Un par de críos entretenidos y sonrientes correteaban por entre las redes, las pertenencias y las cajas que ocupaban ya buena parte de la superficie de la plataforma cuando el viejo buque atracó.
Derrick había enviado a tierra a la primera partida de Floukru hacía tan solo unas horas con el consentimiento de Luna, su líder y la conformidad de Lexa, la Heda de los Catorce Clanes y por ende de su consorte Roan de Azgeda y la Coalición.
No sabía bien que iban a hacer en tierra gente que llevaba años sin pisarla pero el mar ya no era un lugar seguro para ellos.
La agitación y el nerviosismo se hizo patente por todo el lugar cuando Derrick regresó sin Luna y con un tratado que prometía tierras y un destino cierto para todos y cada uno de los habitantes del Clan Floudon Kru.
El temor y la inquietud seguían aún así muy presente entre sus gentes al igual que la emoción por parte de los que jamás antes habían pisado tierra. Niños y adolescentes, jóvenes nacidos dentro de los dominios del clan que solo podían soñar con hacerlo mediante las historias que llegaban a sus oídos durante las veladas caseras.
Historias pasadas de un tiempo que quedaba ya muy atrás para todos ellos.
Un niño de unos cinco o seis años correteó entre la cadena de hombres y mujeres que trasladaban las cajas pasándoselas de unos a otros para llenar el barco de provisiones para el invierno cuando algo llamó mucho su atención y corrió rápidamente lanzándose al suelo justo antes de agarrar con sus manitas el borde viendo a través de los agujeros de las redes de seguridad como metros más abajo en el agua grandes olas chocaban contra las imponentes y metálicas patas de la plataforma.
El niño abrió mucho los ojos y una enorme sonrisa se dibujó en su asombrado rostro al ver como una pequeña familia de delfines emergían del agua para luego sumergirse en ella de un salto siguiendo las estelas de espuma que el barco había dejado a su paso por el mar.
—Mira Dayon, mira —gritó el niño entusiasmado señalando hacia abajo.
Sentado sobre una manta en el suelo entre algunos viejos juguetes de trapo y madera alejado del borde, un pequeño de poco menos de dos años volvió la cabeza hacia él contemplándole curioso al escuchar pronunciar su nombre con sus grandes ojos marrones sujetando un cubo de madera en su pequeña manita algo mojado por habérselo llevado a la boca.
El bebé que vio como el niño insistía en llamarle señalando hacia el mar soltó el cubo en el suelo y apoyando las manos del suelo echó a gatear para ir donde él.
Una chica joven de largos cabellos castaños recogido en un alto moño por algunas trenzas frunció el ceño y se aproximó rápidamente hacia ellos dejando a un lado la cesta de ropa que portaba cogiendo en brazos al bebé antes siquiera de que llegase al borde.
—Hey, hey, ¿dónde crees que vas? —le murmuró al niño meciéndole un poco antes de fijarse en el niño del suelo que se la quedo viendo—. Jarek se suponía que debías vigilarle no dejar que se acercara a la red.
—Pero mira, mira lo que hay abajo —insistió el niño emocionado sonriéndole—. Saltan muy alto hacia las nubes.
La chica que medio sonrió al oírle ladeo la cabeza.
—Hacia las nubes, ¿eh? —le dijo acercándose a él con el bebé tomándole de la mano para apartarle del borde a pesar de que la red estuviese allí por si cediese—. Anda apártate de ahí o papá si que te enviará a las nubes...
Derrick que estaba de pie en el borde del muelle volvió la cabeza fijándose en ella a lo lejos.
—¡Akeyla!
La chica volvió la cabeza fijándose en él y recordó la cesta que le había pedido llevar.
—¡Enseguida la llevo! —dijo dirigiéndose con el bebé a la manta de nuevo para dejarles jugando allí a ambos—. Quedaos los dos aquí, yo no tardaré y cuida de él.
—Pero yo quería ver los peces gigantes —protestó Jarek cruzando las manitas sobre el pecho refunfuñante.
—Y yo querría que los vieses pero he de ayudar a Derrick, a papá y a los otros a empacar porque nos vamos a tierra, ¿no quieres ir a tierra Jarek? —preguntó ella dejando al bebé sobre la manta antes de alcanzarle los juguetes para que se entretuviese con ellos.
—Claro que quiero ir —dijo el niño emocionadisimo ante la idea.
—Pues entonces cuida de Dayon, ¿vale? —negoció ella suavemente poniéndose en pie para coger la cesta con la ropa y llevarla hacia el barco junto al resto que ya cargaban cosas—. Y te prometo que después podrás montar en el barco y ver los peces gigantes, ¿de acuerdo?
El pequeño abrió los ojos emocionadisimo con una sonrisa.
—¿Podré montar en el barco? ¿en ese barco?
Akeyla que se sonrió para si asintió cogiendo mejor la cesta.
—¿Y se moverá de verdad?
—Y se moverá de verdad, él nos conducirá a tierra y allí podrás jugar cuanto quieras pero ahora necesito que le cuides solo un poco más para yo llevar esta cesta, ¿podrás hacerlo?
—¡Si que podré hacerlo, si que podré! —se sonrió el niño dando casi saltos volviéndose al bebé que se asustó un poco por su entusiasmo—. ¿Has oído Dayon? ¿has oído?
Akeyla que se sonrió algo más escuchándole se alejó de ellos con la cesta para ir con el resto.
—¡Iremos a tierra! ¡Keily nos llevará a tierra!
El bebé que le miró sonreír la mar de feliz no parecía entender nada pero sonrió ofreciéndole el cubo de madera para que jugase también él.
—A tierra... —se emocionó el niño imaginando todo lo que encontrarían allí.
Que emocionante sería entonces.
Continuara...
ESTÁS LEYENDO
Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)
Fanfiction#1º Premio The 100 Awards 2016. #Premio Prime 2017 Distinción Fluidez En La Trama. #1º Premio Fanfic PremiosParati17. #Nominación Triologías Premios Pluma 2017. #3º Premio Fanfic Saturno Awards 2019. Grandes...