443. Aviso

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Todo sucedió muy rápido, ni siquiera supo en que instante paso. Tan solo que al cruzar el pasillo y entrar en las estancias privadas donde Halena kom Kongeda, primogénita de la Comandante de la Sangre y hasta próximos nacimientos la única Jusheda con vida, heredera del pueblo Trigeda y de la Coalición se mantenía sumida en un extraño sopor hasta hacía escasos minutos y no encontrarla, el rostro del mas sagaz de los Natblidas cambió por completo.

Nadie estaba allí, la estancia permanecía tácita, silenciosa.

Solemne.

Ni rastro de Aranae, Treior, Keryon o Darshan, ninguno de sus amigos y aliados estaba allí.

Ninguno.

Que extraño, penso Aden dirigiendo su vista a cada rincón de la habitación.

Estaba solo.

Completamente solo.

Incluso se sentía así.

—¿Estás perdido? —escuchó decir a una familiar voz tras sus espaldas.

Aden que ni siquiera había oido pasos acercarse se volvió alertado por la voz y su rostro palideció súbitamente.

—¿Estás perdido, chico? —repitió nuevamente la voz mientras aquellos hermosos ojos le contemplaban con cierta curiosidad e interés incierto.

Aden que fue incapaz de creer lo que sus ojos veían trago lentamente retrocediendo un paso.

—Aden, te hablo a ti —pronuncio Emori con una desconcertada sonrisa—. ¿Acaso no me escuchas?

—Emori —murmuró Aden completamente conmocionado al ver allí a la perecida reina de los Desterrados.

—Aden, no debes estar aquí —repuso la reina calmadamente contemplándole al deslizarse suavemente por la habitación—. No es hora de que cruces a esta orilla, ¿qué haces aquí?

Aden que dirigió su mirada a derecha y a izquierda, realmente lo desconocía.

—No lo sé, no sé donde estoy —dijo Aden desconcertado fijándose en ella—. Busco a Halena. La deje aquí. Justo aquí.

—Halena no está aquí.

—Pero yo...

—No es aquí donde debes buscarla —le interrumpió la funesta reina Emori viendo su reflejo en el espejo de la habitación justo antes de acercar su mano viendo como esta atravesaba el cristal justo antes de recogerla hacia su pecho—. No, este no es vuestro sitio. No aún.

Un ruido estruendoso hizo que ambos girasen la cabeza hacia la ventana.

Nevaba fuera, nevaba en Polis.

—Está llegando —murmuró Emori en voz muy baja.

Aden que no entendía nada de todo aquello, dio quedos pasos hacia la ventana viendo como fuera la caía copiosamente la nieve sobre la gelida superficie que parecía haber teñido la inmensa ciudad de blanco.

—¿Qué? —musitó Aden sin entender fijándose en como una gota de sangre caía ante sus ojos yendo a parar a un gran charco rojo que parecía ya formado a los pies de la imponente Torre y al asomarse aun mas comenzo a ver como de las numerosos ventanales y balcones manaba una gran cantidad de sangre.

—Aún podéis salvarla —susurro Emori sin dejar de mirarle fijamente tras él.

Aden que examinaba otra gota de sangre en el alfeizar de la ventana, se volvió al escucharla.

—Aún no es tarde para ella —repitió laconicamente la funesta reina—. Ayudadla.

—Emori...

Aden tenía tantas preguntas en mente, tantas preguntas sin respuesta.

—Ayudadla, Aden —murmuro lastimosamente la reina bajando lentamente la mirada a su pecho viendo como de este brotaba una pequeña mancha de sangre que rápidamente se expandió empapando su vestido allí donde Hashelee la había acuchillado.

El horror en la cara de Aden demudó su expresión y sus impresionados ojos se quedaron fijos en ella.

—Ayudadla antes de que sea tarde —pronuncio Emori buscando sus ojos con los suyos mientras el dolor se reflejaba en este y un nuevo sonido les sobresaltaba haciendo despertar bruscamente al Natblida que sentado junto a la cama de Halena se sobresaltó sumido en un frío sudor con la respiración agitada, viendo la cama donde había yacido Halena al menos hasta que el se durmió completamente enmarañada y vacía.

¿Dónde estaba Halena?

¿Que significaba aquel sueño y por qué había acudido la fallecida reina advertirle?

Aranae no estaba, Treior no estaba, Darshan no estaba y ni rastro de Keryon en las estancias privadas de Jusheda.

Entonces, ¿significaba aquello que Halena había despertado? ¿donde estaba esa chica?

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora