Cuando los adormecidos ojos de la doctora Abigail Griffin, ex Canciller del Arca y madre de la legendaria Wanheda, se abrieron, el rostro de Jackson denotó preocupación.
La madrugada había caído hacía una escasa hora y llevándose la mano a la mascarilla que la ayudaba a respirar mejor ella le habló.
—Jackson, ¿qué... qué ocurre? —preguntó Abby con cierta angustia retirándose un poco la mascarilla logrando incorporarse un poco con algo de opresión.
Jackson que se inclinó ligeramente puso la mano en su hombro para calmarla y en ello insistió.
—No ocurre nada grave, tranquila —murmuró él mostrándole unos papeles—. Pero hay algo que necesito que veas...
Abigail que se desconcertó un poco se aflojó un poco la mascarilla sentándose mejor en la camilla, cogiendo los papeles que le ofrecía comenzando a echarles un ojo.
A medida que leía el rostro de Abby pasó de la normalidad, al estupor y dirigió su mirada a Jackson de lo más chocada.
—¿Es... es posible?...
—Eso es justo lo que venía a preguntarte yo, lo he comprobado tres veces antes de atreverme a despertarte.
Abigail que cambió su rostro bajó la mirada nuevamente a los análisis volviendo a escrutarlos al detalle y comparando unos con otros. Todos los papeles mostraban los mismos parámetros, las mismas cantidades, los mismos recuentos.
Entendía bien lo que leía, era médico. Lo entendía pero no comprendía como eran posibles unos resultados así, jamás había visto nada igual.
—Debes... debes haber hecho algo mal —dijo ella destapándose dispuesta a salir de la cama—. ¿Les has realizado otras pruebas? ¿Has comprobado el tiempo de sangría?
Jackson que la ayudó a sentarse aunque no muy convencido de dejarla aún levantar, jamás antes había enfrentado nada igual.
—El de ella es el único que ha rebasado los nueve minutos.
—¿Lo ha rebasado? —preguntó Abigail poniéndose unas zapatillas y poder levantarse de la cama—. ¿Por cuanto?
—Ventitres minutos y siete segundos —contestó Jackson con recalco.
El rostro de Abigail se elevó enfrentando su mirada llena de desconcierto y confusión. La prueba de la que hablaban, la que Jackson había realizado para complementar el análisis clínico que les había hecho a Dayon, Akeyla y Jarek era una prueba especifica para detectar enfermedades hemorragicas y que servía para medir cuan rápido los vasos sanguíneos más pequeños detienen el sangrado en la piel.
Jackson estaba seguro de no haberse equivocado con la prueba a pesar de haberla tenido que realizar escasas veces en su vida.
—Lo he cronometrado, Abby. He sido meticuloso y lo he hecho bien. Le he tomado la presión, le he hecho los dos cortes a ras de piel por encima de la muñeca y por debajo del codo. He soltado el velcro y en cuanto se ha desinflado he aplicado el papel secante cada treinta segundos hasta que el sangrado se ha detenido, no te miento. Han sido ventitres minutos y siete segundos, por poco me quedo sin papel —explicó Jackson haciendo un vehemente y paciente gesto para que le creyese.
—Pero eso es una barbaridad —murmuró Abby con asombro volviendo a mirar los papeles—. ¿Y los niños?
—Seis minutos, trece segundos y cuatro minutos, treinta y dos segundos. Nada fuera de lo normal.
Abigail que parecía perpleja y alucinada se quitó los electrodos que controlaban su ritmo cardíaco y le pasó los papeles a Jackson, cogiendo el soporte del suero y el oxigeno que la mantenía provista de aire e hidratación para salir junto a él de allí.
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Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)
Fiksi Penggemar#1º Premio The 100 Awards 2016. #Premio Prime 2017 Distinción Fluidez En La Trama. #1º Premio Fanfic PremiosParati17. #Nominación Triologías Premios Pluma 2017. #3º Premio Fanfic Saturno Awards 2019. Grandes...