326. Posibilidades

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Indra que caminó por toda la habitación clavando su mirada en cada uno de los Natblidas de la Heda de los Catorce Clanes parecía contenida y realmente molesta.

—Y no solo contentos con eso robáis a la gente que se supone que debéis proteger y os largáis al desierto con sus caballos —firmemente volviéndose hacia ellos—. Y aparecéis aquí con una menos de vosotros, ¿dónde demonios está Hashelee?

Aranae que tragó al escucharla se aventuró a bajar la mirada al suelo sintiendo los ojos de Indra clavarse en ella.

—Hashelee ha muerto, Indra —dijo Aden tras unos segundos dirigiendo su mirada a todos antes de sentir como Aranae levantaba la vista del suelo y se le quedaba viendo—. Nirrath la hirió, no pudimos hacer nada por ella.

Indra que cambió la expresión de su cara al escucharle se les quedo viendo a todos largos instantes.

—¿Lo sabe Heda ya?

—Lo sabe Roan, él se lo contará a Heda —dijo Treior con sinceridad—. Lamentamos mucho el haber desobedecido pero no lamentamos haber encontrado a Halena y haberla traído de regreso a costa de una de las nuestras.

Keryon que solía ser el más separatista de todos ellos le observó en silencio y después se dirigió a Indra.

—Hashelee fue atrevida y valiente, hizo cuanto debía para encontrar a Halena. Todos sentimos mucho que terminase así.

Aranae y los otros le miraron sin creerse que lo hubiese corroborado precisamente él a pesar de que todos acordasen no decir la verdad, más por su hermana que por ella.

—Sé ha librado del Cónclave después de todo —musitó Yakut con un débil gesto.

Indra que se dio cuenta de que aún no lo sabían se les quedo mirando un momento.

—No va a haber ningún Cónclave —reveló ella serena haciendo que todos levantaran la mirada desconcertados, confusos y recelados—. Nunca más habrá uno.

—Pero... pero eso no es posible... —murmuró desconcertado Yakut.

—El Cónclave es una tradición, un deber sagrado que... —comenzó a decir nerviosamente Ivory al tiempo que Indra la interrumpía.

—Heda ha erradicado esa costumbre, serán sus hijos quienes hereden Polis y la Coalición —dijo ella con un sereno gesto mirándoles—. No peleareis por vuestras vidas nunca más, todos vosotros os convertiréis en líderes y los catorce clanes pasaran a ser vuestra responsabilidad.

Aden que cambió la expresión de su cara al igual que el resto de sus compañeros tembló ligeramente.

No podía ser cierto.

No podía ser...

¿Realmente estaba sucediendo aquello?

¿Era todo eso real?...

¿Nadie iba a morir para que uno de ellos ascendiese?

Las lágrimas comenzaron a llenar lentamente sus ojos, Aranae que mantenía contenida la respiración sintió las manos temblarle mientras las lágrimas se deslizaban lentamente en silencio por su cara.

Keryon retrocedió unos pasos completamente aturdido. Treior permaneció completamente inmóvil al igual que la pequeña Ivory que no tuvo más remedio que mirar incrédula a Yakut el cual también se estaba emocionando.

Ninguno de ellos iba a morir.

Ninguno de ellos iba a sufrir una muerte horrible y temprana a mano de otra Sangre Nocturna, a manos de sus compañeros.

Todo aquel duro entrenamiento, toda aquella severa instrucción que les había separado de sus familias, que les había exiliado del resto del mundo entero y de la cual habían aprendido tanto a ser mejores guerreros en lugar de personas había obtenido sus frutos.

Más ahora algunos de ellos se sentían abrumados y confusos por la emoción, tenían mil y una preguntas. Debían resolver más de una cuestión, tantos años negándose cualquier aspiración que no fuese convertirse en Heda y ahora todo un abanico de amplias posibilidades se desplegaba ante ellos ofreciéndole no solo una sino mil opciones que tomar.

Necesitaban unos minutos...

Necesitaban procesar todo aquello porque tras todo por lo que habían pasado aquella contenida emoción les oprimía el pecho a todos.

Indra que se dio cuenta de lo que ocurría decidió que tal vez había sido muy dura con todos ellos, al fin y al cabo habían recuperado a Halena, habían perdido a una de las suyas y se habían visto obligados a renunciar a su sagrada labor.

—Intentad dormir algo, os veré mañana por la mañana y hablaremos... —acertó a decir la feroz instructora justo antes de dirigirse a la puerta saliendo por ella.

Los Natblidas de Heda ahora eran Natblidas libres de escoger su propio camino a expensas de la responsabilidad que su sangre había traído consigo y confiaba plenamente en que lo harían bien.

Después de todo, era Heda quién les había guiado bajo su mando y el hombre que la enseño a ella también.

Todo iría bien.

Continuara...

Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora