologías Premios Pluma 2017. #3º Premio Fanfic Saturno Awards 2019. Grandes...