Durante la fría noche la lluvia había hecho su estelar aparición en Polis anegando algunas calles cercanas a la Torre, y rumores sobre un enorme temblor habían llegado a la Capital de la Coalición.
Halena había recibido informaciones acerca de un gran desprendimiento que había sacudido las entrañas de los bosques de la Comandante y había enviado a buena parte de sus hombres a comprobar que todo estuviese en orden y nadie hubiese sufrido daño.
Le preocupaba mucho su gente y no poder ser capaz de protegerles en ausencia de su madre.
También había enviado un mensajero a Arcadia para asegurarse de que Lexa y Clarke se encontrasen bien y otro a la Nación del Hielo para quedarse tranquila respecto a Eilan y a Ontari, sabía que con Roan allí posiblemente la tensión seguiría en aumento con todo lo que estaba ocurriendo en aquellos momentos.
Sentada en el salón junto a los regentes de los otros clanes y los actuales líderes Natblidas sopesó si estaba haciéndolo tan bien como suponía que lo hacía hasta que se fijó como Aranae tomaba de su comida en un extremo de la mesa mientras Treior le susurraba algo que la hacía sonreír.
¿Debía decírselo o tal vez lo mejor era esperar a que ella se diese cuenta de ello?
Con todo lo que estaba pasando, tenía ciertas dudas de cómo iba a reaccionar dadas las recientes circunstancias.
A pesar de estarlo intentando, la sonrisa no le llegaba a los ojos. Treior se esforzaba por hacerla sentir reconfortada en todo momento mientras la niña que crecía en su interior la llenaba de vida en cada momento.
Natshana no había querido apartarse de su lado ni un solo momento, tanto que la había acompañado al salón y reposaba a sus pies junto a la silla jugueteando con un buen trozo de carne asada.
Aranae no entendía tanto encariñamiento si eran Halena y Aden quien más atención le prestaba pero no le molestaba mientras no la hiciese caer.
Uno de los guardias entró en la sala y se acercó a Halena que enseguida volvió la cabeza escuchando en voz baja las noticias que llegaban desde la Nación del Hielo.
Aden que se llevaba el tenedor a la boca no muy lejos de ella, no pudo evitar percatarse del cambio en su expresión mientras los otros conversaban distendidamente ajenos a ello.
Retirado el guardia, Halena guardo silencio unos instantes y se levantó disponiéndose a abandonar el salón discretamente tal como hacía siempre que su status lo requería.
Estaba sobrepasada.
Demasiados hechos sucediendo a la vez, demasiadas nuevas que asimilar. Demasiado estrés y demasiada carga que afrontar.
Aden alargó la mano antes de que pudiese apartarse de la silla y la tomo del brazo para pararla inesperadamente para ella que estaba distraída.
—¿Va todo bien?
Halena que volvió la cabeza para mirarle, observó al resto e hizo un vago intento de elusión.
—Claro, quédate tranquilo.
Aden que a estas alturas la conocía demasiado bien hizo un gesto soltándola despacio.
—¿Entonces por qué tanta prisa por abandonar el salón?
—Tengo asuntos apremiantes que atender.
—Estoy seguro de ello —repuso Aden fijándose mejor en su rostro—. ¿Me necesitas?
Halena que la última pregunta que esperaba oír de sus labios en aquellos instantes era aquella, tragó lentamente al oírle.
—Deberías centrar tu atención en...
—No te he preguntado que debería hacer, te he preguntado si me necesitas —la interrumpió Aden en voz baja viéndola directamente a los ojos con atención.
Halena que tembló ligeramente sabiendo que en aquellos momentos algo en su interior había conseguido ser removido, desvió la mirada cerrando sus ojos al tragar.
No, no podía caer en eso ahora mismo. Debía ser más fuerte que ella misma, debía ser mas consciente de la realidad, evitar distracciones y poner toda su voluntad en lograr que todo mejorase pero lo único que quería decir era si.
Aden que la vio de aquella manera se levantó de su silla discretamente y acercándose a ella, puso la mano sobre su espalda y la instó a salir de allí. Fuese lo que fuese lo que la tenía así, podría ayudarla.
Llevaba muchos días ocupándose de todo, todo, sin apenas comer, sin apenas dormir, sin parar de entrenar o de atender los asuntos que Lexa había dejado en su ausencia y sin apenas tiempo para asimilar nada más.
Halena necesitaba un respiro, necesitaba detenerse un momento y reparar en la situación o esta, la sobrepasaría.
Aden sabía que él era el menos indicado porque le había hecho daño en el momento en que menos necesitaba y realmente quería enmendar ese error. No porque Aranae hubiese escogido a Treior, no sino porque Halena merecía que él rectificase.
Halena merecía algo mucho mejor que él pero hasta que ese alguien llegase, él iba a hacer lo posible para estar con ella en lo bueno y en lo malo, en la salud, el enfrentamiento, la muerte o la soledad hasta que el último de sus alientos abandonase su cuerpo.
Continuara...
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Asumamoslo, Ahora Esto Es Lo Que Somos 3 ... (#TheWrites)
Fanfiction#1º Premio The 100 Awards 2016. #Premio Prime 2017 Distinción Fluidez En La Trama. #1º Premio Fanfic PremiosParati17. #Nominación Triologías Premios Pluma 2017. #3º Premio Fanfic Saturno Awards 2019. Grandes...